Cells at Work y la Pandemia (Podcast)

En el último año nos hemos tenido que enfrentar a una de las pandemias más extendidas en la historia de la humanidad, la cual en menos de cuatro meses pasó de ser un brote de neumonía atípica en una provincia de China a una enfermedad presente en prácticamente todo los países del mundo, obligando a que gran parte de la población se encerrara en sus casas y a que los laboratorios trabajaran a contra reloj para desarrollar un vacuna que frenara el implacable avance del nuevo coronavirus.

Ante tal emergencia sanitaria, las autoridades de todos los países emitieron medidas básicas de higiene y distanciamiento social a fin de reducir los contagios. No obstante, más allá de cualquier medida lo más importante es tener un sistema inmune en buen estado, aunque para eso primero debemos entender cómo es que funciona ese mecanismo que protege a nuestro cuerpo de las amenazas externas y que mejor que el anime Cells at Work para aprenderlo.

Disponible también desde: Anchor

Cells at Work

Título Original: はたらく細胞 (Hataraku Saibô).
Género(s): Comedia.
Director: Kenichi Suzuki.
Estudio: David Production.
Emisión: 2018.
Duración: 13 episodios.
Extras: 1 OVA.

Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un anime hasta cierto punto simple como para no romperte la cabeza tratando de entenderlo pero con la suficiente complejidad para que no deje de ser interesante, desde Interviews With Monsters Girls que no me pasaba eso. Y es que este anime tiene una mezcla un tanto peculiar que va desde la comedia y lo kawaii hasta la violencia gore, todo en un halo de documental médico sobre el funcionamiento de las células en nuestro cuerpo.

La calidad técnica de la serie es muy buena, el diseño de personajes muy apropiado, tendiente a lo cómico y tierno pero con algunos toque más rudos de vez en cuando. La música es maravillosa y permite que podamos pasar de una escena cómica a una más tensa con mucho suspenso. Finalmente, el desarrollo de personajes es bueno, aunque se queda al borde se empezar a ser tedioso por lo repetitivo de su comportamiento, fuera de eso el resto de elementos que integran la obra son excelentes.

La historia funciona como un documental en el que se nos va explicando la función que tienen las distintas células que componen nuestro organismo, principalmente las células de la sangre, vemos eritrocitos, neutrófilos, linfocitos, células T, macrófagos, monocitos, células B, eosinófilos, mastocitos, plaquetas, entre otras, hacer su trabajo, reparando el cuerpo, llevando nutrientes y oxigeno o defendiéndolo de las amenazas externas como parásitos, bacterias y virus, quienes son presentados como los enemigos a vencer.

Las células son antropomorfizadas y el cuerpo humano es presentado como un mundo lleno de ciudades e industrias y cada órgano está relacionado con un tipo de lugar, por ejemplo: los pulmones son ventiladores gigantes, el corazón es un templo, las venas con caminos y el estómago una especie de volcán y los jugos gástricos su lava. El haber trasformado a las células en figuras humanas permite que podamos comprender con mayor facilidad cuál es su labor en nuestro organismo, ya que cada célula cumple un trabajo particular dentro del intrincado mundo que es el cuerpo humano.

Nuestros personajes principales son un Eritrocito (glóbulo rojo) llamado AE3803 que es nueva en el trabajo y por lo mismo muy torpe, por lo que siempre termina perdida. Su trabajo es llevar oxígeno y nutrientes a las células, para ello debe recorrer los laberínticos caminos de las venas. Como siempre termina metida en problemas, con frecuencia se encuentra con un neutrófilo (glóbulo blanco) cuyo trabajo es patrullar el cuerpo y matar a toda célula, virus, bacteria o parásito que amenace la salud. Con el paso del tiempo y sus encuentros constantes ambos se hacer muy buenos amigos.

Además del neutrófilo protagonista tenemos otras células que pelean contra las amenazas, como las células T, representadas como unos militares obsesionados con matar o las macrófagas, unas lindas y tiernas mujeres que en realidad son sanguinarias asesinas. Hay otras células cuyos trabajos son más administrativos, es decir, no pelean cuerpo a cuerpo contra los invasores, sino que diseñan estrategias, se comunican con otras células o liberan sustancias que ayudar a organismos, como las células dendríticas, el mastocito o la célula T reguladora. Sin olvidar a las plaquetas, los personajes más tiernos pues son presentados como niños encargados de realizar las labores de construcción.

Sin duda los personajes son un factor importante en el atractivo de la serie, los glóbulos rojos son mostrados como mensajeros que llevan tanques de oxígeno y canastas de comida (nutrientes), mientras que el glóbulo blanco es un guardia de seguridad que patrulla el organismo armado con un cuchillo. Todos de cierta forma aportan algo de ternura y carisma a la serie, principalmente las plaquetas, pues ver a pequeños niños colgados de un arnés reparando una parel al borde de un precipicio o cargado pesados materiales de construcción es sumamente tierno.

La historia tiene un desarrollo simple y algo repetitivo que por fortuna no llega a tornarse aburrido aunque sí un poco predecible. En cada capítulo veremos al eritrocito perderse y ser salvada por el neutrófilo de un enemigo (enfermedad) nuevo, mientras conocen nuevas células y nosotros aprendernos su función. Además de las células del cuerpo nos enseñan valiosos datos sobre bacterias, virus y parásitos. Las bacterias son el típico enemigo con forma curiosa que sólo quiere hacer el mal, muy clásico de las series japonesas, el parásito es un monstruo gigante y los virus son gorros que convierten a las células normales en zombis.

Personalmente me encantó la forma en cómo han adaptado los elementos celulares a objetos de uso cotidiano o popular. Por ejemplo, sabemos que los virus no son organismos vivos, por lo que considero excelente la idea de mostrar a las células infectadas como zombis (que son seres que ya no están vivos). Sin duda esa adaptación tanto de órganos, como de células y objetos es una idea maravillosa que no sólo permite el desarrollo de la historia, sino facilita que aprendamos sobre nuestro propio organismo. Porque sí, a pesar de la comedia y el entretenimiento, la serie en todo momento trata de enseñarnos algo.

Además de las enfermedades podemos ver lo que pasa en el organismo cuando nos ocurren otro tipo de afecciones, como cortarnos la piel, tener una alergia, sufrir un golpe de calor o estar al borde de morir desangrados. Y pese a que la serie tiene una imagen infantil, divertida y tierna puede llegar a tornarse bastante oscura, como cuando atacan a las células cancerosas o en el choque hipovolémico. Finalmente, el trabajo de las células es mantenernos vivos.

Ese contraste entre lo vistoso y colorido que es el mundo aunado a lo tierno que resultan la mayoría de personajes con lo sangriento que es el hecho de tener matar a los enemigos es bastante curioso, pues todo ese gore donde las células mueren o deben acuchillar a una bacteria hasta matarla se diluye entre la dulzura del contexto general, pero al mismo tiempo le dan un toque de sabor que evita que la serie sea algo muy soso y cursi. En lo personal me gustó mucho esa combinación.

Sin duda la serie es maravillosa, una excelente recomendación para los niños en edad escolar porque eventualmente algo lograran aprender sobre las funciones de las células en el organismo sin siquiera darse cuenta. La animación es buena, los personajes carismáticos, los momentos de tensión te atrapan y la información que aporta es valiosa, sin olvidar las referencias y parodias que hace de otros animes, entre ellos JoJo’s quizás sea el más evidente. En este año donde conocer la función de nuestro sistema inmune se ha vuelto importante, éste anime resulta una gran recomendación, a pesar de que por momentos el lenguaje técnico puede complejizarlo un poco.