La diferencia generacional con mi papá es muy grande, así que no hay muchas cosas que compartir en lo que respecta a los gusto en cine o televisión, sin embargo, tengo ciertos recuerdos que aprecio bastante de ambos viendo determinado tipo de serie, series de vaqueros, de caballitos como diría él o westerns como lo cinéfilos lo llaman. Las películas y series del viejo oeste siempre han sido las favoritas de mi papá, al haber nacido en el campo en un área rural estuvo muy en contacto con esos ambientes y parajes, quizás por eso le gustan tanto.
Si bien cuando era niño veía esas series más porque era lo que mi papá había puesto en televisión que por gusto, eventualmente se convirtieron en un gusto adquirido del cual ahora puedo disfrutar sin mayor problema y justamente fueron dos las series de las que admito terminé por volverme muy fan. Y ahora que lo pienso, además del ambiente campirano, seguramente los valores familiares y la vida simple de los viejos tiempo son aspectos por lo que ese género le gusta a mi papá.
La primera serie fue Doctor Quinn, donde una mujer doctor viaja al lejano oeste en un Estados Unidos que apenas iba explorando las áridas tierras donde indios y bandoleros eran un peligro para el viajero y cuyo avance y exploración se lo deben a la famosa fiebre del oro, junto a la construcción del ferrocarril que en aquel siglo era el único medio para viajar tan largas distancias de manera rápida y cómoda evitando los peligros que las carretas y los caballos no podían sortear en su andar por la llanura del centro y poniente de los aún jóvenes Estados Unidos.
Recuerdo que era los fines de semana cuando pasaban ese programa, creo pues esas memorias ya están un poco borrosas, pero aquellas tardes cálidas encendidas por el abrazador sol de la zona semiárida donde vivíamos ambientaban de manera muy realista el trote del caballo entre caminos polvorosos que se mostraban en pantalla. Doctor Quinn es una serie bastante reciente si contemplamos un poco la propia historia del western, pero sí que recuerdo ver esos capítulos donde ByronSully era el único que apoyaba incondicionalmente a Michaela Quinn y no ponía en duda sus capacidades en un mundo donde la voz de la mujer aún no tenían lugar.
Otra serie que ha sido de las favoritas de mi papá y que a mí ni de niño ni en la actualidad me ha gustado es Bonanza., donde actuaba Michael Landon, quien también interpretó al padre de familia de la otra serie que sí veíamos juntos y que me gustó mucho más que La mujer que cura, me refiero a Los Pioneros, como se conoció en México, o La casa en la pradera como el título de inglés sugiere o La familia Ingalls como muchos otros podría conocerla. Dicha serie nos narra la travesía de quiene poblaron el centro y el oeste de Estados Unidos en una época similar a la de Doctor Quinn (segunda mitad del siglo XIX) y lo hace de una forma más familiar que no sé bien cómo describir pero que genera un cierto sabor de hogar e inocencia muy particular que es por lo que aprendía a valorar y disfrutar de la serie.
No me considero un gran fanático del western pero puedo entretenerme con sus historias, además de que dicho género es uno de los principales ancestros que eventualmente dieron origen al Space Opera y demás historias sobre los viajes espaciales, pues cuando se le acabó el viejo oeste, la ficción volteó al espacio para seguir su carrera de exploración. Un gusto heredado por mi padre y que si bien no suelo consumir tan a menudo sí puedo atribuir que mi aprecio por el género lo recibí de él.
No escuché buenas críticas sobre esta película cuando salió, la mayoría de los comentario la tachaban como una película mala, sobre todo porque su historia era un refrito más en una época en la que estábamos viendo muchas cosas que se parecía a los grandes clásico del siglo pasado, como Life. Así que por mucho tiempo no tuve interés en verla, hasta que empezó a aparecen en mis recomendaciones de Netflix y una tarde donde quería ver algo a lo que no tuviera que prestarle demasiada atención decidí que sería un buen momento, sobre todo porque desde Mars me quedé con ganas de ver más cosas sobre viajes espaciales.
La calidad técnica del filme es muy buena, incluso toda la parte digital me pareció excelente. Visualmente la película es muy hermosa, y aunque tiene menos escenas en el espacio exterior de lo que me gustaría, esas tomas de las estrellas lejanas siempre son un plus que echa a volar nuestra imaginación y nos hace pensar en largos e infinitos viajes espaciales. Así que al menos por ese lado la película es buena. La banda sonora tampoco está nada mal aunque no es algo que destaque en demasía. Las actuaciones están bien, aunque la calidad y originalidad de la historia demeritan mucho el trabajo actoral.
La historia toma lugar en la nave espacial Ávalon, una nave que transporta a 5000 colonizadores hacia Homestead II, la próxima nueva colonia espacial. Al parecer, en el futuro las empresas de colonias espaciales son las más redituables del mundo y poner en un nuevo planeta a un grupo de personas que desean iniciar de cero en un lugar completamente diferente parece ser un negocio millonario. La Ávalon está realizando un viaje de 120 años, para que la tripulación y los pasajeros puedan sobrevivir a la larga travesía son puestas en hibernación en cápsulas especiales, pero al atravesar una zona de asteroides la nave empieza a sufrir desperfectos.
Debido a las averías, la capsula de Jim Preston (Chris Pratt) lo despierta creyendo que están próximos a llegar a Homstead II, pero al parecer a la nave aún le faltan 90 años de viaje. Jim intenta todo para volver a dormir, pero no parece haber alternativa, al parecer pasará el resto de su vida en esa nave y morirá antes de llegar a su destino. Devastado por su realidad y con el peso de la soledad por más de un año, Jim decide despertar a una hermosa chica de la que se ha enamorado. Aurora Lane (Jennifer Lawrence) despierta creyendo que está próxima a su destino, pero al parecer todo fue un error en su cápsula, o es lo que Jim le hace creer.
Estando solos en la nave Jim logra su objetivo y Aurora se enamora de él, ambos parecen aceptar su situación y empiezan a disfrutar del viaje y su compañía mutua. Sin embargo, la nave parece que empieza a deteriorarse cada vez más rápido hasta que las fallas son tantas que un oficial de la tripulación es despertado, aunque con graves secuelas en su salud pues su capsula tuvo fallos reales que dañaros sus órganos internos. Ahora los tres deberán encontrar lo que está mal con la nave y repararla antes de que sea muy tarde.
La historia no es nada original, pues apela a la misma soledad en el espacio que ya habíamos visto de una manera magistral en Moon, incluso hay un androide que por mucho tiempo es la única voz con quien nuestro protagonista puede platicar para mantener la cordura, similar a Gerty. La otra parte, la de la supervivencia en el espacio, la vemos en The Martian. Así que ninguna de las premisas es original, ni siquiera lo de despertar a alguien para que tener compañía, de hecho todo es sumamente predecible y todo pasa justo como nos lo imaginamos y termina de la misma forma.
En los personal creo que un final dramático hubiese sido muy bueno, con alguno de los personajes quedándose sólo en la nave para siempre, pero no, al final tenemos el típico desenlace feliz que era previsible desde los primeros minutos. Esa falta de inventiva y originalidad es lo que hizo que muchos fans del género la catalogaran como una mala película, aunque yo creo que tiene un par de elementos rescatables que tampoco la hace buena. Es simplemente una película atractiva en cuanto a su parte visual y entretenida para ver en una tarde sin mayor pretensión.
A Chris Pratt ya lo hemos visto muchas veces en una nave espacial, al igual que a Laurence Fishburne, así que verlos en películas de este tipo ya se está volviendo hasta un cliché. A Jennifer Lawrence es más nuevo verla así, pero creo que Michael Sheen en su papel como en androide que atiende el bar de la nave es el más destacado. El elemento del androide o robot, voz u objeto que acompaña a un personaje solitario es un elemento recurrente en este tipo de historias, que a final de cuentas no son otra cosa que la extrapolación de un naufragio. Recordemos que la Space Opera y en generan los viajes espaciales son la continuación de los viajes el viejo oeste en las películas Western o de los viajes de exploración del nuevo mundo en los navíos de madera. Lo que tenemos aquí no es otra cosa que una película de náufragos.
Otro aspecto interesante es la soledad. Sin importar las circunstancias, al parecer es la soledad de un individuo social como el ser humano lo que lo llevan a dejar de intentarlo, mientras que una compañía, por mínima que sea, le puede dar la motivación que necesita para seguir adelante. No obstante, el aspecto que yo considero más importante es el de la razón para abandonar todo e iniciar de cero en un planeta desconocido. Dejar a tus amigos, familia y posesiones para emprender un viaje sin retorno tiene una implicación tan grande que muchas personas quizás no se atrevería a hacerlo, incluso si decides regresar a la Tierra lo harás en un futuro tan distante que será como llegar a un nuevo planeta, pero yo, y estoy seguro que muchas otras personas, seríamos capaces de dejarlo todo por, al menos, tener una vista de las estrellas desde la abrumadora inmensidad del espacio exterior.
Los viajes espaciales siempre me han maravillado, el ver planetas nuevos o el simple hecho de poder asomarme por la escotilla de una nave y ver el vacío del infinito con estrellas y galaxia a lo lejos es algo que me maravilla por completo, y si bien la película no es buena, es sumamente predecible y retoma elementos que ya habíamos visto, me permitió imaginarme viajando sin retorno a un planeta distante y eso es algo por lo que valió la pena verla. La idea de colonizar un planeta claro que llama mi atención, pero es más bien lo que se puede ver en el trayecto lo que más me ilusiona.
Quienes crecimos en los 90 sin televisión de paga seguramente recordaremos que una de las primeras y más clásicas películas de terror que vimos en nuestra infancia fue justamente Terror en el Desierto. Una película un tanto Serie B de terror todavía ochentero con un toque de Western, con una calidad buena en muchos aspectos y mala en muchos otros. Y a pesar de no ser la gran producción de terror se convirtió en un clásico del cine por Canal 5 para nosotros.
Gravoides, cuyo título original en inglés es Tremors, fue la primera entrega de una saga que bien podemos considerar de culto, ya que no es la sobresaliente obra digna de todos los premios, pero sí es un filme muy querido y respetado por su fiel séquito de fans, entre los que nos incluimos.
Los Agarroides, cómo se les nombró en la traducción latinoamericana, son uno de esos fantásticos monstruos que el cine nos ha regalado, pero que lamentablemente no han tenido el reconocimiento que merecen. En parte debido a las no tan atinadas secuelas que completaron la saga que actualmente se integra por cuatro secuelas y una precuela para un total, hasta el momento, de cinco películas: Tremors (1990), Tremors 2: Aftershocks (1996), Tremors 3: Back to Perfection (2001), Tremors 4: The Legend Begins (2004) y Tremors 5: Bloodlines. Sin olvidar la serie de televisión de 2003 y la posible sexta entrega a entrenarse en 2018.
Para nosotros, crecer viendo a un grupo de pueblerinos huir por el desierto tratando de escapar de los Serpentoides se convirtió en una tradición obligada al menos una vez al año. Hoy le rendimos un pequeño homenaje en forma de Podcast a la que quizás sea la película de monstruos menos valorada de los 90 pero que tiene todo no sólo para consolidarse como película de culto, sino como un verdadero clásico del Survival-Horror Western de grandes Monstruos.
Cuando uno se mete a analizar Teoría de Géneros, termina por percatarse de que muchos de ellos surgen, retoman o modifican géneros anteriores o que en dado caso son exactamente iguales y únicamente matizar sus escenarios y temáticas con elementos nuevos, pero en esencia siguen siendo el mismo género. Eso mismo pasa con dos géneros que en apariencia son diametralmente opuestos, pero que en el manejo de sus argumentos, temas y construcción de personajes son prácticamente lo mismo, me refiero al Western y al Space Opera.
Antes de que el Space Opera fuera llamado como tal, hubo una época de transición en la que muchas de las películas del género fueron denominadas como Western Espacial, término que de hecho podríamos considerar como una variante temático-visual del Western (o del Space Opera en dado caso). Dicha variante retoma más elementos fantásticos que Científicos, por lo que el Western Espacial está más cercano a la Fantasía que a la Ciencia Ficción Soft. La película cuya mejor determinación de género es ésta es Star Wars (George Lucas, 1977), pues se desarrolla por completo en el espacio y hay presencia de elementos un tanto sobrenaturales, sin olvidar que la construcción de sus personajes, escenarios y el desarrollo de su historia nos remiten al Western (tan simple como que el término Space Opera deviene de Horse Opera que era otra forma de llamar al Western).
Galaxy Express 999
Antes de entrar de lleno en el Space Opera, mencionemos los elementos más sobresalientes que retomó tanto del Western como del Spaghetti Western. En primera, algunas obras —como la ya mencionada Star Wars— retoman escenarios que lucen como el viejo oeste, pero con pistolas laser y naves en lugar de revolver y caballos. No obstante, son muy pocas las obras que llegan a tener un símil visual tan cercano con el Western como ocurre con la Saga de Lucas, la mayoría, al desarrollarse en el espacio, tendrán una apariencia por completo diferente. En cuanto a la construcción de personajes sí hay una cercanía mayor, puede que el protagonista sea el Cowboy que lucha por la justicia, como Luke Skywalker o los múltiples personajes heroicos de Leiji Matsumoto (todos son el mismo) o que sea un antihéroe heredado del cine italiano al estilo de Django, como en Cowboy Bebop. Así mismo, casi como regla siempre habrá un némesis que de juego a nuestro protagonista e incluso una damisela en peligro.
Ahora bien, el elemento más importante que crea el símil entre Space Opera y Western es el viaje. En las películas de vaqueros tenemos que los pioneros y exploradores viajaban hacia el oeste, a descubrir y poblar las lejanas e inhóspitas tierras habitadas por los nativos, ya fuese para extraer oro, criar a su ganado, huir de la justicia, asaltar diligencias o buscar venganza (estos últimos referenciando al Spaghetti Western). El viaje se emprendía para descubrir lo desconocido y llegar a donde nadie jamás había llegado, que es lo mismo que hicieron siglos más tarde los primeros exploradores espaciales. Incluso la lucha contra los nativos puede semejarse a los conflictos con razas extraterrestres (Avatar de James Cameron es la versión espacial de Danza con Lobos, aunque Avatar no es precisamente Space Opera). Lo que no debemos olvidar del viaje, sin importar la razón de este, es que para ambos géneros debe ser un elemento que detone la acción en la historia y los conflictos entre los personajes.
Cowboy Bebop
El viaje es retomado por el Space Opera del Western, pero este lo retoma a su vez de la Fantasía Épica. Sin embargo, no debemos olvida que el género de los viajes espaciales bebe de otra fuente, que en este caso es la Ciencia Ficción. El género de la tecnología futurista le otorgó a la Opereta Espacial toda su tecnología y herramientas y ayudó a transformar los viejos escenarios en locaciones futuristas. Debido a la estética y la parafernalia, visualmente es más fácil ubicar a la Space Opera como un subgénero de la Ciencia Ficción, pero ya vimos que argumentalmente de hecho está más apegada al Western y la Fantasía.
La Space Opera es un subgénero por sí mismo. En su neutralidad debe ser indistinguible entre uno u otro de los géneros que la conformaron, pero en la realidad las diferentes obras tienen la tendencia de apegarse o al Western o a la Ciencia Ficción. Star Treck es un ejemplo de neutralidad (hasta cierto punto), Star Wars está más cercano al Western que a otra cosa y Battlestar Galactica es más Ciencia Ficción que nada. Así es como dos géneros aparentemente opuestos tienen más en común de lo que aparentan, aunque no hay que caer en extremismos y pensar que obras como Cowboy vs Aliens es un ejemplo de esta simbiosis en particular.
Título Original: Rango Director: Gore Verbinski. Género(s): Western, Comedia. Estudio: Industria Light and Magic. Emisión: 2011. Duración: 107 minutos. Extras: –
Demostrando que el género del viejo oeste se encuentra tan vigente como cuando Clint Eastwood montaba su caballo por las inmensas llanuras bajo la dirección de Segio Leone amenizado por las fabulosas tonadas del Ennio Morricone, Rango nos remite a un pasado lleno de polvo y sol, donde el sombrero de un hombre y su confiable Colt eran lo único necesario para enfrentarse al desierto.
Parece irónico que algunos de los filmes western más reconocidos sean de hechura italiana y no norteamericana como podríamos pensar, pero los aportes que el Spaghetti Western hizo al cine a nivel estético y musical son irrefutables. El género de los vaqueros se vino a empapar con una horda de tipos duros, héroes que no lo eran y bandas sonoras más allá de los sublime. Todas esas características están presentes en Rango, que nos recuerda más al western europeo que al estadounidense, no por nada el personaje principal es una alusión al clásico de Segio Corbucci, Django (1966).
Con una calidad visual tan impactante, una banda sonora tan apabullante y escenarios tan minuciosamente diseñados que sería la envidia de los mismísimos Leone y Corbucci, Rango se ha convertido por mérito propio en un clásico del cine de vaqueros que está a la altura de cualquiera de las viejas producciones.
El filme nos sitúa en el desierto de Mojave, cerca de la frontera mexicana y a unos kilómetros de Las Vegas. Con personajes que retoman la construcción de las fábulas mediante el uso de animales antropomorfizados que responden a los arquetipos necesarios en este tipo de obras pero sin caer en ningún momento en clichés.
La historia gira en torno a Rango, un camaleón mascota que después de un accidente termina perdido en el desierto. Luego de vagar bajo el inclemente sol llega a Tierra (Dirt), un pueblecito a punto de sucumbir a la sequía. Para integrarse con los lugareños, nuestro protagonista finge ser Rango, un conocido forajido. Una vez con su nueva identidad, Rango tiene un duelo con los matones del lugar y luego de algunos singulares sucesos es proclamado Sheriff por el alcalde.
Como parte de las obligaciones de su nuevo puesto, Rango deberá resolver el misterio de la falta de agua, iniciando así una aventura que le llevará a recorrer el desierto, enfrentar peligrosos criminales y luchar contra cientos de enemigos a fin de regresar el agua al pueblo. Sin embargo, cuando su empresa falla, deberá recorrer el desierto solo hasta encontrar al “Espíritu del Oeste”, quien le ayudará a descubrir que la sequía es en realidad una conspiración gestada por los altos mandos.
Si bien la película es un simple Western, no pierde la oportunidad de hacer una fuerte crítica social a dos factores muy específicos, la corrupción del gobierno y la desertificación de la tierra causada por el uso irracional y el acaparamiento del agua y otros recursos.
En el filme vemos cómo el pueblo está sometido por las autoridades pero no por la fuerza ni el dinero, sino por la fe, como ocurre en nuestra propia sociedad. El mismo alcalde le dice a Rango que el pueblo lucha por sobrevivir por la simple creencia de que algún día todo mejorará, también le dice que el pueblo debe tener fe en algo, aunque eso sea un héroe falso como lo es nuestro protagonista. Actualmente, al menos en México, mucha gente o tiene una fe ciega en el gobierno o espera que todo mejore para el próximo sexenio, y así, de sexenio en sexenio vivimos esperando la llegada de una mejora de no depende sino de nosotros mismos. Sobre este tema, son muchas las lecturas que le podemos dar a la película, pero quedémonos sólo con esa.
El otro tema es el control y el acaparamiento de recursos, que es este caso es agua. Es obvio que en el desierto quien controla el agua lo controla todo, por eso muchos habitantes de Tierra han vendido sus propiedades, pero el cameo que hace la ciudad de Las Vegas, nos invita a reflexionar sobre cómo los asentamientos humanos afectan a los ecosistemas circundantes, pues no olvidemos que nuestros personajes son simples animalitos del desierto.
Tampoco debemos pasar por alto aquellas analogías surrealistas un tanto oníricas, ni los elementos bélicos mezclados con toques de fantasía y exageración que impiden que la obra se estanque en algo sólo de caballos, indios y pistoleros. Y como olvidar el cameo de Clint Eastwood, o al menos de su imagen caricaturizada, como el “Espíritu de Oeste”.
Para quienes crecimos viendo series que respondían a un western clásico y ligero, ver una película animada que retoma los clásicos de Europa resulta muy gratificante y novedoso. La Enchilada Western o el Western clásico de los gringos era algo ya muy visto, pero no así el Spaghetti o el Chorizo Western, que indudablemente modificaron el género y bien merecían estar presentes en una animación de tal calidad, sobre todo para reinsertar a los vaqueros en las nuevas generaciones.
Una de las mejores obras animadas de los últimos años a nivel argumental, la mejor, sin duda alguna, a nivel visual, y la mejor animación western, por mucho, de todos los tiempos. Una recomendación obligada para los amantes del cine, la animación y los vaqueros.
Considerado por algunos como uno de los dos géneros clásicos del cine americano (el otro es el Western) y usado por otros como una simple fase dentro de la historia de la cinematografía estadounidense, esto es, lo ven como un término que identifica a una serie de filmes en determinada época —las décadas de 1940 y 1950— y no como un género, el Film Noir es sin duda en referente obligado para todos los cinéfilos, pues sus historias de intriga, aunado a su peculiar estética, atrapan rápidamente a sus espectadores.
Comenzaré con una definición de lo que yo entiendo por Film Noir:
El Film Noir es un género cinematográfico que se caracteriza por contar historias policiacas, en donde los protagonistas son personajes antagónicos y muy alejados del ideal moral del ciudadano ejemplar. Se presentan villanos y antihéroes en los papeles centrales y existe un constante juego de perseguidor y perseguido. Sin olvidar el particular manejo de los claroscuros, en donde la luz hace el trabajo de los enfoques y encuadres, pues ilumina aquel elemento que busca resaltar en la escena.
Es importante aclarar que los Filmes Noir únicamente son aquellos realizados durante las décadas de 1940 y 1950. Cualquier película realizada antes o después no puede ser considerada dentro del género, o fase temporal si queremos verlo desde el otro punto de vista. A pesar de considerarse un género nato estadounidense, sí existen producciones de Cine Noir europeo, como ejemplo la película Rififí (Jules Dassin, 1955) de Francia.
NOVELA NEGRA Y CRÍTICA FRANCESA
El Film Noir debe su nombre al término acuñado por la crítica francesa para designar a un determinado grupo de películas realizadas en Estados Unidos a mediados del siglo XX. Film Noir significa literalmente Cine Negro y toma sus bases de la Novela Negra, la novela de temáticas policiacas. No debemos confundir un Film Noir con un Thriller, ni tampoco debemos creer que toda película de policías sea un Noir.
DETECTIVE Y SUPERHÉROE
El Film Noir supo aprovechar la psicosis social de aquella época para lograr consolidarse como un género tan distintivo. Sus obras son un reflejo de los miedos e inseguridades estadounidenses después de la segunda guerra mundial y fue alimentado por la paranoia de la postguerra y la guerra fría. De ahí que sus principales elementos sean espionaje, violencia, anti-héroes, conflictos morales, complots, robo de identidad, pesimismo y sospecha, sin olvidar los prácticamente nulos finales felices.
En la década de 1930 surgieron, en nuestro vecino país del norte, dos de los superhéroes más emblemáticos y reconocidos a nivel mundial, Súperman (1938) y Batman (1939). El surgimiento de estos respondió a la necesidad de un imaginario colectivo que representara la esperanza de un futuro mejor luego de la Gran Depresión en 1929. Lo mismo puede observarse en el desarrollo de la Ciencia Ficción Japonesa antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Gestado a la par que los grandes héroes, símbolos de la moralidad y rectitud, el Film Noir surgió como la oposición a esas ideas idílicas de progreso, pues representaba la parte oscura, violenta y fría de la sociedad americana.
Personajes
Sea quien sea el protagonista generalmente es un anti-heroe, ya sea detective, policía, ladrón, gánster, asesino o psicópata. De cualquier manera no representa los altos valores morales que vemos en los superhéroes de la década anterior; ellos son la visión utópica y estrictamente moral del ideal americano, mientras que los villanos del Noir son la visión opuesta (similar a lo que ocurrió años más tarde entre el Retrofuturismo Clásico y el Cyberpunk).
Estos personajes muestran ineludiblemente melancolía, desilusión, pesimismo, paranoia, corrupción, desesperación o maldad, generalmente más de una de estas características. Al ser personajes con muchos conflictos internos el desarrollo de su vida —y el de la historia del filme— está fuertemente atado a sus decisiones, por lo que los errores de su pasado se vuelven un elemento fundamental en la historia. Quizás resulte trillado pero es frecuente ver personajes con amnesia o con un pasado tan conflictivo que resulta la causa de sus problemas actuales.
Femmen fatale. El papel de la mujer en el Noir tiene dos posibles actitudes, puede ser la sexy dama en apuros o la seductora y fatal manipuladora que usa sus “encantos” para aprovecharse del protagonista. Este dominio de la mujer es un reflejo del nuevo poder que empezó a tener dentro de la sociedad americana y que se vería reflejado socialmente con el bum del feminismo en lo que se conoce como la “Segunda Ola” de los años 60. Este tipo de mujeres son misteriosas, manipuladoras, depredadoras, no confiables, traidoras, independientes e inteligentes.
Boogie el Aceitoso (Gustavo Cova, 2009)
Otros elementos
Las historias del Noir están emplazadas en el violento y bajo mundo de la corrupción y el crimen. Las calles, departamentos, hoteles, casas abandonadas, prisiones y bares se convierten en los escenarios más comunes. Se presentan muchos elementos sexuales, pero no por ello están obligados a tejer una historia de romance para el trasfondo policiaco. Las historias no son lineales, pues hay un recurrente uso del flash-back que nos permite conocer ese pasado erróneo en el protagonista, al igual que la voz en off cuya principal función es servir de narrador. Lo anterior hace de estas obras algo muy complejo que no debe verse o leerse a la ligera, pues el ritmo, el lenguaje y el constante uso de metáforas podrían dificultarnos entender el entramado de todos los elementos Noir.
Entre los elementos técnicos destacan los ángulo de cámara, que suelen ser horizontales o verticales y contrastan con las tomas del cine de esa época. Los claroscuros (manejo de luz y sombras) también son algo muy particular de éste género. Dentro del cine convencional se suele enfocar aquel elemento importante de la escena, es decir, una toma cerrada (close-up) cuando queremos ver la expresión del protagonista o una toma abierta cuando lo que importa es el escenario. En el Noir la cosa cambia, pues la iluminación es quien realiza dicho trabajo, es común encontrar un escenario medianamente iluminado con los personajes totalmente a oscuras como si se tratase de sombras o un acercamiento a un rostro donde los ojos son el único elemento visible.
SUBGÉNEROS NOIR
Dentro del Film Noir existen algunas derivaciones o subgéneros que responde tanto a la temporalidad como a las características temáticas y argumentales de las historias. Sin embargo, básicamente sólo se usan dos conceptos para catalogar al Cine Negro, estos son: Film Noir (para el cine clásico de 1940-1950) y Neo-Noir (para el Cine Negro contemporáneo).
Pre-Film Noir. Designa a las obras de los años veinte y treinta, principalmente en Europa. Estas películas son el referente cinematográfico directo del cual se basaron los directores americanos décadas después. No se consideran Film Noir porque dicho estilo se definió precisamente en Estados Unidos. Un ejemplo es el filme alemán M (Fritz Lang, 1931).
Film Gray. Se utiliza para denominar a las películas cuyo desenlace es feliz, oponiéndose al característico final pesimista, de ahí el término gray (gris).
Post-Noirs. Corresponde a todos los filmes realizados después de la década de 1950, pero generalmente se usa para identificar a las películas de los años 60, pues aún no presentaban una diferencia tan radical con el Noir Clásico pero ya no pertenecían a dicha generación de filmes. Se subdivide en Tech-Noir y Neo-Noir.
Tech-Noir. Es el resultado de mezclar Ciencia Ficción con Film Noir. Un claro ejemplo de esto es Blade Runner (Ridley Scott, 1982). El Cyberpunk retoma básicamente en su totalidad el ritmo y la ambientación del Cine Negro; si la Space Opera tiene su origen en el Western, el Cyberpunk lo tiene en el Noir (tan sólo notemos el uso de lluvia, las calles oscuras y las luces de neón). Recordemos que un Film Noir es sumamente versátil, puede combinarse con el Drama, el Romance, el Western o el Documental y lograr una obra un tanto ambigua al momento de catalogar. Blade Runner es más Ciencia Ficción que Film Noir, caso totalmente opuesto al del cortometraje A Detective Story de Animatrix.
Neo-Noir. Es el término más usado actualmente y designa a todo el cine negro contemporáneo, desde la década de 1970 hasta la actualidad. Dos de sus características fundamentales son su constante fusión con otros géneros cinematográficos y el uso del color, ya sea como un elemento incidental o que todo el filme sea a color. Sin City (Rodríguez, Miller y Tarantino, 2005) es el mejor representante del Noir Contemporáneo.
Para más información:
–Film Site
–Crime Culture
–Film Noir: An Encyclopedic Reference to the American Style. Alan Silver y Elizabeth Ward, Ovelook TP, USA, 1993.
–The Film Noir Encyclopedia. Alan Silver, Elizabeth Ward, James Ursin y Robert Porfirio. Ovelook Handcover, USA, 2010.