Título Original: Freedom.
Género(s): Ciencia Ficción/Cyberpunk/Ciencia Ficción Libertaria, Distopía.
Director: Shuhei Morita.
Estudio: Sunrise.
Emisión: 2006-2008.
Duración: 7 OVA.
Extras: –
Freedom Project es un enorme comercial de la sopa instantánea Nissin, pero eso no le resta el ser una genial serie de Ciencia Ficción con un mensaje sobre la aceptación y un drástico cambio en sus escenarios, géneros y argumentos que te dejan sorprendido en cada capítulo. El proyecto contó con la participación de Katsuhiro Otomo en el diseño de personajes y es un excelente ejemplo de que una obra animada puede funcionar perfectamente si tiene una buena historia, aún si es patrocinada por una marca y está saturada de publicidad por emplazamiento.
La calidad técnica es regular, la animación no es tan fluida como cabría esperar y en ocasiones los personajes lucen algo acartonados. La música es buena y el diseño de escenarios es fantástico, con una radical mezcla de esos decadentes escenarios cyberpunkescos repletos de tuberías, muy a lo Otomo, con lugares más pulcros e hipertecnológicos, así como una tierra completamente en ruinas.
La historia toma lugar en Eden, una colonia lunar, y gira en torno a Takeru, un chico que gusta de las carreras de motos. Él, junto a sus amigos Kazuma y Bismark (Bisu), suele enfrentarse en competencia con Taira, el líder de un grupo llamado Moon Shine. En apariencia esas rivalidades un tanto madmaxianas nos orientan en una dirección, pero un peculiar descubrimiento por parte de Takeru cambia por completo su vida y lo obliga a averiguar cuál es la verdad sobre la tierra, lugar que supuestamente todos creen destruido e inhabitable, pero que de acuerdo al mensaje de una fotografía no es así.
Su búsqueda lleva a los tres chicos con Alan, un anciano que fue parte del proyecto Freedom y vive en los niveles inferiores de Eden. Alan les explica todo lo que sabe sobre la tierra y les ayuda a salir del domo para averiguarlo por ellos mismos. Sin embargo, a las autoridades no parece gustarles la idea de que alguien sepa más de la cuenta y persiguen a los chicos, pero antes de ser capturados, dos de ellos, Takeru y Bisu, consiguen escapar a la tierra en una antigua nave Apolo, donde descubren que no es un lugar inhabitable. Takeru y Bisu viajan entonces hasta Florida para encontrar a la chica de aquella foto.
Ya en Florida, Takeru y Bisu inician una nueva vida, con nuevos amigos y un mundo entero por conocer. No obstante, Ao, la chica de aquella fotografía que incitara a Takeru a viajar a la tierra está deseosa de ir a la luna para conocer Eden, con el fin de que terrestres y lunares tenga contacto mutuo, además de que con ello lograría el sueño por el que su padre perdió la vida. Para la gente de la Luna la tierra está muerta, pero para los terrícolas aún hay esperanza de que la colonia lunar permanezca con vida. Es así como Takeru, Bisu y Ao deciden retomar el Proyecto Apolo para regresar a Eden.
El trasfondo del que surge la historia y que da origen a la colonia lunar de Eden es muy bueno y se explica directamente al inicio de cada capítulo. No obstante, esos elementos de ciencia ficción se enriquecen con el control absolutista por parte del estado que trata de mantener oculta la vida en la tierra y reprime a sus ciudadanos para mantener una supuesta sociedad ideal, elementos distópico de herencia orwelliana. Aunque en la parte final de la serie veremos que los líderes de la forzada utopía tienen razones de peso para evitar todo contacto con la tierra.
Algo que me ha gustado mucho de esta serie es el cambio tan drástico tanto de escenarios como de géneros. En el primer capítulo todo luce muy Cyberpunk, con un dejo de anarquía pero con un descomunal desarrollo tecnológico. Vemos lugares oscuros llenos de tuberías, pero también escenarios pulcros y cuasi perfectos, pues se juega mucho con esos contrastes entre lo bajo y decadente y lo perfecto y armónico. Posteriormente todo cambia a una Distopía donde el estado ejerce su poder restringiendo la información que no le conviene que sepa la población, siendo capaz de apresar a ciudadanos inocentes con tal de mantener la aparente perfección.
La relación Cyberpunk-Distopía es muy frecuente, lo que en realidad genera un cambio radical de género es cuando los chicos llegan a la tierra, pues la historia se convierte por completo en una road movie, donde vemos el día a día de los chicos durante su viaje por el sur de los Estados Unidos, en la afamada Ruta 66, hasta Florida. Al llegar a Florida todo adquiere tintes más dramáticos y románticos, pero una vez de regreso en Eden la historia se transforma en Ciencia Ficción Libertaria y vemos una rebelión, a manera de revolución, por parte de los grupos que desean conocer la verdad del proyecto Freedom y viajar a la tierra.
El anime es muy bueno pues te entretiene y te sorprende con sus inesperados giros argumentales, aunque algunos de ellos resultan un tanto obvios. Tiene acción, romance, drama y un final emotivo. Sus escenarios cumplen al igual que la música y el diseño de personajes, y si bien la animación no es de lo mejor y está plagada de comerciales de la mentada sopa instantánea, sigue siendo una gran recomendación para quien guste de obras como Akira.
Si una forma de obtener ingresos para realizar cualquier tipo de proyecto es recurrir a la publicidad, qué mejor que exponer esa publicidad de forma inteligente y recurrir al emplazamiento en lugar de los comerciales tradicionales. En Freedom es muy evidente la ingesta de la sopa Nissin, pero cuando la historia es lo suficientemente buena como para engancharte, estarás tan atento a lo que pasa que no prestarás mucha atención a los comerciales, o al menos estos no resultarán en extremo intrusivos.