Afer The Rain

After the Rain1

Título Original: 恋は雨上がりのように(Koi wa ameagari no you ni)
Género(s): Drama, Romance, Slice of Life, Chick-Flick.
Director: Ayumu Watanabe.
Estudio: Wit Studios.
Emisión: 2018.
Duración: 12 episodios.
Extras:

Revisando el catálogo de anime en Prime Video descubrí esta pequeña joya. Cuando me enteré hace años de que se adaptaría la historia del manga de Jun Mayuzuki y leí la sinopsis de la historia me interesó de inmediato, pues no es muy común que se aborden relaciones románticas ente chicas de 17 años y hombres de 45, así que con esa simple premisa la anoté en mi lista de “animes que espero ver algún día”, y cuando la encontré en el mentado servicio de streaming no dude en verla de inmediato.

La serie me dejó un muy agradable sabor de boca y de hecho me gustó tanto que se ganó un lugar en mi top 10 de anime favoritos, pues si bien en una historia de romance con toques de chick-flick y con formato Slice of Life, nos muestra personajes muy agradables que viven un momento difícil en sus vidas y con un pasado cuyo peso les hace sentirse perdidos, pero el vago romance que se perfila entre ambos es suficiente para darles un aliciente para salir adelante. Siendo honesto pensaba que la historia explotaría más el morbo de la diferencia de edad, pero de hecho es una historia muy tierna y limpia, que aboga a los sentimientos puros e inexpertos de la protagonista, pero que logra dar un vuelco para mostrarnos también la vida y problemas del su contraparte masculina.

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La historia gira en torno a Akira Tachibana, una chica de 17 que formaba parte del equipo de atletismo en su preparatoria, el cual tuvo que abandonar cuando sufrió una lesión en el tendón de Aquiles que la incapacito para correr. Sintiéndose desanimada por dejar el equipo y sobre todo porque era la mejor y tenía el record más rápido entre sus compañeras, decide refugiarse en el trabajo y se incorpora como mesera en un pequeño restaurante familiar a cargo del señor Masami Kôndo, un hombre de 45 años divorciado y con un hijo.

Tachibana termina por enamorarse del señor Kôndo y termina por declararle sus sentimientos. Su jefe al tomar en cuenta que es mucho menor no le da entrada pero acepta tener una cita con ella, lo cual desencadena una amistad entre ambos y su mutua compañía y apoyo les ayuda a salir adelante, Tachiba adquiere la fuerza para afrontar su lesión y el señor Kôndo recupera el coraje y la motivación para retomar su sueño, ser escritor. Así, sin elementos sexuales ni eróticos vemos cómo el amor tierno e inocente se convierte en el apoyo vital de ambos personajes y eso para mí fue lo más hermoso de la serie.

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Se pueden discutir varias cosas sobre el anime, de hecho da para hacerlo a pesar de que en apariencia no es tan profundo, pero eso lo dejo para otra ocasión pues la serie me gustó tanto que sin duda pienso hablar de ella de nuevo aquí en el blog y quizás en algún momento también en el podcast. Pero una de la cosas que sí puedo mencionar es que si bien la protagonista es una menor de edad la serie logra un mejor enchanche con un público mayor, entres 25 y 35 años, pues ya con esa edad es posible empatizar con ambos personajes, con la idílica atracción de Tachibana por su jefe causada en parte como mecanismo para sobrellevar su depresión producto de su lesión y con la desesperanza y perdida de esos deseos de juventud del señor Kôndo, quien llegó a una edad en la que decidió simplemente olvidar sus sueños y vivir el día a día en la monotonía de la rutina y el trabajo.

Una de las cosas que más me gustaron fue justo que si bien Tachibana siente algo muy intensó por su jefe al grado de que es ella quien da el paso de declararle sus sentimiento lo hace de una forma torpe y espera que ser correspondida de una forma en delata su inmadurez, algo que todos hemos pasado, pues cuando jóvenes creemos que las relaciones románticas deben ser de cierta forma y cuando crecemos nos damos cuenta de que no, además de que las necesidades afectivas cambian con la edad, por eso me gustó la serie, porque esa sola presencia y cercanía de ambos personajes es suficiente para cambiarlos, sin apelar a nada romántico ni sexual, aunque no deja de haber ciertas menciones muy discretas al respecto.

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También es importante mencionar cómo al principio todo se enfoca en Tachibana, pero luego se da el tiempo suficiente para que también conozcamos al señor Kôndo y entender cómo es su vida, por qué acabó como gerente en lugar de perseguir su sueño y cómo el paso de los años y la perdida de la juventud puede empezar a pesar tanto que te hacen entrar en una espira depresiva. Y aunque la serie no es deprimente para nada, ninguno de los dos personajes está realmente feliz y es esa búsqueda de la felicidad lo que se aborda en la historia, que como buen Slice of life nos muestra una etapa difícil en ambos protagonista, quienes empiezan a cambiar gracias el encuentro entre ambos.

Cambe mencionar que la animación me gustó mucho, el diseño de personajes cae en lo genérico del anime actual pero le va muy bien, los escenario cumplen y ese juego de representar las emociones con el clima lluvioso le da un toque adecuado de sentimentalismo medio simbólico que resulta agradable, además de que las escenas de lluvia y cielos con nubes personalmente me suelen gustar. Y hablando de los aspectos técnicos, la música es maravillosa, hace mucho tiempo que no me gustaba tanto un ending y aunque el opening no se queda atrás, es Ref:rain de Aimer como canción de cierre la que más me gustó, tanto que no he podido dejar de escucharla desde que empecerá ver la serie, incluso me ayudó a superar la adicción a One Last Kiss de Utada Hikaru. Sin duda una historia grandiosa que recomiendo a todos a quienes les gusten los animes de romance ligero con un leve trasfondo triste y una poco convencional relación entre una chica de 17 años y un hombre de 45.

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Cells at Work y la Pandemia (Podcast)

En el último año nos hemos tenido que enfrentar a una de las pandemias más extendidas en la historia de la humanidad, la cual en menos de cuatro meses pasó de ser un brote de neumonía atípica en una provincia de China a una enfermedad presente en prácticamente todo los países del mundo, obligando a que gran parte de la población se encerrara en sus casas y a que los laboratorios trabajaran a contra reloj para desarrollar un vacuna que frenara el implacable avance del nuevo coronavirus.

Ante tal emergencia sanitaria, las autoridades de todos los países emitieron medidas básicas de higiene y distanciamiento social a fin de reducir los contagios. No obstante, más allá de cualquier medida lo más importante es tener un sistema inmune en buen estado, aunque para eso primero debemos entender cómo es que funciona ese mecanismo que protege a nuestro cuerpo de las amenazas externas y que mejor que el anime Cells at Work para aprenderlo.

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Tres animes a la vez

Cuando tenía entre 16 y 17 años fue la época en la que veía más anime. Recientemente me había iniciado en este mundo de la animación japonesa y trataba de consumir todo lo que podía, series que me recomendaban o de las que leía en algún blog, algunas que encontraba más por casualidad que por otra cosa. Mis deseos de ver tanto anime como pudiera me llevaron a ver varias series al mismo tiempo, pero cuando empecé el blog me di cuenta de que no era un sistema adecuado.

En la primera etapa del blog empecé a reseñar animes que había visto mucho tiempo antes y de los que ya no recordaba mucho, así que cuando nos mudamos a WordPress, hace ya 10 años, inicié un nuevo sistema. Ya tenía un tiempo viendo sólo una serie al mismo tiempo, pues quería dedicarle mi atención exclusivamente a esa serie en particular y por “respeto” una vez que la terminaba dejaba pasar al menos un día antes de inicia una serie nueva, como para saborear el regusto que te deja la serie un poco más antes de mezclarlo con nuevos sabores.

El nuevo sistema consistía, además, en tener una libreta en la cual iba anotando ideas que me parecería interesante mencionar en las reseñas o impresiones que la serie me había causado y que si no las apuntaba en ese preciso momento seguramente las olvidaría cuando fuera el momento de reseñarla. Así empecé con un método que consistía en ver una serie únicamente, mientras lo hacía anotaba ideas que usaría para escribir en el blog y al terminar la serie esperaba hasta el día siguiente para escribir la reseña, según yo para que la emoción pasara y así escribir algo más imparcial; actualmente muchas las escribo el mismo día si me da tiempo.

Pero el hecho es que desde hace más de diez años no había visto más de una serie de anime a la vez, pues la presión de tener que reseñar es algo que te fuerza a poner un poco más de atención, por eso la desidia que tengo con frecuencia por empezar animes nuevos. No obstante, recientemente empecé a ver series de las que no tenía pensado hablar (o de las que ya lo había hecho) y consideré que bien podría volver a ver anime como hacía en mi adolescencia.

Luego de mi encuentro con AnimeFLV decidía empezar a ver Slam Dunk, un anime que disfrutaba mucho de niño, retomé Ergo Proxy por Netflix (pues cada que sale uno de mis animes favoritos en un nuevo medio o plataforma lo tengo que volver a ver) y, dado que My Hero Academia dejará de estar en Crunchyroll me decidí a terminar la cuarta temporada que había dejado botada ya que no me atrapó tanto como las pasadas, ya no soy la demografía a la que está destinada como sí lo soy de One Punch Man.

Estos días (hacer algunas semanas para el momento en que esto se publique) he podido disfrutar de ver anime sin la presión de anotar cosas para luego reseñarlas (al final sí terminé anotando cosas sobre Slam Dunk). Y no tanto porque no piense hacerlo, sino porque luego de tanto años escribiendo en el blog ya puedo hacerlo sin forzosamente tener la libreta a la mano, aunque personalmente me siento mucho mejor cuando sé que las ideas que me gustaría comentar ya están a salvo en papel.

2018

Con este año cumplimos ocho años en WordPress y once blogueando desde mis primeros inicios. Sin duda uno de los mejores años hasta ahora, pude mantener un ritmo constante al publicar cada cinco días y es el año con más visitas desde 2012. El podcast fue el que sufrió más abandono, pero espero que podamos regresar para el próximo año con toda la temporada ya grabada o al menos parte de ella, pues se vienen buenos estrenos de los que ansío poder hablar, así como la conclusión de series de las que he querido escribir aquí desde hace mucho.

Haré unos pequeños cambios en lo que respecta al blog el próximo año, no muy radicales pero con la tendencia a centralizar el contenido en este espacio, veremos que tal resulta. Este año también pude ver más anime que en otros años y a pesar de que por mucho tiempo no tuve ganas de ver nada, logré reponerme en los últimos meses.

Sin más demora quiero agradecer a todos por su apoyo, tanto a los viejos lectores que nos siguen desde hace años como a los nuevos, muchísimas gracias, espero verlos por aquí el año entrante. A mis queridos colaboradores Vossk y Fany ojalá y sigamos haciendo cosas juntos este 2019. Y a partir de ahora, sólo por llevar un registro personal, dejaré una lista con todas las obras animadas, series y películas que reseñé este 2018 en orden cronológico, así como aquellas que vi por primera vez pero que no he reseñado todavía.

  1. Memories (Katsuhiro Ôtomo, 1995)
  2. Tomorrowland (Brad Bird, 2015)
  3. Watchmen (Zack Snyder, 2009)
  4. Deadpool (Tim Miller, 2016)
  5. Otaku no video (Takeshi Mori, 1991)
  6. Godzilla: Planeta de Monstruos (Kôbun Shizuno, 2017)
  7. Mad Max: Fury Road (George Miller, 2015)
  8. Castlevania (Sam Deats, 2017)
  9. ReLIFE (Tomo Kosaka, 2016)
  10. Súper (James Gunn, 2010)
  11. Temple Grandin (Mick Jackson, 2010)
  12. The Cloverfield Paradox (Julius Onah, 2018)
  13. Trollhunter (André Øvredal, 2010)
  14. Grey’s Anatomy [volvía a ver la serie hasta la temporada 10]
  15. Naruto Shippuden [la terminé saltándome el relleno]
  16. Escape de Nueva York (John Carpenter, 1981)
  17. La Tortuga Roja (Michaël Dudok de Wit, 2016)
  18. Gladiador del Futuro (Norman Jewison, 1975)
  19. Annihilation (Alex Garland, 2018)
  20. Blame! (Hiroyuki Seshita)
  21. Pandora (Park Jung-woo, 2016)
  22. AggRetsuko (Rarecho, 2018)
  23. The Ricochet Splendid (2veinte, 2018)
  24. The Grand Budapest Hotel (Wes Anderson, 2014) [sin reseñar]
  25. The Great Gatsby (Baz Luhrmann,2013) [sin reseñar]
  26. Las Fantasías de Lila (Ziad Doueiri, 2004) [sin reseñar]
  27. El Vengador del Futuro (Paul Verhoeven, 1990)
  28. Mimic (Guillermo del Toro, 1997)
  29. Los Parecidos (Isaac Ezban, 2015)
  30. Paprika (Satoshi Kon, 2006)
  31. The Host (Bong Joon-ho, 2006)
  32. Black Sails (Jonathan E. Steinberg, 2014-2017)
  33. Asobi Asobase (Seiji Kishi, 2018)
  34. Interview with monster girls (Ryô Andô, 2017)
  35. ReLIFE ovas (Tomo Kosaka, 2018) [programada para 2019]
  36. My Hero Academia (Kenji Nagasaki, 2016) [programada para 2019]
  37. Crossing Time (Yoshio Suzuki, 2018) [programada para 2019]
  38. Patrullera Espacial Luluco (Hiroyuki Imaishi, 2016) [programada para 2019]
  39. Amanchu! (Junichi Sato, 2016) [programada para 2019]
  40. Berserk (Shin Itagaki, 2016) [no la terminé de ver]
  41. Pacific Rim Uprising (Steven S. DeKnight, 2018) [sin reseñar]
  42. Roma (Alfonso Cuarón, 2018) [sin reseñar]
  43. AggRetsuko especial de navidad [sin reseñar]
  44. Pitch Black (David Twohy, 2000) [programada para 2019]
  45. Yo Robot (Alex Proyas, 2004) [programada para 2019]
  46. Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve, 2017) [sin reseñar]
  47. Brazil (Terry Gilliam, 1985) [programada para 2019]

Otaku no Video

Título Original: おたくのビデオ (Otaku no Video)
Género(s): Comedia, Drama, Documental.
Director: Takeshi Mori.
Estudio: Gainax.
Emisión: 1991.
Duración: 50 minutos.
Extras: More Otaku no Video.

Cuando uno inicia en el mundo del anime (o al menos en mis tiempos) solemos buscar algunos de los clásicos más afamados entre los fans, entre ellos el inigualable Neon Genesis Evangelion, lo que nos hace conocer al maestro Hideaki Anno, y eso eventualmente nos conduce a Gainax y al resto de sus obras. Una de ellas es una mezcla de mediometraje animado y documental conocido como Otaku no Video, que retrata la vida de esos extraños personajes apasionados por las cosas de ficción durante las décadas de los 70 y 80.

Otaku no Video se divide en dos partes. Una de ella es una historia animada por Gainax en la que seguimos el paso de Kubo, nuestro protagonista, para convertirse de un popular joven jugador de tenis y con novia (alguien normal) a un friki rechazado social. La historia inicia cuando Kubo se encuentra a Tanaka, un antiguo amigo de la escuela, quien le habla de sus pasatiempos relacionados con el anime, el manga y la Ciencia Ficción. Kubo no le presta mayor atención hasta que vuelve a encontrarse con Tanaka y sus amigos, entre ellos una chicha que hace un sexy cosplay de Lum Invader. A partir de ese momento se ve un poco interesado y termina conociendo al resto de compañeros.

Tanaka lleva a Kubo a su guarida, un departamento donde él y el resto de sus colegas pasan el tiempo viendo series, leyendo historietas, fabricando disfraces, publicando fanzines, analizando efectos especiales y juntando figuras coleccionables. Cada uno es un experto en algo, el fan de las armas y las cosas militares, el conocedor del anime y manga, el experto en Ciencia Ficción, la ilustradora y demás especialidades.

La nueva afición hace que Kubo descuide el resto de sus actividades, desde su forma física hasta sus relaciones personales. Kubo engorda, deja de cuidar su aspecto y descuida a su novia al grado de perderla. Digamos que el protagonista se apasiona tanto por la cultura Otaku que cae en una debacle y termina sumergido en un mundo de personas incomprendidas y discriminadas. Al percatarse de esa segregación que sufren los Otakus por seguir su afición se enoja y decide que si la sociedad no puede aceptarlo entonces se convertirá en el Otaku de Otakus, el Otaking.

La calidad es muy buena aún para el año en que se produjo y los escenarios están llenos de referencias a muchas de las obras de anime que fueron populares durante los 80. Además de que en cierta forma se basa en la vida de algunos de los integrantes de Gainax, quienes formaron parte de grupos de investigación de manga o Ciencia Ficción cuando eran jóvenes. Otro aspecto importante es que va dando fechas de estrenos de animes y el uso de un lenguaje muy “técnico” sobre el mundillo friki, palabras que se van explicando al protagonista durante su entrada en esta afición (aunque conviene ver una versión donde el subtitulador agregue anotaciones pertinentes para entenderlas).

Creo que la parte animada, al explicar muchas de esas cosas frikis, podría resultar una introducción interesante para quienes recién se sumergen en el mundo del anime e incluso para quienes no conocen nada al respecto. No obstante, si bien hay un obvio reflejo de la mala fama que tiene los Otakus en Japón, el hecho de que el personaje fuera una persona “normal” al principio del filme nos invita a reflexionar sobre el porqué algunas personas son discriminadas por sus pasatiempos y otras no.

La segunda parte son una serie de entrevistas a Otakus del anime, el manga, el cosplay, las cosas militares y la pornografía, cada uno fan de una cosa en particular. Las entrevistas fueron entrevistas reales (aunque por momentos parecen algo arregladas) ha adultos alrededor de los treinta años, en promedio, donde se les pregunta sobre su pasado en la preparatoria y universidad, cuando pertenecieron a algún grupo Otaku. En los relatos que hacen los entrevistados se observan principalmente dos cosas: (1) la añoranza de un tiempo pasado cuando eran más felices y podían dedicar tiempo a su afición, y (2) el intento de ocultar de cierta forma esos gustos por lo que pudiera decir la gente ahora que son adultos trabajadores (la mayoría Salaryman).

Las entrevistas dejan ver en claro ese estigma que se tienen de los Otakus como fanáticos extremos de algo en particular, tanto que incluso la voz de los hombres es modificada y su rostro censurado, como si no quisieran que sus jefes y compañeros de trabajo se enteraran de las cosas que les gustaban cuando eran jóvenes. Todos ellos pertenecieron a algún grupo friki durante la universidad o la preparatoria, pero ahora parece que sólo se dedican a su trabajo. El termino Otaku durante los años 90 era totalmente peyorativo (aún lo es en Japón) y el documental refleja lo difícil que fue para esa generación poder disfrutar de su pasatiempo.

El documental tiene un poco el sesgo, al igual que la parte animada, de mostrar al Otaku como un perdedor, como un fracasado sin vida que prefiere la seguridad de la ficción a la intensidad de la vida real, y para algunos entrevistado realmente era así. Y a pesar de toda la discriminación que sufrieron cuando jóvenes, esa época friki fue la mejor en la vida de todos ellos, pues al crecer tuvieron que asumir las responsabilidades de los adultos y ya no pudieron dedicar tiempo a esas aficiones que los hacían tan felices. Quizás hoy sea más sencillo para nosotros seguir disfrutando de ver anime ya de adultos, pero para los adolescentes de los 80 no lo fue, y considero que es una parte de la historia que todos los amantes de la animación deberíamos conocer.

La forma en que los entrevistados narran sus vivencias resulta algo nostálgica, incluso a mí, que no viví en los 80, me hizo sentir algo de añoranza por esa época y, sobre todo, me recordó mi época de preparatoria, cuando (en lugar de fanzines) decidí iniciar un blog para tener un espacio donde hablar de lo que tanto me gustaba, la animación japonesa (de eso ya hace más de diez años). El remontarme a mi época de bachiller me hizo pensar que esa etapa fue la más apreciada por esos japoneses pues fue cuando tuvieron mayor posibilidad para dedicar su tiempo libre a lo que ellos disfrutaban, algo que sabían iban a perder cuando entraran al mundo laboral.

Anime Satanizado (Podcast)

DeFicciones

Se cumple un año desde la emisión del primer podcast, un año en el que hemos aprendido a editar audio, a hablar más coherentemente, conocido nuevas personas y subido cerca de 10 horas en archivos a Internet. Cuando empecé el podcast veía muy lejos esta fecha, ahora está aquí y de momento no puedo imaginarme qué le deparará el futuro a DeFicciones, pero una cosa es cierta, seguiremos haciendo esto mientras tengamos tiempo y voz para hacerlo. A corto plazo se vienen cambios buenos y muy vistosos, temas aún más frikis y nuevos invitados, así que estén atentos.

El podcast de hoy es para conmemorar este primer aniversario y además hablar de un tema que creíamos había sido superado hace ya algunos años por parte de la sociedad pero que al parecer no ha sido así: la satanización de la cultura Otaku como algo que daña la mente de los jóvenes. Los tiempos en que se consideraba al anime como algo perverso, violento y dañino no han quedado atrás, aún hoy hay sectores de la sociedad que consideran al gusto por la animación japonesa, al manga y demás derivados como algo perjudicial para la juventud, ideas que tiene su origen en el desconocimiento total de este fenómeno cultural.

animedeldiablo

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El día que Genshiken se volvió real y llegó a México

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Todo buen friki con estudios de bachillerato e interés por estudiar a nivel profesional ha soñado con estudiar algo relacionado a su hobby (animación en la mayoría de los casos), o en dado caso de que ya sea profesionista, desarrollar una investigación (dígase tesis) sobre su pasatiempo. Cuando iba en la preparatoria decidí no estudiar algo concerniente a la animación o la escritura por dos razones, la primera era la falta de talento artístico en ambos rublos y la segunda era que no quería terminar odiando mi afición favorita cuando esta se convirtiera en mi trabajo (como le está pasando al Ral-Negas). Así que opté por la segunda cosa que más me gustaba y que no me importaría odiar si en algún momento me frustraba trabajar en ello. No obstante, como los lectores más fieles sabrán, si hubiese existido una escuela para estudiar Ciencia Ficción habría estudiado allí (en realidad quizás tampoco pues esa pasión por dicho género se me desarrolló ya en la licenciatura).

Mientras estudiaba la carrera y viendo lo laxa que puede ser la antropología en cuanto a los temas de estudio (es decir, puedes estudiar prácticamente cualquier cosa mientras esté vinculado con las sociedades humanas y tenga rigor científico), me pregunté muchas veces si alguien ya se habría interesado por el anime, el manga o la Ciencia Ficción como temas de estudio; así como esa serie de Genshiken y su Sociedad por el Estudio de la Cultura Visual Moderna. Si algo así podía pasar era muy factible que fuera en ENAH.

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Un día, en clase de Cerámica (odio analizar cerámica), una amiga llegó con un folleto que, según sus palabras, “quizás me interesaría”. Dicho folleto era para apoyar llenando unas encuestas sobre Japón y el anime para un grupo llamado Círculo de Estudios sobre la Subcultura Japonesa en México (CESJM), grupo que pertenecía a mi escuela y estaba integrado por Etnólogos y Antropólogos, así como por alumnos del respectivo posgrado. “Esto es lo más cercano a Genshiken que podré conocer jamás”, me dije. Entré a su blog, llené mi encuesta y me suscribí para ver qué cosas decían sobre el anime y su influencia en México desde una perspectiva científica respaldada por una institución educativa.

Para ese momento estaba consciente de que mis capacidades no eran suficientes como para retorcer a la arqueología al punto de que pudiera hacer una tesis relaciona, así que me decidí por observar el trabajo de otros. Pero espere, y espere, y seguí esperando al punto de cancelar mi suscripción de su blog. No publicaban nada y parecía ser un proyecto fantasma del que no se hablaba en ningún lado. Para mi fortuna y gracias a un post de Ragnarok me enteré de que el CESJM seguía con vida y no sólo eso, sino que estaba organizando una serie de conferencia sobre el fenómeno Otaku en México a cargo del Antropólogo y Mangaka japonés Eiji Otsuka. Como esa semana era mi examen profesional sólo pude asistir a la primera conferencia, y quedé sorprendido de la cantidad de gente que fue, tampoco es que fuese mucha, pero si normalmente vemos menos de quince personas en los coloquios que se hacen de forma regular, ver el auditorio pequeño de la escuela casi lleno deja a las claras que hay más fans del anime en nivel superior de lo que parece. Supongo que la mayoría no sólo se queda en la prepa.

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Ya había visto cursos o conferencia sobre Ciencia Ficción y Anime en la UNAM, pero está era la primera vez que se hacía algo relacionado en mi escuela. Honestamente me alegró saber que el tema friki sí es objeto de estudio por parte de quienes nos denominamos científicos sociales. Yo desde mi trinchera estancada en el estudio de objetos de sociedades que vivieron en el pasado no puedo hacer mucho (de momento), pero es bueno saber que ya hay gente haciendo algo, y que esa gente son los ahora profesionista que fueron frikis en la preparatoria, porque quién más haría una tesis titulada El Impacto de la Animación Japonesa en México: el papel del discurso mítico en la construcción de identidades ritualizadas en jóvenes de la Ciudad de México. Álvaro Hernández es el autor de la metada tesis y un pionero en la antropología mexicana sobre este tema de estudio, un friki que logró ese sueño de estudiar lo que tanto le gustaba al grado de que ahora estudia su Maestría en la Universidad de Kobe.

Creo que si el frikismo (u otakismo, según prefieran) se canaliza en acciones como esta entonces todas esas hora viendo anime, leyendo maga o jugando videojuegos no son para nada un desperdicio de tiempo. Álvaro no es el único caso, ya en Facebook publiqué algunos títulos de tesis de maestría sobre Ciencia Ficción. Creo que es momento de retomar mi frikismo de la prepa y canalizarlo en un posgrado.

Les dejo el video de la conferencia que Eiji Otsuka presentó en mi escuela el pasado 30 de noviembre.

Anime y Fandom 2 (Podcast)

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Pues luego de un mes sin podcast regresamos con la segunda parte de Anime y Fandom, en la que Ragnarok y yo platicamos sobre los tipos de fans, las convenciones y el estigma que recibió el anime durante los años 90. Si les gustó la primera mitad no pueden perderse esta continuación pues la plática se pode más interesante.

Convenciones que se convirtieron en mercados de piratería, convenciones que sí impulsan el arte y difunden los trabajos de los diversos artistas, niños rata, otakus y bronies, y el cliché del anime como satánico, pornográfico y violento, entre otras experiencias personales, es que lo que podrán escuchar aquí.

Desde el Palacio Valhalla: https://palaciovalhalla.wordpress.com/

Datos de Ragnarok: https://about.me/TheRagnarok

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Anime y Fandom I (Podcast)

Frikis

Un podcast más para la colección. En esta ocasión Ragnarok y yo platicamos largo y tendido sobre el mundo del fandom, el anime, las convenciones y todo lo que compete a la denominada cultura friki y otaku. Abordamos los problemas de piratería, los medios para acceder al anime y manga de manera legal, los cambios generacionales que se han suscitado entre quienes gustamos de la animación japonesa, los fenómenos sociales y el estigma que el anime ha generado en nuestro país, igualmente desglosamos términos como gamer, nerd, friki, otaku, bronie, geek, entre otros.

Desde el Palacio Valhalla: https://palaciovalhalla.wordpress.com/

Datos de Ragnarok: https://about.me/TheRagnarok

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Top 3 Openings

Si bien hay mucha música que me gusta de los animes que veo y como buen friki tengo una lista de reproducción dedicada a ellos en mi ipod, hay tres openings que sencillamente me encantan, y lo curioso es que dos de ellos coinciden con mis tres animes favoritos. Lo que me gusta de estos openings es la conjunción de la música, las imágenes y la voz del cantante, no tanto la letra (dos de ellas están en inglés).

NÚMERO 3: DUVET

El tercer lugar lo ocupa Duvet, el opening de Serial Experiments Lain interpretado por el grupo BoA. Este opening es muy simbólico y tiene muchas alegorías a la computación y los mundos virtuales, como buen Wirepunk. Además, tiene la ventaja de no contener spoilers, pues no muestra escenas que veremos dentro del anime.

NÚMERO 2: UNINSTALL

En segundo lugar, el opening de mi tercer serie favorita, Bokurano. Uninstall es interpretada por Chiaki Ishikawa y contiene una canción emotiva y algo nostálgica, muestra algunas escenas de la serie pero funciona perfectamente como medio para introducirnos a los personajes y generarnos empatía con ellos, lo que hace del desarrollo de la historia algo aún más trágico.

NÚMERO 1: KIRI

El opening de Ergo Proxy, interpretado por el grupo Monoral, es sin lugar a dudas mi favorito. Su estética lúgubre y sombría, la música, el halo de misterio y la brutal cantidad de referencias que contiene son suficientes para hacerlo mi predilecto. Pero Incluso si no tomamos en cuenta la parte visual, la canción sigue siendo mi favorita, y no sólo considerando música de anime, sino toda la que escucho en general.