Hace un par de años hice esta infografía con el fin de que fuera fácil explicar y entender la relación que el Cyberpunk tiene con otros géneros de los cuales se ha nutrido, así como observar y entender las características específicas de los subgéneros derivados. Hacer una explicación por escrito sería igualmente confuso, así que les dejo el video donde explico cada uno de los elementos de la imagen.
Para saber más sobre los temas abordados visiten los siguientes enlaces.
En 1971 se inauguró en la Ciudad de México el Polyforum Cultural Siqueiros, construcción que destaca por su forma de dodecaedro y los numerosos murales que rodean el recinto. Uno de estos está localizado sobre la barda perimetral, sobre la que podemos ver figuras humanas estilizadas en la parte alta y padecería de metal en la parte baja. Esta obra es considerada como el antecedente del Movimiento Polimatérico o Chatarrismo en México, una corriente artística caracterizada por el uso de desperdicios como materia prima.
Existen muchos subgéneros de la Ciencia Ficción. Dentro de la literatura, los subgéneros nacen por el uso de una temática específica o la introducción de un estilo narrativo nuevo. Sin embargo, en los medios audiovisuales los subgéneros pueden ser temáticos-ideológicos, estético-parafernálicos o tecnológico-científicos. Los punks retrofuturistas son una excelente prueba de ello, pues tienen un sentido estético específico y una tecnología basada en un combustible en particular que los diferencia del resto. Pero estos elementos siempre son retomados de algún lugar, como la vestimenta victoriana en el Steampunk. El Scrappunk, como parte de estos subgéneros, tiene su antecedente en un movimiento artístico.
Si bien inicié hablando sobre el chatarrismo, no fue el movimiento mexicano lo que dio origen al género. De hecho, como los lectores habituales sabrán, actualmente soy el único bloguero que lo ha usado dentro de la Ciencia Ficción. No puedo decir que yo haya inventado el término, pero sí fui el primero en usarlo como género cinematográfico y en establecer sus características como tal, y ahora hablaré del bagaje artístico que le da legitimidad, pues a diferencia de muchas personas que le ponen el sufijo punk a cualquier palabra e inventan su propio subgénero, yo planeo hacerlo con argumentos sólidos.
El Movimiento Polimatérico se basaba en hacer arte usando como materia prima desechos de metal, pero alrededor del mundo muchos artistas plásticos, profesionales y amateur, han realizado esculturas con todo tipo de basura, siendo el metal el material más común. Para los angloparlantes el término era scrap art (arte con desechos) y empezó a verse no sólo en la plástica, sino en ilustraciones que mostraban artefactos y maquinarias construidos con chatarra; de allí dio el paso a la Ciencia Ficción. Más tarde, cuando el filme animado 9 llegó a la pantalla exhibiendo su propio subgénero, el Stitchpunk, fue cuando noté que cierto tipo de películas de Ciencia Ficción han usado los desechos como materia prima para el desarrollo de su tecnología, idea inspirada en el movimiento artístico y en filmes como Mad Max (George Miller, 1981), que si bien es un derivado del Cyberpunk, hace uso de muchas cosas dentro de su parafernalia que podríamos denominar basura.
También la literatura se ha nutrido un poco de esta peculiar forma de reciclaje, pero sin lograr dar el salto como subgénero en el arte escrito, pues sus características implican principalmente el aspecto visual. Novelas como Ready Player One de Ernest Cline nos narran torres habitacionales de varios pisos de alto construidas con casas rodantes que se apilaban unas sobre otras. Esta reminiscencia arquitectónica retoma obviamente el diseño neobrutalista de Cyberpunk que esta inspirado en la ya destruida ciudad de Kowloon, Hong Kong.
El uso de desechos por parte de las sociedades que protagonizas las obras Scrappunk responde no a una moda ni a un medio de expresión como ocurre en el movimiento artístico, sino a una necesidad surgida de un evento generalmente apocalíptico que acabó con toda la tecnología, la ciencia o las materia primas nuevas, obligando a los supervivientes a usar los desperdicios a su alcance. Es justamente esa visión pesimista y en ocasiones anárquica lo que permite derivar este subgénero del Cyberpunk, pues en esencia aborda los mismos temas pero con tecnología hecha a partir de desperdicios. En otras palabras, el Scrappunk no es otra cosa que el Cyberpunk de la basura.