El Incidente

Título Original: El Incidente.
Género(s): Suspence, Thriller.
Director: Isaac Ezban.
Emisión: 2014.
Duración: 100 minutos.
Extras:

Desde que El Incidente se estrenó en cines el nombre de Isaac Ezban se hizo popular entre los círculos de los fans del cine de Terror y Horror, aunque ya había logrado captar las miradas de algunos desde su cortometraje Cosas Feas (2010). No obstante, su opera prima fue la que lo puso en el radar de los consumidores especializados en estos género y también entre los amantes de la Ciencia Ficción, aunque yo personalmente no considero que El Incidente sea Ciencia Ficción.

La calidad técnica del filme es muy buena. La fotografía, el audio y las actuaciones tienen un nivel excelente para ser el primer largometraje dirigido por el joven director. Aunque lo más destacado es sin duda el excelente manejo que hace del espacio confinado, elemento recurrente en muchas obras de Terror. Sin olvidar los giros argumentales y las explicaciones finales que además de aclarar las dudas del espectador nos permiten darnos cuenta de lo complejo que es el trasfondo de la historia.

La historia sigue dos incidentes completamente separados en el tiempo y el espacio, pero unidos por ciertos personajes. El primero de ellos toma lugar en las escaleras de servicio de un edificio, donde dos hermanos que al parecer venden drogas son perseguidos por un policía que intenta extorsionarlos. El policía hiere a uno de los hermanos en la pierna y una explosión se escucha a lo lejos. La persecución inicia en el piso nueve, pero al llegar al piso uno, en lugar de salir, los personajes vuelen al inicio. Aterrados, los hermanos y el policía descubre que no pueden salir y que las escaleras se repiten indefinidamente, aunque todos los objetos se reponen de manera misteriosa, la comida de una pequeña máquina y el contenido de una mochila parecer ser igualmente infinitos.

El segundo incidente ocurre cuando una familia sale de vacaciones hacia la playa; la hermana menor quien padece asma, el hermano mayor al que le gusta la magia, la madre y su nueva pareja. Al parecer al llegar a su destino los niños se irán con su padre dejando a su mamá con su nuevo esposo. Sin embargo, después de una extraña explosión el asma de la niña empeora pues la nueva pareja de su madre rompió su inhalador, justo después la carretera empieza a repetirse. Si importar cuanto conduzcan, siempre regresan al mismo lugar, en donde sólo un letrero y una gasolinera sirven como referencia de que ya dieron una vuelta más al interminable circuito.

El filme juega con el mismo estilo que Ezban repitiera exitosamente en su segundo filme (Los Parecidos) y que surge de la inspiración de obras como La Dimensión Desconocida, aunque esta obra es mucho más compleja que su segunda película y que la serie antes mencionada. Personalmente creo que a Ezban le iría muy bien si incursionara en el Nonsense y la Metaficción, pues hoy por hoy si Del Toro es un referente del cine fantástico y de monstruos, Ezban lo es del cine raro de terror y ciencia ficción.

Además de la desesperación y la claustrofobia causadas por esos espacios que se repiten, el filme juega con otros elementos igualmente interesantes. Las paradojas espacio temporales que son explicadas casi al final, las realidades alternas que dan coherencia a lo que estamos viendo, el mensaje sobre ser feliz que es brutalmente directo en la parte final y que apela a la edad como un sinónimo de felicidad, pues si de joven pierdes la oportunidad de hacer cosas lo lamentaras de viejo. Algunos de esos elementos, como el romper las leyes de la física, tienen un cierto estilo cienciaficcionero, pero no lo son, pues la trama apela a atraparte mediante el suspenso propio del Thriller o del Terror Psicológico.

Los escenarios que se repiten son esas paradojas visuales imposibles, como las escaleras infinitas, aunque también responden a ciertos modelos matemáticos como la cinta de Moebius (para el caso de la carretera), que es una especie de circuito pero con un solo lado. Ambos elementos parecer ser infinitos, pero no lo son, tanto las escaleras como la carretera no son finitos, únicamente se repiten y eso permite jugar con un espacio confinado de manera magistral. Si fueran infinitos nunca volveríamos al mismo lugar, pero al ser circuitos cerrados nos generan una sensación de estar perdidos caminando en círculos, y esa desesperación de no saber dónde estamos es lo que más miedo e incomodidad generan.

El hecho de que lleguen allí sin saber cómo, que los víveres para mantenerse vivos se regeneren infinitamente (esos sin son infinitos) nos hace pensar en un principio que todo se trata de un juego, que alguna entidad superior y perversa los puso allí para divertirse, como en Gantz. Luego vemos que el incidente dura muchos años, demasiados para que sea un juego. Dicho elemento da paso a la explicación de las realidades alternas, de las cuales no hablaré porque sí es un spoiler muy grande que podría arruinar la película a quienes no la han visto, pero es un tópico muy interesante relacionado con nuestra facilidad para ser felices del que seguramente hablarle a futuro.

El final de la película da la explicación directa de lo que pasa y si bien muchas veces dejar un final abierto es recurrente en este tipo de historias, creo que aquí concretar y explicar qué es lo que pasa sí es la mejor opción. Aunque el final se extiende y explica un poco más de lo que era necesario, si se hubiera quedado en la parte sobre ser feliz o infeliz en nuestra vida hubiese sido perfecto.

A pesar de lo anterior hay ciertos elementos recurrentes en ambos incidente que el espectador podrá notar de inmediato y que permiten unir todo el rompecabezas. Estas recurrencias son: (1) que alguien sale herido por culpa de un error de otro personaje y (2) que un personaje siempre será ordenado y activo mientras que el otro pasará muy mal el tiempo encerrado en el circuito y terminará en un estado deplorable.

Ahora bien, este aspecto del orden me resultó muy interesante pues al final para mantener la rutina en una rueda de hámster que se repite infinitamente debemos mantener una mente y cuerpo activos, generarnos ciertas rutinas que nos mantengan ocupados día con día, aún si todos los días y lo que hay en ellos es siempre igual. Quienes generaron una rutina y mantuvieron un orden pudieron sobrellevar mejor el encierro, pero quienes no lo hicieron terminaron muy mal. Moverse física y emocionalmente es el secreto de la felicidad.

El difícil realmente caracterizar el género de esta película, pero si gustan de obras complejas sobre realidades alternas, paradojas donde el espacio se repite (porque el tiempo siempre avanza, al menos para los personajes) que sí den la explicación total al final pero a pesar de ello dejen la historia en suspenso, El Incidente es para ustedes. Yo personalmente confieso que Isaac Ezban se ha convertido en uno de mis directores mexicanos favoritos pues si bien sus historias retoman muchos de La Dimensión Desconocida, tienen su sello personal, te invitan a pesar y sobre todo te mantendrán pegado a la pantalla cada segundo. Una excelente recomendación para ver en este Día de Muertos, pues si el infierno es un lugar real, bien podría ser como esas escaleras que se repiten y en las cuales tendrás que estar por muchos años.

Paprika

Título Original: パプリカ (Papurika).
Género(s): Ciencia Ficción, Metaficción.
Director: Satoshi Kon.
Estudio: Madhouse.
Emisión: 2006.
Duración: 90 minutos.
Extras:

Satoshi Kon es reconocido a nivel mundial como uno de los directores de anime más emblemáticos de las últimas décadas. La mayoría de sus trabajos se convirtieron en obras de culto entre los consumidores de anime, pues su particular estilo para contar historias oníricas con personajes complejos y trasfondos que reflejan un lado oscuro de la sociedad japonesa ha sido difícilmente igualado. Paprika es una de sus obras más populares y no es para menos, pues además del estilo personal impuesto por el fallecido director, está basada en la novela homónima del más reconocido escritor de metaficción japonesa, Yasutaka Tsutsui.

La calidad técnica es magistral, como en todas las obras de Kon. Los escenarios son crudos y realistas como acostumbra, aunque esta vez aderezados con un psicodélico toque de color propio de la naturaleza onírica de los sueños y una gran cantidad de detalles. El diseño de personajes es fabuloso, pues no sólo nos regala protagonistas complejos y profundos, sino que son al mismo tiempo encantadores y agradables, después de Tokyo Godfather es el filme con los personajes más carismáticos de entre sus obras. Donde reluce completamente es en el soundtrack ya que Susumu Hirasawa logra sumergirnos en un mundo de fantasía con melodías completamente surreales llenas de magia, alucinación y locura. Yo, antes de ver el filme, muchos años antes, ya había escuchado la banda sonora completa y me había enamorado de la película sin verla.

La historia comienza cuando Atsuko Chiba y el Dr. Osanai investigan el robo de tres dispositivos experimentales llamados CD mini, instrumentos mediantes los cuales pueden observar y entrar en los sueños de las personas. Su finalidad es usarlos en el tratamiento de pacientes psiquiátricos, entre ellos el Capitán Konakawa, ex compañero de la universidad del Dr. Shima, el jefe del departamento que desarrolló el dispositivo. Chiba, Osanai y el Dr. Tokita, inventor del aparato, buscan pistas del robo en la casa de uno de su asistente, principal sospechoso. Mientras registran el departamento, Chiba es presa de un sueño mientras está despierta.

Al parecer los ladrones planean controlar a las personas entrando en sus sueños. Tokita explica que como los dispositivos están incompletos su sistema de seguridad es deficiente, por lo que podrían entrar en los sueños de las personas aun cuando éstas estén despiertas. Poco a poco más persona son víctimas de los controladores de sueños generando un enorme caos.

El poder de los aparatos se magnifica y no sólo afectan los sueños de las personas, sino que estos sueños empiezan a unirse con el mundo real. Los suelos y la realidad se vuelven uno y será deber de Paprika, una simpática chica pelirroja que usa los DC mini me manera clandestina para tratar a los pacientes psiquiátricos, encontrar a los ladrones y detener toda esa locura. Paprika inicia así una búsqueda con muchos tintes policiacos para encontrar a los malhechores, apoyada por el jefe Shima y el Capitán Konakawa, cuyo sueño se unió casualmente con el de Paprika.

Con forme avanza la historia pasamos de la realidad a los sueños de forma inadvertida y al principio es un poco difícil notar si lo que vemos es parte de la realidad o una ensoñación, pero tampoco es confuso al grado de no poder comprender la historia. Nuestro ego yace en la realidad mientras nuestro alter ego es quien tiene la capacidad de recorrer el mundo de los sueños y Chiba y Paprika son exactamente eso, la misma persona pero en dos mundo diferentes.

Como es de esperar hay una gran cantidad de elementos simbólicos clásicos de los sueños, como las mariposas, los pasillos que se extienden sin fin o los rostros que se repiten. La forma en que se aborda la mente y la manera en que ésta es representada como un caótico y multicolorido desfile es exquisita. Representar el concepto abstracto del pensamiento en una metáfora festiva e incomprensible me pareció la mejor elección, pues al final el laberinto de la mente no es más que una locura coherente que en cualquier momento puede dejar de serlo.

Hablar de sueños implica abordar el concepto de realidad y el filme lo hace de una manera maravillosa, sin una compleja filosofía ni una amplia explicación psicológica, no obstante no deja de haber un poco de ambas en cada escena. Por ejemplo, un diálogo que me gustó mucho es cuando comparan el internet y los sueños, Paprika dice: “los sueños y el internet son parecidos, ambas son áreas donde la mente consciente reprimida se descarga” y eso es verdad en muchos sentidos. Si bien el trasfondo puede parecer complejo no es difícil de entender y en eso radica parte de la grandeza de la película, tampoco hay grandes giros argumentales en el sentido de la historia, pero sí en la personalidad de los personajes y eso termina por ser más interesante e inesperado.

Entre los elementos recurrentes en los trabajos de Kon destacan los diálogos metafóricos que parecen no tener sentido. Aquí siguen estando presente pero no son tan complejos, en el sentido de que la historia se resuelve sin la necesidad de que el espectador los descifre, como sí pasa en Paranoia Agent, así que pueden relajarse y no se estrese si no comprenden a qué se refieren los personajes. El otro elemento es la constante de la damisela en peligro, aunque aquí la principal damisela, Paprika (Atsuko Chiba), es más la heroína que la víctima, pero aun así termina enfrentando situaciones de violencia con una fuerte carga sexual en su contra.

La crítica a la parte oscura de la sociedad japonesa, esa parte degenerada y voraz, no es tan directa como en otras de sus obras, de hecho se sustituye por una crítica a la ética en el uso de la tecnología. El propio conflicto que da paso a la historia es una diferencia de opiniones entre lo que está bien desarrollar desde el ámbito científico y lo que ya rebasó las fronteras de lo que el humano debería poder controlar. ¿Si controlamos los sueños, nuestra mente habrá perdido el último santuario en donde puede ser libre?

Como es costumbre en las obras de Satoshi, sus personajes no son idealizados ni estereotípicos, todo lo contrario, son reales, humanos, imperfectos y psicológicamente muy complejos. No son nada parecidos a los protagonistas que rellenan el anime genérico de la actualidad, ni en lo físico, ni en lo psicológico, y los personajes de Paprika son sin duda grandiosos e irrepetibles.

El anime de Satoshi, en general, es siempre un anime adulto y para adultos, complejo, por momentos indescifrable pero envolvente, que te atrapa, te obliga a pensar al tiempo que te entretiene, un tipo de contenido que considero hace mucha falta en la producción actual. Sin duda Paprika es una recomendación obligada para cualquiera que se diga fan de la animación japonesa y para cualquier fan del cine en general.

Pláticas de Ciencia Ficción 07: Iniciación a la Teoría de Géneros I

En el programa de hoy les hablo y ejemplifico uno de los métodos para clasificar los géneros audiovisuales a partir de su apego con la realidad. Desde los géneros mayores tradicionales de la época griega, como son la Tragedia y la Comedia, hasta géneros más recientes como la Metaficción y la Hiperrealidad. Si bien la Ciencia Ficción tiene muchos subgéneros y variantes, también pertenece a un género más grande llamado Ficción, donde se emparenta con la Fantasía y el Terror. Por otro lado, no todos los géneros apelan al imaginario, también tenemos al Documental que pertenece a algo conocido como No Ficción.

Les dejo con el video donde en esta ocasión sí tenemos un poco de apoyo visual que ejemplifica de forma esquemática los distintos géneros y subgéneros de los que hablo en esta emisión.