Hace unas semanas una persona me comentó sobre el concurso Animasivo, cuyo fin es difundir y promover la producción de animación en México, pero en específico me recomendó este corto, el cual fue ganador de mención honorífica en el concurso del 2010. Al parecer el trabajo fue realizado en muy corto tiempo, y pese a no ser la gran animación tiene un mensaje y una calidad que bien merecía reconocerse, sin olvidar que fue hecho en Stop Motion.
Lo primero que me atrajo de corto fue su estética Scrappunk (denominación que al parecer sólo yo utilizo como género fuera de la corriente artística), pues la historia nos muestra a un pequeño robot hecho de desechos que vive en un desolado México del futuro lleno de basura y contaminación. Analizando su situación, el robot decide construirse una compañera con los restos de basura a su alcance, y con la ayuda de su nueva amiga, siembra un grano de maíz.
Además del futuro apocalíptico, autómatas construyendo autómatas a partir de desechos, y la clara referencia cultural, el corto presenta una gran calidad de animación, un escenario muy adecuado a la trama y una selección musical estupenda. Todos estos aspectos le dan una esencia totalmente mexicana, lo que resulta muy agradable cuando se está acostumbrado a producciones extranjeras.
El trasfondo cultural es algo que salta a la vista y que se vislumbra desde el título. La referencia del maíz —que es sin duda el elemento mexicano por excelencia— nos remonta a los viejos mitos mayas de la creación; el robot, al sembrar el grano de maíz, está sentando las bases para la reconstrucción de toda una nación, la cual deberá resurgir de toda la basura y los problemas que actualmente tienen sepultado a nuestro país. Sin dada es un gran ejemplo del potencial que existe en México en cuestión de animación.
Existen diversas corrientes contraculturales que han surgido como moda en diversos momentos de la historia. Estas corrientes toman como base un modo de producción o una tecnología determinada a partir de la cual crean su parafernalia. La literatura, el cine y la televisión han retomado frecuentemente los principios de estos movimientos <underground> para adaptarlos a la Ciencia Ficción.
CIENCIA Y ESTÉTICA
La principal característica de los subgéneros punk, o punkismos, radica en que la tecnología que los determina adquiere un papel muy importante en la historia, o en su defecto, que la parafernalia y los escenarios permiten considerar a la historia dentro del subgénero correspondiente aunque en esencia no lo sea. Recordemos que la Ciencia Ficción es permisible hasta el punto de consentir que la parafernalia y los escenarios sean los que ubiquen a una obra dentro del género. Lo mismo pasa con los punk, muchas obras solamente recurren a los dispositivos tecnológicos como un elemento de adorno, pero estos son lo suficientemente importantes como para catalogar a dicha obra dentro del subgénero correspondiente. En otras palabras, los subgéneros punk pueden ser una temática científica o una estética.
Steampunk
EL PUNK Y LA IDEOLOGÍA «NO FUTURE»
Los géneros punk se caracterizan precisamente por el sufijo de su nombre, el cual es retomado del movimiento Punk de la década de los 70, cuya ideología principal era la del “No Future”, es decir, los punks no creían que los avances científicos y tecnológico pudieran darnos un futuro glorioso, por el contrario, creían que este desarrollo provocaría mayor diferenciación social y relegaría aún más a la clase obrera.
El Cyberpunk retomó totalmente esta ideología y la aterrizó en una sociedad futurista, tecnocrática y distópica, donde todo el desarrollo y conocimiento que la humanidad ha logrado es, paradójicamente, lo que la está deshumanizando. A partir de la estética cyber —y no tanto de su ideología— surgió el Steampunk, el cual se especializó en estética victoriana y máquinas de vapor. Si bien el Steampunk puede o no presentar la crítica social propia de Cyberpunk, son los artilugios y la ambientación histórica lo que identifican al subgénero. Además, su base Retrofuturista le permite optar por una visión más positiva del futuro.
Con el auge del “vapor”, la idea de crear corrientes ideológicas, modas y tecnologías a partir de determinados elementos, se popularizó. Surgieron entonces el Atompunk y el Dieselpunk. El primero basado en la energía atómica y el segundo en los derivados del petróleo. Sin embargo, para este momento el sufijo había perdido su significado y sólo se utilizaba para denotar movimientos (o géneros en este caso) basados en una tecnología específica y dentro de un momento histórico determinado.
De esta forma, si queremos otorgar el sufijo punk a un nuevo género debemos asegurarnos de que contenga tres cosas: (1) una ideología definida, (2) parafernalia, tecnología y ciencia muy específica, y (3) un contexto histórico determinado.
MI PROPIA DELIMITACIÓN PUNK
A continuación definiré sólo aquellos subgéneros que yo, personalmente, considero aplicables como géneros cinematográficos y televisivos; existen otros cuya existencia acepto pero creo que sólo aplican como movimientos contraculturales, moda o dentro de la literatura. Y para facilitar su compresión los dividiré en futuristas, retrofuturistas, temáticos y estéticos.
Punks Futuristas. Son aquellos que especulan sobre el futuro de la humanidad a partir de sus desarrollos científicos, generalmente toman lugar en caóticos futuros apocalípticos o postapocalípticos. En ocasiones pueden no determinan su temporalidad, pero se infiere que es el futuro. Entre los géneros futuristas tenemos al Cyberpunk, del cual deriva directamente el Postcyberpunk, que es una visión opuesta a esa naturaleza distópica y anárquica pero sin llegar a ser realmente positiva y que sólo aplica en el ámbito literario.
Punks Retrofuturistas. Son aquellos ambientados en un momento histórico en particular, aunque pueden desarrollarse en un futuro en donde el avance tecnológico se detuvo, en dado caso dejan de ser retrofuturistas. El primero es el Steampunk, de él derivan el Atompunk y el Dieselpunk.
Punks Temático: Son aquellos cuya temática es el trasfondo base a partir del cual se desplanta una historia. Generalmente estos subgéneros son un tanto “invisibles”, pues su tecnología pocas veces se ve dentro de la historia, sin embargo, sabemos que está ahí y que fue la causa de los eventos que estamos observando. Los subgéneros de ésta categoría son el Wirepunk (mundos virtuales) y el Biopunk (manipulación genética). Pueden desarrollarse en épocas contemporáneas.
Punks Estéticos. Estos géneros son —en su mayoría— derivaciones con una estética o tecnología extremadamente específica. Sus temáticas son las mismas que los géneros de los que derivan. Entre estos tenemos al Clockpunk, derivado de Steampunk; el Nanopunk, derivado del Cyberpunk, y el Scrappunk (tecnología a partir de desechos). Algunos consideran al Stitchpunk (tecnología de tela, madera, hueso y demás objetos orgánicos y degradables) como un punkismo más, pero yo creo que en realidad es una derivación del Scrappunk.
Título Original: Hum. Género(s): Ciencia Ficción/Scrappunk. Director: Soeren Bendt. Estudio: The Animation Workshop. Emisión: 2007. Duración: 8 minutos. Extras: –
Hum es un cortometraje Danés de la escuela The Animation Workshop, con características Scrappunk similares a las que pueden apreciarse en 9, esto es: contexto futurista, aparente ausencia de humanos y maquinas construyendo máquinas a partir de desechos.
En el corto vemos a un extraño robot hecho con restos de viejos aparatos musicales despertar solo en lo que parece ser un taller. Al mirar a su alrededor y observar el material a su alcance decide crear un robot-bocina. Una vez creado busca en los estantes un robot-fusible para encender el nuevo aparato. Después de una descarga eléctrica y un momento de silencio, la música empieza a sonar y el resto de los robots-fusibles que permanecían ocultos bajan para bailar.
El acompañamiento musical es muy bueno pero la animación resulta un tanto acartonada. Sin embargo, el aspecto fundamental del corto es su referencia al fantasma en la conciencia robótica, tema que ha sido abordado por películas (novelas) como Yo Robot y series como Ghost in the Shell. Dicha temática se enfoca en estudiar la dinámica “social” que lleva a los autómatas a reunirse cuando están solos (y que probablemente posibilita que violen las leyes de la robótica).
Basada en el cortometraje homónimo de Shane Acker y producida por Tim Burton y Timur Bekmambetov, 9 es una de las películas de animación estadounidense más novedosas de la actualidad, pues su estilo único y sus complejos escenarios le han valido la creación de su propio subgénero, el Stitchpunk, aunque esto corresponde más a una moda de crear géneros que a una verdadera clasificación, pues en lo personal creo que también podría denominarse como Scrappunk.
Además de la gran historia de ficción que nos presenta, la estética novedosa que aporta al género y esa mezcla de fantasía y ciencia que le dan un toque muy particular, la discusión que desató en la rede con respecto al género es algo que debemos tomar en cuenta, pues muchos de los géneros cinematográficos nacieron a partir de una única obra que en su momento revolucionó a la gran pantalla pero posteriormente fue emulada por otras cintas. Eso mismo es lo que ha pasado con 9 y el Stitchpunk.
La calidad de animación es simplemente impactante, pues la nitidez y detalle de las escenas son tan realistas que por momentos parece una película de acción real y no una animación. Los movimientos de cámara son muy naturales, y a pesar de la gran cantidad de escenas de acción, en ningún momento se ven torpes o de baja calidad. Los escenarios postapocalípticos son los más hermosos que he visto, pues nos muestran un mundo destruido y contaminado lleno de desperdicios y con una aparente ausencia de seres humanos. La música también está perfectamente trabajada y se acopla adecuadamente a las distintas escenas, otorgando la emotividad correspondiente.
Los personajes son la parte fundamental, pues la historia no profundiza de manera excesiva en el trasfondo de la historia, sino que se enfoca en mostrar sus distintas personalidades. Dichos personajes, que si bien están estereotipados, son en realidad una representación física de la conciencia humana (o alma, si prefieren ese término). Estos extraños muñecos de trapo hacen alusión al concepto alquímico de los homúnculos.
La historia se desarrolla en un mundo postapocalíptico en el que la humanidad ha sido devastada debido a una cruenta guerra entre humanos y máquinas, y gira en torno a Nueve, el noveno muñeco de trapo creado por un científico con el fin de otorgar esperanza a la raza humana y a la vida en la tierra.
Nueve y sus ocho compañeros, deberán luchar contra una máquina creada por el mismo científico que los creó a ellos, la diferencia es que los muñecos poseen parte del alma del científico, mientras que la máquina únicamente posee su inteligencia y no tiene la menor consideración por la vida, razón por la cual se reveló contra los humanos. En el trascurso de la historia vemos como el crecimiento y la unión de los nueve personajes conjuga las habilidades y capacidades necesarias para llevar a cabo la misión.
Sin duda 9 es una película espectacular, y aunque su final es inconcuso, quizás para una segunda parte, la calidad en cuanto a su estética y parafernalia es algo que nunca antes había visto, pues resulta verdaderamente innovador ver extraños robos autómatas creados a partir de desperdicios y basura (de ahí mi definición de Scrappunk). Asimismo, su historia es sólida y puede llegar a ser emotiva y un poco dramática.
Tim Burton ha sido un tanto sobrevalorado en la industria del cine aunque su nombre es usado como estandarte de calidad, pero más allá del aporte que él tenga en este filme, me parece que la simple estética le vale un gran reconocimiento al director, animadores y creativos, sobre todo porque nos presentan otra forma de abordar el trillado tema del hombre contra las máquinas, sobreexplotado por la industria del cine desde siempre.