Mad Max: Fury Road

Título Original: Mad Max: Fury Road
Género(s): Carsploitation, Dieselpunk.
Director: George Miller.
Emisión: 2015.
Duración: 120 minutos.
Extras: Mad Max, The Road Warrior, Mad Max: Beyond Thunderdome.

Max Rockatansky es quizás el sobreviviente por excelencia dentro de los múltiples universos cinematográficos donde la humanidad debe enfrentar su extinción. Luego de 30 años George Miller retoma su saga más conocida y nos entrega una fabulosa cuarta parte del universo de Mad Max. La cual supera, gracias a los avances de la tecnología, la calidad visual y la acción que habíamos visto hasta entonces, aunque se aleja un poco de ese estilo punk saturado de cuero y mohicanos.

La calidad visual es asombrosa, las persecuciones en los delirante autos modificados son impresionantes, la música hace un trabajo glorioso en la ambientación, pero más allá de la banda sonora la edición de audio es una de las mejores que he escuchado. El diseño de personajes está muy bien realizado, la variedad de estos es muy atractiva, las interpretaciones están a un nivel formidable y el manejo de esa sociedad decadente es perfecto.

El retroceso social se ve reflejado en aspectos como el lenguaje, la forma de gobierno, la organización militar y las ciudades especializadas en producir alimentos, gasolina o balas. La pérdida de la cultura y el conocimiento se hace evidente en la forma en que nombran cosas como Aqua Cola, Granja de Balas, ingeniero orgánico (para referirse al médico) y en esa religión donde rinden culto al V8, reflejos de un mundo perdido que tratan de aferrarse en las historias de los viejos.

La historia retoma al personaje de Max (Tom Hardy), quien es capturado por un grupo de War Boys y llevado hasta una ciudadela donde lo marcan como bolsa de sangre para los enfermos. Esa ciudadela en gobernada por Immortan Joe, quien tiene el control del agua. Immortan manda un convoy hacia Ciudad Gasolina y Granja de Balas para intercambiar leche, agua y comida por municiones y gasolina. Al mando de grupo va Imperator Furiosa (Charlize Theron) quien en secreto lleva ocultas a las esposas del cacique para escapar juntas hacia la tierra verde con el clan de las muchas madres. Immortan y sus hombres descubren la traición y salen a recuperar a las reproductoras de Joe, entre ellos Nux, un joven War Boy a quien le están transfundiendo la sangre de Max. Así, Max se ve implicado en una trepidante persecución en medio del desierto australiano.

Cada película del universo Mad Max es autoconclusiva y ninguna parece retomar por completo la historia anterior, aunque el personaje de las primeras tres entregas, al ser interpretado por Mel Gibson, le da continuidad a la trilogía. La ahora tetralogía retoma al personaje de Max pero lo reinventa y eso genera cierto desfase entre los hechos que vemos aquí y las tres películas anteriores. En primera instancia han pasado más de 20 años (al menos) desde que ocurrió el desastre termonuclear, pero el personaje sigue joven, lo que me hace pensar que no es el mismo Max que habíamos estado viendo, sino otros sujeto con el mismo nombre cuya historia toma lugar en el mismo futuro.

Si somos muy rígidos con la continuidad de la historia, ninguna concuerda adecuadamente, pero sin las vemos como historias individuales cuya única conexión es el nombre de un personaje, entonces todo es menos conflictivo. Aunque cada filme va dándonos información sobre el contexto en el que se encuentra el mundo y la cusa que lo llevó a su destrucción. Ahora sabemos que todo inició cuando el petróleo se terminó, la guerra por la gasolina derivó en una guerra por agua y la lucha termonuclear acabó de envenenar al planeta dejándolo como un gigantesco páramo desolado. La falta de comida y la radiación convirtieron a la humanidad en salvajes que luchan por unos pocos recursos y que enfrentar cáncer y diversas deformidades.

Un elemento muy importante que es la base de la sociedad de Mad Max es la involución social, sin embargo, ésta en realidad no existe, ni desde un punto de vista biológico ni del antropológico, todo cambio en la organización social responde a un mecanismo de adaptación y supervivencia, la cultura es aquello que aprendemos en sociedad y nos permite sobrevivir en un ambiente determinado, aun si este implica regresar a grupos tribales y hordas guerreras como en antaño. Por ende, el regreso a grupos tribales salvajes es en realidad la respuesta social para sobrevivir al nuevo entorno.

Ahora bien, lo que a mí siempre me ha causado conflicto es que la organización tribal/medieval que vemos tanto en Beyond Thunder Dome como en Fury Road debió requerir varios años, más aquellos años en los que la humanidad vagó sin rumbo luego del apocalipsis, debió ser una cantidad considerable de tiempo como para que Max siguiera vivo, pero si apelamos a la concesión de excepción y a la suspensión de la incredulidad entonces tenemos una película redonda y prácticamente perfecta en sí misma. Aunque creo que la grandeza de Mad Max radica en que nunca cuenta mucho sobre su trasfondo y eso hace que cada espectador pueda generar sus propias interpretaciones.

Además de la aparente involución social, tenemos elementos anacrónicos que reflejan una tecnología superior a la que debería existir, como el brazo de Furiosa, que parece funcionar como una extremidad biónica y no sólo como una prótesis. Los fantasmas del pasado que atormentan a Max tampoco parecen encajar con lo visto en los filmes anteriores y algunos elementos, como el tipo que va tocando la guitarra suspendido del camión, son en extremos exagerados, y aunque se ve bien en pantalla no tienen nada de lógico. Fuera de esos excesos digitales que Miller se tomó para hacer más atractiva su historia en 3D, el resto de elementos son sencillamente estupendos.

La estética es absolutamente gloriosa, la parafernalia, el vestuario, las caracterizaciones, las deformidades propias de la saga, el diseño de personajes, las armas, los vehículos, la arquitectura, el lenguaje y la música son perfectos. La esencia punk de cuero y motocicletas se pierde un poco, los salvajes de la carretera son cambiados por un grupo de War Boys blancos y moribundos, aunque todos los elementos visuales nos siguen remitiendo a la estética madmaxiana que surgiera con The Road Warrior.

Algo que destaca muchísimo es sin duda la acción. Las escenas de acción están presentes en un 80% del filme, aquí no sólo tenemos una persecución gloriosa al final como punto culminante de la historia, tenemos una al principio, otra a la mitad y una al final, todas ellas tan maravillosas que sería difícil escoger alguna. Y lo mejor es que no son persecuciones cortas, son largas secuencias de acción que deleitan tus sentidos y te llenan de emoción. Las persecuciones, los autos modificados y las peleas son la esencia misma de Mad Max y esta película está llenas de ellas.

Fury Road es tan buena precisamente porque tiene lo que nos interesa ver en una película de esta saga y en grandes cantidades, sin olvidar los maravillosos efectos, que por momentos lucen algo artificiales y eso hará que envejezcan notoriamente con el paso del tiempo, como le pasa a todas las películas que abusan del CGI. Aunque los autos modificados sí son un deleite y como fueron construidos en la realidad mantendrán su calidad por siempre. Sin duda una recomendación obligada para cualquier persona, sea fan o no de la saga, pues la acción y la historia lograrán mantener tu atención en todo momento.

7 respuestas a “Mad Max: Fury Road

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  4. kinod3rtotten 6 julio, 2018 / 8:18 PM

    La primera vez que vi Fury road no me gusto nada. Pensé que eres una saturación en todo sentido. Pero luego la disfrute mucho, justamente por el espectáculo sensitivo que es Fury road. Creo,aunque es solo mi punto de vista,que. Esta es la peli menos reflexiva de Mad max. Si, las otras no lo son tanto. Y sin duda son un espectáculo, especialmente la estética que propuso y los accidentes.Pero aun así había una especie de lección, de moraleja. Fury road solo trata de entretener, y lo logra totalmente.
    ~
    No creo que pase tanto tiempo como para que la sociedad involucione. Por desgracia, si un aspecto de la sociedad falla, esta desencadenara una serie de devastaciones en la infraestructura, que sin recursos y una maquinaria monstruosa es casi imposible de reactivar. Por ejemplo: Las medicinas. Sin antibióticos, la esperanza de vida se reduce dramáticamente. Y eso solo por la falta de energía eléctrica. Si le sumamos falta de alimentos, enfermedades como el cólera.Conflictos armados y una contaminación por radiación. La humanidad quedaría reducida a unos cuantos. Y los que sobrevivan, no serian intelectuales o gente informada sobre la ciencia. Seria gente humilde acostumbrada a estas vicisitudes.

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    • Cuauh 8 julio, 2018 / 4:57 PM

      Es verdad, no había tomado en cuenta lo de la pérdida de intelectuales y dirigentes. Y sí estoy de acuerdo en qué está es la menos profunda en cuanto a un mensaje, pero es muy entretenida y ese es su objetivo.

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