
Título Original: Midsommar.
Género(s): Folk Horror, Slasher.
Director: Ari Aster.
Emisión: 2019.
Duración: 147 minutos.
Extras: –
Desde su estreno leí varios comentarios y reseñas hablando de lo interesante que era esta película, tanto que empezó a poner de moda un término para clasificar a las películas de terror que no cabían en los estándares existentes, en este caso el Folk Horror, un subgénero que podemos definir como el Terror (u Horror, todavía tengo que analizar cuál de los dos es más apropiado ya que en español tienen distinto significado, mientras que en inglés son sinónimos) que se desarrolla dentro de un grupo cultural cuyas tradiciones nos resulta completamente diferente y difíciles de entender.
La calidad técnica del filme es muy buena, la música ayuda en la ambientación, los escenarios nos remite a un bosque perdido en la Suecia rural y la arquitectura de las casas y elementos decorativos y simbólicos nos van poniendo en alerta de que aquella peculiar comuna de gente amable es en realidad una secta cuyas tradiciones pueden ser mortales para los forasteros.

La historia sigue a Dani, una estudiante de psicología que sufre un severo trauma luego de que su hermana se suicidara con monóxido de carbono matando a sus padres a la vez. Dani es novia de Christian un estudiante de Antropología cuyos amigos han planeado un viaje a Suecia para visitar la aldea de Pelle, uno de los amigos, quien los ha invitado para presenciar el festival que se celebra en Hårga cada noventa años. Chris decide invitar a Dani por compromiso y los cinco viajan a Suecia para el festival de verano.
Ya en la aldea son recibidos por los amigos y conocidos de Pelle, quien le empieza a explicar cómo funciona la comuna. Las peculiares tradiciones intrigan a Chris y a Josh, quienes deciden hacer su tesis sobre Hårga, sin embargo, tanto los miembros de su grupo como otros invitados extranjeros empiezan a desaparecer y tanto Chris como Dani son orillados a participar en rituales cada vez más extraños que parecen ser perfectamente normales dentro de la comunidad.

No develaré nada de los rituales ni de lo que ocurre en el festival para no hacer spoilers, pero la forma en que se van conociendo los secretos y verdaderos planes de la comunidad para con los visitantes es lo que genera esa atmósfera de terror. Ahora, no es algo que no hayamos visto antes y varias cosas son previsibles, desde el consumo de drogas y demás psicoactivos para generar estados alterados de conciencia (tanto en los visitantes como en los miembros de la propia comunidad) como en la permisividad de aceptar que extraños presencien el festival lo cual una comunidad tan cerrada nunca aceptaría a no ser que tuvieran planes maquiavélicos entre manos.
En fin, que si bien es algo predecible, resulta igualmente interesante la construcción etnográfica de Hårga y la forma en que se explica el funcionamiento de la comunidad, las tradiciones, creencia y su propia cosmovisión, sobre todo en lo que respecta a la forma en que ven y entienden la vida como un ciclo. Y quienes hayan visto la serie Dinosaurios (1991-1995), aquel sitcom emitido en los años 90, recordará un capítulo donde las suegras son arrojadas a un cañón al cumplir cierta edad; no diré más, pero con eso se pueden dar una idea.

Como Arqueólogo que soy, no deja de parecerme interesante la perspectiva antropológica desde la que se aborda a la comunidad, sobre todo considerando que los personajes son antropólogos y van con intenciones (además de drogarse) de conocer costumbres ajenas a su sociedad. Y eso es una parte importante que debemos tomar en cuenta, pues si bien todo es raro y extremo en cuanto a sus costumbres, no deja de ser el velo de nuestra propia endoculturación lo que nos impide entender a esa otredad. No obstante, no hay que olvidar que más que una comuna resultaron ser una secta de maniacos pero cuya construcción cultural nos deja en la duda de si en realidad eran locos o simplemente era parte de su cultura. Muy interesante de abordar a profundidad desde la perspectiva del Relativismo Cultural que espero hacer algún día.
Por otra parte, esta cuestión del Folk Horror me recordó a películas como Green Inferno (2015), donde todas las atrocidades que sufren los protagonistas a manos de la tribu caníbal, son en realidad parte de las costumbres de ese grupo, quienes para sobrevivir comían personas y no simplemente las mataba por placer. Ese es el aspecto que más me llamó la atención de este subgénero y que me ha motivado a volver a escribir sobre Teorías de Géneros como hacía antes, cosa que espero retomar para el año que viene. Ahondando más en esto, la película se concibió como un Slasher y si cambiamos la figura del asesino que mata a jovencitos como persona individual y convertimos a toda la comunidad en un todo, es la comunidad completa el asesino típico del Slasher lo cual coloca al filme también en ese género. Por lo que el Folk Horror tiene raíces en el Slasher y el Survival-Horror en su versión de espacio confinado, pero ya hablaré a detalle sobre esto en otra ocasión.

Así pues, el Folk Horror nos genera un miedo no a un ente diabólico o a un monstruo, sino a toda una sociedad, un miedo a lo desconocido, a lo que no entendemos, representado por expresiones culturales (supersticiones) que nos generan ese profundo miedo porque en este caso nosotros somos los diferentes y como tal destacamos entre el resto de personas quedando expuesto a una muchedumbre incontrolable cuyas acciones, por al desconocimiento de su dinámica social, nos resulta imposibles de predecir. El miedo a la pérdida de la identidad cultural es otro factor que espero retomar más delante pues resulta propio de este subgénero.
Una excelente recomendación para quien quiera ver un Horror distinto, de ese que no necesita una inmersión psicológica extrema en los protagonistas ni de criaturas extrañas ni de la ayuda de la noche oscura en escenarios aterradores. El verdadero miedo puede experimentarse a pleno día, bajo en infinito y perpetuo rayo del sol, de ese sol que nunca se pone y por algunos meses mantiene las latitudes más septentrionales de planeta bajo un día eterno. Y no olvidemos la moraleja: hay que desconfiar cuando nos inviten a comunidades aisladas donde todos parecen muy amables pero cuyas tradiciones no sean muy difíciles de entender.

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