Ciencia Ficción Social

Metrópolis (Fritz Lang, 1927)

La Ciencia Ficción Social (CFS) es un subgénero de la Ciencia Ficción, y como tal debe presentar todas las características particulares que la distinguen, sin embargo, existen algunos elementos que no están presentes en todas las obras de Ciencia Ficción y que por ello caracterizan a las obras de este subgénero.

Empezaré con una definición personal:

La Ciencia Ficción Social es aquella que presenta todas las características necesarias para ser considerada Ciencia Ficción pero que en lugar de especular sobre los avances científicos lo hace sobre el desarrollo social, generando con ello una crítica velada que puede extrapolarse a la sociedad actual.

Cabe destacar que éste es uno de los géneros que mayor relación tiene con el resto de las derivaciones de la Ciencia Ficción, pues no importa si se trata de una Distopía, Utopía, Ucronía, Steampunk o Cyberpunk, mientras aborde temas sociales y haga una crítica de ellos será también Ciencia Ficción Social. Esto nos permite imaginar que es muy complicado encontrar una obra pura de este género, pues por lo regular se encontrará compaginada con otro.

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CIENCIAS BLANDAS

La primera característica de la CFS es el hecho de que hace uso de los conocimientos y teorías propias de las denominadas ciencias blandas (Ciencias Sociales), como la sociología, la economía y la antropología. Se ubica, obviamente, dentro de un universo regido por leyes físicas, químicas y matemáticas que permiten un gran avance tecnológico, pero a diferencia de la Ciencia Ficción normal éstas no ocupan el papel fundamental en la historia.

Como vimos en el artículo sobre ciencia ficción, los personajes adquieren su protagonismo debido a que se desenvuelven alrededor de una idea que permite la especulación racional de un mundo ficticio, y es ésta idea la que adquiere una importancia central. En el caso de la CFS, son los movimientos y conflictos sociales quienes adquieren la mayor importancia en la historia, no así los personajes, estos se vuelven protagónicos únicamente por participar en dichos movimientos.

No es extraño encontrar referencias a diversas revoluciones (sociales, industriales o tecnológicas), movimientos políticos (fascismo, leninismo, socialismo…) o corrientes de pensamiento (marxismo, positivismo, feminismo…) que retoman algún hecho social y los critican mediante el encubrimiento que la Ciencia Ficción otorga.

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CRÍTICA SOCIAL

Como ya sabemos, una de las características de la Ciencia Ficción es el cambio de escenario, pues una historia de ese género no debe desarrollarse en el mismo espacio contextual que el nuestro. Lo mismo pasa con la Ciencia Ficción Social, pero a diferencia de la primera, en ésta deben existir los elementos suficientes para trasporta la crítica social de nuestro mundo al nuevo entorno.

 Es imposible criticar problemas sociales que no han tenido lugar en ninguna de las civilizaciones que han existido a lo largo de la historia de la humanidad, pero la CFS nos permite especular sobre el devenir de la humanidad, así que en teoría podemos meditar sobre los problemas que le aguardan a las sociedades humanas.

Algo que debemos tener muy en cuenta al momento de catalogar una obra dentro de este género es la similitud que la crítica social puede tener con una Distopía, ya que ambas critican por lo general al gobierno. Además, muchos subgéneros como el Cyberpunk (y sus derivados) no pueden desligarse de la crítica social (el Biopunk en el mejor ejemplo), y eso hace que los límites que nos permitirían diferenciar con claridad entre estos géneros sean muy ambiguos, por lo que prácticamente todas las obras punk será también CFS.

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DERECHOS Y ÉTICA

Entre los temas más criticados están los derechos humanos y los conflictos éticos que los desarrollos tecnológicos pueden provocar en las sociedades. Éstos derechos generalmente son extrapolados a otras sociedades u otras problemáticas. Por ejemplo: tendremos robots luchando por sus derechos (como en los cortometrajes “El Segundo Renacimiento” de la saga Animatrix) o gente exigiendo que se respete la memoria de los muertos, como en The Final Cut (Omar Naim, 2004)

LUCHA DE CLASES

La lucha de clases es otro de los temas más recurrentes, pues la desigualdad social ocasionan casi inevitablemente un conflicto bélico entre la sociedad y el gobierno, aunque no se limita a estos componente sociales, pues puede hacer partícipe a la Iglesia, los comerciantes, los militares u otras formas de organización, como las sociedades extraterrestres o inteligencias artificiales.

Cabe aclarar que una historia sobre una invasión alienígena que no contiene un aspecto social en dicha invasión no puede considerarse dentro de este género. Por ejemplo: la novela War of the Worlds (H. G. Wells) no es CFS, mientras que District 9 (Neill Blomkamp, 2009) sí lo es.

Cuando las obras presentan un conflicto civil entre un sector de la sociedad y otro, entre dos estratos sociales, entre gobernados y gobernantes o entre distintos grupos étnicos o raciales (humanos, extraterrestres o artificiales), la CFS adquiere el apelativo de Ciencia Ficción Libertaría. En otras palabras, la Ciencia Ficción Libertaria nos presenta un conflicto social interno que desemboca en un conflicto bélico intestino (revolución) en el que una facción lucha contra otra por determinados derechos, creencias o recursos.

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Ciencia Ficción

Le Voyage dans la Lune
Le Voyage dans la Lune (Georges Méliès 1902)

La Ciencia Ficción es uno de los géneros que más dificultades presenta al momento de ser definido, pues es usado indiscriminadamente para catalogar a todo medio audiovisual o literario que presente términos científicos, especulativos o fantásticos. Por ésta razón, me he propuesto definir de manera simple algunos de los parámetros y características que las obras de éste género deben contener. Para aquel que quiera profundizar más en este tipo de definiciones les recomiendo el glosario de la página ciencia-ficcion.com

Empecemos por definir que es la Ciencia Ficción:

La ciencia ficción es un género de narraciones imaginarias que no pueden darse en el mundo que conocemos y por lo tanto requiere de una transformación del escenario narrativo, modificando los aspectos científicos, espaciales, temporales, sociales o descriptivos de tal modo que lo relatado es aceptable como especulación racional.

IMAGINARIA

Una obra de Ciencia Ficción debe ser forzosamente un relato imaginario que no haya tenido lugar en el mundo en que vivimos o en la época en que vivió el autor. La obra puede situarse en cualquier contexto espacio-temporal mientras no narre hechos verídicos, es decir, puede ser futurista, del pasado o contemporánea siempre y cuando sea ficticia.

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Metrópolis (Fritz Lang, 1927)

TRANSFORMACIÓN DE ESCENARIO NARRATIVO

Para que una obra sea considerada dentro del género debe desarrollarse en un escenario que no presente las características del mundo en que vivimos en sus ámbitos tecnológicos y científicos. Por eso generalmente la Ciencia Ficción se centra el mostrarnos cómo los nuevos descubrimientos tecnológicos y los avances en la ciencia acarrean cambios sociales que afectarán a la humanidad ya sea en un sentido positivo o negativo.

Este tipo de obras generalmente también tienen cambios a nivel social, aunque un cambio en la sociedad como único elemento de transformación del escenario no basta para considerar que una obra es Ciencia Ficción. Por ejemplo, las Distopías cambian muchas de las normas sociales pero no tiene un cambio radical en lo que respeta al ámbito tecnológico y científico. Las Ucronías también modifican el contexto social pero a nivel histórico, cambiando drásticamente los eventos reales del pasado y provocando futuros distintos o alternativos, mientras que la  ciencia Ficción se limita a extraer elementos pretéritos y contextualizarlos en términos contemporáneos o futuristas sin alterar el devenir histórico real.

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Alien (Ridley Scott, 1979)

ESPECULACIONES RACIONALES

Los hechos narrados en la Ciencia Ficción, sean estos tecnológicos, sociales o científicos, deben tener una base racional que permita explicarlos, es decir, deben ser posibles de acuerdo con los avances que posean las sociedades de las cuales se habla. Ésta explicación no debe estar atada a los conocimientos ni desarrollos de la actualidad, pues basta con decir que la ciencia descrita en la obra permite esos avances, a pesar de que la ciencia actual no.

La racionalización puede o no adentrarse en una profunda reflexión sobre los conocimientos científicos, ya que puede limitarse a no explicar cómo funcionan los objetos y simplemente atribuir su funcionamiento al desarrollo de la ciencia. Sin embargo, existe la denominada Ciencia Ficción Dura (Hard Science Fiction), la cual retoma escrupulosamente los términos y conocimientos que existen en la actualidad; esto resulta muchas veces en obras cuyo lenguaje en bastante complicado y difícil de entender para el público no especializado.

En ocasiones el simple lenguaje, los escenarios o la parafernalia otorgan verosimilitud y racionalidad a una historia que por sí sola no sería Ciencia Ficción y le permiten pertenecer al género, esto ocurre con frecuencia en obras audiovisuales. También se puede recurrir a la ciencia imaginaria, la cual integra elementos que por su naturaleza aún no tiene cabida en la ciencia real, como los viajes en el tiempo, la telepatía, la teleportación o las velocidades superiores a la de la luz.

Cabe aclarar que la Ciencia Ficción no debe especula obligatoriamente sobre cómo serán las sociedades del futuro basándose en la progresión actual de la ciencia, pues pueden existir obras ambientadas en éste tipo de contextos pero cuyos aspectos tecnológicos no sean el elemento fundamental o hayan sido truncados (como la Space Opera o el Steampunk, este último retoma la tecnología de la máquina de vapor y se desarrolla en la época victoriana del siglo XIX).

Una característica que distingue a este género de otros —como la Fantasía— es el hecho de que la especulación y explicaciones sobre el mundo ficticio en que se desarrolla la historia siempre están dadas en el ámbito científico y nunca en el fantástico. Cuando una obra recurre a explicar los sucesos a través de la magia, el misticismo o la religión, ya está dentro del género de la Fantasía, pues estos aspectos no son considerados racionales por la ciencia.

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Blade Runner (Ridley Scott, 1982)

TEMAS

La Ciencia Ficción, al ser un género que logra desarrollarse en la épica, la lírica, la dramática, la novela o el cuento, puede abordar una gran cantidad de temas. Sin embargo, en todos ellos, la idea general que permite la existencia del mundo ficción adquiere un papel mucho más importante que el resto de los elementos.

Uno de los principales temas es el de un futuro drásticamente diferente, el cual puede mostrarnos sociedades ideales o anárquicas distopías decadentes, pero cuya función no es otra que criticar los problemas reales de la sociedad. Actualmente la moda entre los autores es presentar sociedades radicalmente distintas donde el futuro no es precisamente mejor, por el contrario, nos pone en alerta sobre los problemas que los avances tecnológicos pueden ocasionar.

El uso del bagaje teórico de las llamadas ciencias duras (Física, Química, Biología y Matemáticas) también resulta recurrente. Sin embargo, lo que está en boga hoy en día es abordar temas desde las ciencia sociales, relegando el factor tecnológico a un segundo término y haciendo de la crítica social la principal fuente de inspiración. Esto provocó el surgimiento de la Ciencia Ficción Blanda (Soft Science Ficion) y del subgénero conocido como Ciencia Ficción Social (Social Science Fiction).

Finalmente, tres de las temáticas más abundantes son: (1) los viajes en el tiempo, los cuales deben tener una explicación científica racional y no una mágica o sobrenatural, (2) los peligrosos futuros apocalípticos y postapocalípticos, frecuentes en el Cyberpunk, y (3) el Complejo de Frankenstein, que es el miedo a la rebelión de las maquinas contra la raza humana.

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Terminator (James Cameron, 1984)

ESCENARIO

Existen diferentes escenarios que son comunes para el desarrollo de la Ciencia Ficción, como el espacio exterior, las naves espaciales u otros planetas. Todos ellos deben ser empíricamente posibles y racionalmente aceptables. Esto es, la experiencia científica debe demostrarnos que dichos lugares o eventos no son posibles en la realidad, pero que la justificación ficticia es suficiente para hacerlos creíbles.

Dentro del género existen muchos lugares cuyas características geográficas, ambientales y físicas se oponen a la realidad, pero que son posibles debido a que encuentran una explicación dentro de la ciencia imaginaria. Caso opuesto a la Fantasía, que en ocasiones describe lugares que son posibles en nuestra realidad pero que al contener elementos mágicos y sobrenaturales se vuelven fantásticos. De cualquier forma, debemos recordar que para ser considerado Ciencia Ficción debe existir un cambio en el escenario de la obra con respecto a nuestro ambiente actual por muy tenue que este sea. El escenario en ocasiones adquiere un papel tan importante que se vuelve una justificación para considerar a la historia como Ciencia Ficción. Esto ocurre generalmente cuando la historia no es científicamente posible pero el autor pretende hacernos creer que sí a través del uso de locaciones y parafernalia científica.

Otro recurso al momento de generar los escenarios es extrapolar lugares y eventos reales transformándolos en eventos ficticios que generalmente hacer una crítica social. Ésta dislocación de la realidad muchas veces se produce con el fin de evitar problemas al autor por criticar al sistema moral, político o religioso. Además de los cambios en la locación existen los cambios en el aspecto corporal y mental.

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The Matrix ( Larry y Andy Wachowski, 1999)

TIEMPO

En contexto temporal generalmente es futurista, pues al hablar de hechos que aún no han ocurrido se está especulando. Sin embargo, cuando la historia es contemporánea a nuestro tiempo puede considerarse Ciencia Ficción siempre y cuando utilice elementos inexistentes pero racionales.

Cuando la historia se desarrolla en el pasado será Ciencia Ficción solamente si presenta argumentos imposibles pero racionales que no perturben la realidad histórica; cuando la realidad es modificada pasa el género de la Ucronía. El principal ejemplo de Ciencia Ficción ambientada en el pasado es el Retrofuturismo.

El Castillo Ambulante

Título Original: ハウルの動く城  (Hauru no Ugoku Shiro).
Género(s): Fantasía, Ciencia Ficción/Steampunk, Romance.
Director: Hayao Miyazaki
Estudio: Studios Ghibli.
Emisión: 2004.
Duración: 119 minutos.
Extras:

El Castillo Ambulante es una película basada en la novela homónima de Diana Waynne Jones y dirigida por el director más representativo de Ghibli, Hayao Miyazaki. Es, como todas las producciones de este estudio, una total obra de arte que deleitará los sentidos, tanto por su hermosa historia como por su espectacular calidad de animación y preciosos escenarios.

La atención que Ghibli puso a los detalles es evidente cuando observamos las hermosas praderas, las nubladas montañas, las descuidadas casas y los ostentosos palacios. La animación es de tal calidad que dice tanto o más que la propia historia, incluso resulta emotivo observar las habitaciones repletas de artilugios perfectamente detallados. Un aspecto extraordinario es que nunca se genera la mínima contaminación visual a pesar de que la cantidad de elementos que aparecen en pantalla es inmensa.

La música es excelente y armoniza perfectamente con todas las escenas, sean estas emotivas, dramáticas o cómicas. Además, sus tonadas de vals y sus marchas se acoplan al contexto histórico en que se desarrolla la obra, mejorando aún más la ambientación.

Los personajes son adorables y están diseñados de forma impresionante, pues cada uno de ellos juega un papel indispensable. Sería difícil lograr tal emotividad si por lo menos uno de ellos estuviera ausente. A su manera cada uno aporta algo que engancha al espectador. Como es costumbre en Ghibli, son los personajes femeninos quienes tienen los papeles principales.

La historia gira en torno a Sophie, una joven que trabaja en una tiene de sombreros y que nunca se ha considerado bonita. Un día se ve envuelta en apuros a causa del mago Howl, razón por la cual es maldecida por la bruja Calamidad, quien le da el aspecto de una anciana de noventa años. Al verse en tan situación Sophie decide escapar y vagar por las montañas, hasta que encuentra el castillo de Howl al que entra a trabajar como ama de llaves.

En el castillo conoce a Calcifer, un demonio de fuego que trabaja para Howl, y a Marukus, el joven aprendiz de mago. Juntos desentrañarán los secretos del hechicero y buscaran una solución para Sophie mientras intentan escapar de las brujas y los horrores de la guerra. Todo esto ambientado en una Inglaterra fantástica del siglo XIX, llena de extrañas maquinas voladoras y gigantescos buques acorazados.

El desarrollo general es espléndido, pues todos los personajes maduran y se desenvuelven de manera tal que nos permiten conocer sus intenciones y motivaciones, sin olvidar lo atractivo que resulta ver cómo resuelven sus problemas. No obstante, nunca conocemos totalmente el pasado de ninguno de ello, pero eso termina por ser irrelevante.

Es difícil encasillar a cualquier personaje como bueno o malo, cada uno hace simplemente lo que su corazón de dicta y en su conjunto nos muestran un hermoso mensaje sobre la vejes, que intenta enseñarnos que la edad no significa la pérdida de una razón para vivir, sino la ganancia de habilidades que muy difícilmente podremos desarrollar en la juventud. Sophie nos demuestra que la edad está en el corazón y mientras conservemos ese espíritu de lucha podremos seguir adelante.