Pasajeros

Título Original: Passengers.
Género(s): Ciencia Ficción, Romance, Drama.
Director: Morten Tyldum.
Emisión: 2016.
Duración: 116 minutos.
Extras:

No escuché buenas críticas sobre esta película cuando salió, la mayoría de los comentario la tachaban como una película mala, sobre todo porque su historia era un refrito más en una época en la que estábamos viendo muchas cosas que se parecía a los grandes clásico del siglo pasado, como Life. Así que por mucho tiempo no tuve interés en verla, hasta que empezó a aparecen en mis recomendaciones de Netflix y una tarde donde quería ver algo a lo que no tuviera que prestarle demasiada atención decidí que sería un buen momento, sobre todo porque desde Mars me quedé con ganas de ver más cosas sobre viajes espaciales.

La calidad técnica del filme es muy buena, incluso toda la parte digital me pareció excelente. Visualmente la película es muy hermosa, y aunque tiene menos escenas en el espacio exterior de lo que me gustaría, esas tomas de las estrellas lejanas siempre son un plus que echa a volar nuestra imaginación y nos hace pensar en largos e infinitos viajes espaciales. Así que al menos por ese lado la película es buena. La banda sonora tampoco está nada mal aunque no es algo que destaque en demasía. Las actuaciones están bien, aunque la calidad y originalidad de la historia demeritan mucho el trabajo actoral.

La historia toma lugar en la nave espacial Ávalon, una nave que transporta a 5000 colonizadores hacia Homestead II, la próxima nueva colonia espacial. Al parecer, en el futuro las empresas de colonias espaciales son las más redituables del mundo y poner en un nuevo planeta a un grupo de personas que desean iniciar de cero en un lugar completamente diferente parece ser un negocio millonario. La Ávalon está realizando un viaje de 120 años, para que la tripulación y los pasajeros puedan sobrevivir a la larga travesía son puestas en hibernación en cápsulas especiales, pero al atravesar una zona de asteroides la nave empieza a sufrir desperfectos.

Debido a las averías, la capsula de Jim Preston (Chris Pratt) lo despierta creyendo que están próximos a llegar a Homstead II, pero al parecer a la nave aún le faltan 90 años de viaje. Jim intenta todo para volver a dormir, pero no parece haber alternativa, al parecer pasará el resto de su vida en esa nave y morirá antes de llegar a su destino. Devastado por su realidad y con el peso de la soledad por más de un año, Jim decide despertar a una hermosa chica de la que se ha enamorado. Aurora Lane (Jennifer Lawrence) despierta creyendo que está próxima a su destino, pero al parecer todo fue un error en su cápsula, o es lo que Jim le hace creer.

Estando solos en la nave Jim logra su objetivo y Aurora se enamora de él, ambos parecen aceptar su situación y empiezan a disfrutar del viaje y su compañía mutua. Sin embargo, la nave parece que empieza a deteriorarse cada vez más rápido hasta que las fallas son tantas que un oficial de la tripulación es despertado, aunque con graves secuelas en su salud pues su capsula tuvo fallos reales que dañaros sus órganos internos. Ahora los tres deberán encontrar lo que está mal con la nave y repararla antes de que sea muy tarde.

La historia no es nada original, pues apela a la misma soledad en el espacio que ya habíamos visto de una manera magistral en Moon, incluso hay un androide que por mucho tiempo es la única voz con quien nuestro protagonista puede platicar para mantener la cordura, similar a Gerty. La otra parte, la de la supervivencia en el espacio, la vemos en The Martian. Así que ninguna de las premisas es original, ni siquiera lo de despertar a alguien para que tener compañía, de hecho todo es sumamente predecible y todo pasa justo como nos lo imaginamos y termina de la misma forma.

En los personal creo que un final dramático hubiese sido muy bueno, con alguno de los personajes quedándose sólo en la nave para siempre, pero no, al final tenemos el típico desenlace feliz que era previsible desde los primeros minutos. Esa falta de inventiva y originalidad es lo que hizo que muchos fans del género la catalogaran como una mala película, aunque yo creo que tiene un par de elementos rescatables que tampoco la hace buena. Es simplemente una película atractiva en cuanto a su parte visual y entretenida para ver en una tarde sin mayor pretensión.

A Chris Pratt ya lo hemos visto muchas veces en una nave espacial, al igual que a Laurence Fishburne, así que verlos en películas de este tipo ya se está volviendo hasta un cliché. A Jennifer Lawrence es más nuevo verla así, pero creo que Michael Sheen en su papel como en androide que atiende el bar de la nave es el más destacado. El elemento del androide o robot, voz u objeto que acompaña a un personaje solitario es un elemento recurrente en este tipo de historias, que a final de cuentas no son otra cosa que la extrapolación de un naufragio. Recordemos que la Space Opera y en generan los viajes espaciales son la continuación de los viajes el viejo oeste en las películas Western o de los viajes de exploración del nuevo mundo en los navíos de madera. Lo que tenemos aquí no es otra cosa que una película de náufragos.

Otro aspecto interesante es la soledad. Sin importar las circunstancias, al parecer es la soledad de un individuo social como el ser humano lo que lo llevan a dejar de intentarlo, mientras que una compañía, por mínima que sea, le puede dar la motivación que necesita para seguir adelante. No obstante, el aspecto que yo considero más importante es el de la razón para abandonar todo e iniciar de cero en un planeta desconocido. Dejar a tus amigos, familia y posesiones para emprender un viaje sin retorno tiene una implicación tan grande que muchas personas quizás no se atrevería a hacerlo, incluso si decides regresar a la Tierra lo harás en un futuro tan distante que será como llegar a un nuevo planeta, pero yo, y estoy seguro que muchas otras personas, seríamos capaces de dejarlo todo por, al menos, tener una vista de las estrellas desde la abrumadora inmensidad del espacio exterior.

Los viajes espaciales siempre me han maravillado, el ver planetas nuevos o el simple hecho de poder asomarme por la escotilla de una nave y ver el vacío del infinito con estrellas y galaxia a lo lejos es algo que me maravilla por completo, y si bien la película no es buena, es sumamente predecible y retoma elementos que ya habíamos visto, me permitió imaginarme viajando sin retorno a un planeta distante y eso es algo por lo que valió la pena verla. La idea de colonizar un planeta claro que llama mi atención, pero es más bien lo que se puede ver en el trayecto lo que más me ilusiona.