El cine es un fiel reflejo de la sociedad y los géneros cinematográficos no son más que temáticas que abordan distintos aspectos de una misma realidad. El cine de zombis es también un registro histórico y visual de uno de los principales miedos que han tenido todas las sociedades, la muerte. El origine de los zombis, la causa que los vuelve a la vida, ha cambiado a lo largo del tiempo, pero siempre han tenido como base el principal agente que podría causar una muerte masiva de personas en determinada etapa histórica.
Zombis y vudú: el miedo a la muerte por esclavitud
Los zombis tuvieron su origen en los rituales vudú que mezclaron tradiciones africanas con ritos americanos. El zombi vudú era una persona que trabajaba sin descanso, su estado era conseguido a partir de suministrar una serie de drogas a la víctima, quien perdía su voluntad y trabajaba para su amos.
En aquellos años, la colonización, el racismo y demás barbaries causadas por los europeos en tierras americanas y africanas eran el principal miedo. Dicho miedo no era sólo a la muerte propiciada por los colonizadores, sino a la tortuosa vida que les esperaba a quienes fueran presas de la esclavitud y se vieran forzados a trabajar día y noche sin pago ni otra clase de remuneración salvo un poco de comida y el no ser asesinados.
Para una sociedad en donde el trabajo forzado era una lenta pena capital, un zombi cuya finalidad es trabajar sin descanso era el prefecto reflejo de esa pérdida de libertad. Así como el zombi pierde voluntad y trabaja para un amo, el esclavo pierda libertad y trabaja para un extranjero que vino a invadir sus tierras o para un extranjero que lo llevó a las nuevas tierras por invadir. El hecho de estar atado a un amo se reflejó posteriormente en las obras de ficción cuando los zombis se convirtieron en los fieles servidores de otros seres de ultratumba como los vampiros.
Zombis y radiación: el miedo al exterminio nuclear
Con la llegada de George A. Romero y su Night of the Living Dead en 1968, apareció por primera vez en pantalla el retrato del zombi contemporáneo. Cuyo origen era nada más y nada menos que la radiación. Alguna clase de radiación se impregnó en el cuerpo de los difuntos y los hizo regresar a la vida deseosos de cerebros humanos.
No es de extrañarse que la obra de Romero llegara justamente en el 68, un año muy convulacionado en todo el mundo y parte de una década en que se incrementó la carrera nuclear a causa de la Guerra Fría. En esos años, la psicosis en la sociedad estadounidense originada por el miedo a una guerra nuclear se incrementó en prácticamente todos los estratos sociales, sobre todo en los de clase media. La constante creencia de que en cualquier momento Rusia y Estados Unidos se bombardearían causando la Tercera Guerra Mundial era una realidad tangible para ciertos países, además de que las relaciones diplomáticas entre muchas naciones no estaban del todo bien.
Ese miedo a las consecuencias que una guerra nuclear provocarían se materializado en el cine como una horda de muertos viviente que habían revivido a causa de esa incomprendida radiación. La gente común temía a algo que de hecho no entendía, pero que había visto causar estragos dos décadas antes en Hiroshima y Nagasaki. Así como Godzilla nació del trauma dejado por la Segunda Guerra Mundial, el cine de Romero nación del constante miedo a las consecuencia que provocaría la radiación.

Cine de infectados: el miedo a las pandemias
Llegaron los noventa y después el nuevo siglo, y en distintas naciones empezó a pelearse una batalla contra un enemigo microscópico. Distintos países de África, Asia y América han sufrido los estragos de diversas epidemias que ha cobrado la vida de miles de personas y puesto al resto del mundo en alerta. Todos hemos escuchado del virus del Ébola que asola África Occidental hace años, la gripe aviar que aterró el este Asía, o la influenza que hace tan sólo unos años causó una gran psicosis en México. El miedo global de este siglo son las enfermedades.
Cuando Danny Boyle estrenó 28 Days Later en el 2002 inauguró un nuevo tipo de cine, los zombis que volvían de la tumba dieron paso a los infectados, gente que se convertía a causa de un virus. Ahora las personas ya no revivían ni se convertían en muertos viviente, ahora se infectaban. Los zombis dejaron de ser cuerpos irradiados para convertirse en enfermos.
La globalización y los nuevos y cada vez más rápidos medios de trasporte que comunican países distantes son el perfecto vehículo para la propagación de virus, bacterias y demás agentes de enfermedad. Por eso cuando un país registra el brote de un virus desconocido la alerta se vuelve global. Esclavizadores y bombas son visibles, pero los virus pasan todo sistema de seguridad, se alojan en nuestro cuerpo sin que lo sepamos y nos infectan antes de que podamos reaccionar.
Esas cualidades de los virus y su uso en armas bacteriológicas es lo que hace que actualmente nuestro mayor miedo sea una epidemia, no sólo porque es una posibilidad latente, sino porque de hecho es un problema vigente que muchos países. La alta tasa de mortalidad que tienen ciertos virus es lo que hace que actualmente el cine de infectados sea lo que domina el mercado.

Zombis de la nueva era: cuando el mayor terror son otros supervivientes
Si bien en la actualidad el principal cine es el de infectados, algunas obras ya han empezado a abordar otros elementos que no tienen que ver con el virus que originó a los zombis. Series como The Walking Dead empiezan a explorar a un enemigo más sanguinario, más letal y más listo que los muertos vivientes, los humanos.
En este tipo de obras, y en algunas otras sobre epidemias que no tienen que ver con zombis, vemos que además de cuidarnos de los renacidos también debemos cuidarnos de otros supervivientes, pues ellos harán lo que sea para mantenerse con vida, aún si eso incluye matar a otras personas que como ellos lo único que buscan es sobrevivir.
En la actualidad el mundo está enfrentando muchas clases de crisis, crisis económicas, crisis ambientales, crisis humanitarias y un desborde de violencia desmedido causado por la pobreza, la delincuencia organizada, la corrupción de los gobiernos y el acaparamiento de recursos por parte de empresas transnacionales. Por dichas razones, no es de extrañarse que el cine y la televisión de zombis empiecen a mostrar al humano como un enemigo de más cuidado que los zombis. En mi opinión esta temática se incrementará en los años siguientes, los zombis pasarán a ser parte del paisaje de este tipo de obras, se convertirán en un elemento más del escenario, un elemento peligroso sin duda, pero cederán su lugar como el principal agente de miedo a los propios humanos.
Como podemos ver, el origen de los zombis en diferentes épocas ha estado nutrido por los problemas y miedos que cada sociedad vivió en su tiempo, pero eso nos permite observar la evolución de los miedos sociales a partir un particular tipo de cine y de televisión. Los zombis nos permiten observar parte de una realidad social que quizás se le escape a las fuentes históricas convencionales. Y también podemos ver algo similar con los asesinos del Slasher para el caso exclusivo de la sociedad norteamericana.
