Título Original: 기생충 (Gisaengchung).
Género(s): Drama, Thriller.
Director: Bong Joon-ho.
Emisión: 2019.
Duración: 132 minutos.
Extras: –
Probablemente uno de los directos surcoreanos más reconocidos en occidente es precisamente Bong Joon-ho, pues varias de sus películas han sido ampliamente reconocidas por la crítica y apreciadas por los espectadores, y no sólo me refiero a la laureada Parásitos de la que hablaremos hoy, sino a filmes como The Host o Snowpiercer, que sin duda ayudaron a posicionar el nombre del director en la mente de los cinéfilos desde hace ya varios años.
Cuando la película se estrenó fue mundialmente aclamada por la crítica, tanto que me generó mucho interés el verla, pero no porque fuese de un género que suelo consumir, sino por la propia influencia de las críticas y las reseñas. Verla se convirtió en una especie de insignia de aquel que sabe apreciar el buen cine, por eso mismo mi interés no creció como para verla cuando fue estrenada, más bien fue simplemente en una tarde donde no tenía muchas ganas de ver algo en particular, pero sí quería ver una película, que me decidí, sin pensarlo mucho, en ver Parásitos. Dado que las reseñas decían que era muy buena consideré que sería la mejor opción para pasar la tarde y lo fue.
La historia podría o no llegarnos como espectadores al grado de identificarnos con la familia protagónica, pues si bien refleja la vida en los barrios lumpen (como en el caso de Chicuarotes) esos vecindarios donde vive la gente de clase baja y desempleada son algo distintos a la realidad que vemos en México, pero al mismo tiempo son tan similares que sin duda podrás entender la desesperación de la familia por salir de su pobreza.
La historia gira en torno a la familia Kim, compuesta por padre, madre un hijo y una hija. Todo están desempleados y nos hijos no estudian pues a pesar de sus esfuerzos no han logrado ingresar a la universidad. Un día el amigo universitario de Ki-woo le dice que tome su lugar como tutor de inglés de una jovencita de secundaria de una familia rica, con ello podrá ganar dinero y mejorar la situación económica de su familia, aunque tendría que fingir se universitario. Ki-woo aceptan sin estar muy seguro, pero hace su mejor esfuerzo para verse profesional y se queda con el trabajo.
Al conocer a la familia descubre que el hijo mejor sufría de hiperactividad pero le interesaba el arte, por lo que convencer a la familia de contratar los servicios de una joven especialista en psicología y terapia del arte, que en éste caso sería su hermana, aunque nunca revelan su parentesco y fingen conocerse sólo de manera profesional. El plan de los hijos es lograr que toda la familia sea contratada, el padre como chofer y la madre como la nueva ama de llaves, pero para eso primero deberán deshacerse de las personas que ya ocupan esos puestos, para lo cual llevan a cabo una serie de planes que se van complejizando hasta que todo se sale de control, y los secretos que aquella opulenta casa ocultaba salen a la luz poniendo en riesgo sus nuevos trabajo e incluso su vida misma.
La historia tiene un argumento inicial que te atrapa, una familia pobre que intentará estafar a una familia rica haciéndose pasar por profesionales que ofrecen sus servicios mediante una cadena de recomendaciones, pero con forme avanza la historia, el argumento se hace más complejo y los giros argumentales vienen a cambiarlo todo pues resultan completamente inesperados. Al final, el secreto de la familia Kim no era el único, y el resto de habitantes de aquella casa tenían muchas cosas más que ocultar.
Si bien el manejo de la trama es muy bueno pues te atrapa desde el inicio y te mantiene pegado a la pantalla con el suspenso constante y los inesperados giros argumentales que presenta (algunos un poco más exagerados de lo que deberían), no es sólo eso lo que hace tan bueno al filme, ya que también tenemos una crítica a la bruta estratificación social que el mundo capitalista está generando (sobre todo en Asia) al mostrarnos a una familia vivir en un semisótano repleto de cucarachas, sin trabajo y que ven perder su patrimonio entre aguas residuales y que deben esforzarse y poner todo su ingenio para conseguir ingresos, aún si ello conlleva el realizar acciones éticamente reprobables, y por otro lado tenemos la opulencia de la familia Park, que si bien eran gente amable y algo despistada no podían evitar sentir cierta repulsión por las clases bajas.
Ver la forma en que las dos familias enfrentan sus problemas es fabuloso, pues los Kim ven su casa sumergirse bajo el agua del drenaje mientras lo pierden todo al tiempo que la mayor preocupación de los Park es organizar una súper fiesta sorpresa para su hijo después de que la lluvia arruinó su campamento. Al final considero que ninguna familia es buena ni mala, simplemente es su forma de desenvolverse y lidiar con los problemas propios de su clase social. Tampoco es que fuese culpa de los Park que los Kim estuviesen en banca rota. Aunque habiendo más pobres que ricos en el mundo siempre será interesante ver la forma en que interactúan, pues los ricos sentirán un desprecio natural por los pobres mientras los pobres sentirán una envidia natural por todo lo que tienen los ricos, al final, la moraleja es que el dinero, si bien puede no dar la felicidad, al menos da tranquilidad. Una grandiosa película y una excelente recomendación para quien gusta del cine.