Kung Fury

 

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Título Original: Kung Fury.
Género(s): Exploitation/Nazisploitation/Chopsocky, Ciencia Ficción, Fantasía, Comedia, GrindHouse.
Director: David Sandberg.
Emisión: 2015.
Duración: 31 minutos.
Extras:

Demostrándonos que el crowdfunding puede ser el futuro de las producciones independientes,  llega Kung Fury, una de las más exageradas obras audiovisuales que se han hecho en los últimos años. Con súper poderes sin sentido, violencia, robots, dinosaurios, Nazis, tecnología ilógica y destrucción al más puro estilo de la Serie B, no podríamos pedir nada más.

Kung Fury es la oda a las películas de explotación (Exploitation) que tanto permearon en la Serie B en los setentas y ochentas, pero además es un grandioso homenaje a ese cine decadente conocido como GrindHouse. El estilo del filme me recuerda a ciertas películas de Tarantino y Rodríguez, “mal hecho” a propósito, que para quienes no conozcan este tipo de cine ni lo sepan apreciar pasará simplemente como una película de mala calidad, pero para quienes gustamos que estas alternativas cinematográficas, Kung Fury es la perfecta concretización de todo eso.

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La historia gira en torno a Kung Fury, un detective del departamento de policía de Miami que debe viajar al pasado para matar a Hitler antes de que este asesine a todos sus compañeros. Con ayuda de Hackerman, un genio de la computación, logra su cometido, pero algo sale mal y viaja demasiado atrás en el tiempo, hasta la era de los Vikingos, afortunadamente, Thor lo transporta a la época correcta y con ayuda de sus nuevos amigos del pasado y sus viejos amigos de futuro logran derrotar al ejército nazi, pero lamentablemente Hitler logra escapar causando un paradoja temporal.

El mediometraje nos regala en tan sólo 30 minutos todos los géneros y posibilidades que la Serie B nos puede ofrecer, la mayoría son completamente descabellados, incoherentes y nada creíbles, pero es una delicia verlos todos juntos en pantalla. Lo que podemos ver en Kung Fury son robots, hiperviolencia, artes marciales, gore, mujeres sexys, disparos, autos y explosiones, persecuciones policiacas, locos criminales, un héroe renegado, efectos cutres y exagerados pero que por eso mismo resultan atractivos, música ochentera, hackers, viajes en el tiempo, chistes malos, dinosaurios, algo de anime, a Thor, Nazis caricaturizados, paradojas temporales y mucha acción.

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Algo que disfrute mucho y me hizo reír sin parar fueron todas esas exageraciones que pretendían ser gags al conjuntar juegos de palabras y características de los personajes, como en Triceracop, Hackerman, Laserraptor y los Kung-Fu poderes. Sin olvidar los homenajes a clásicos del cine como Terminator (el viaje en el tiempo) y Odisea del Espacio (con el Hoff 9000 emulando al Hall 9000 y haciendo referencia a Kitt, el Auto increíble, serie protagonizada por el mismísimo David Hasserhoff), sin olvidar el típico cliché de las películas de superhéroes sobre la obtención de poderes.

Por si todo lo anterior fuera poco, el filme también alude a esa fantasía violenta y pulp con vikingos matando dinosaurios en un mundo salvaje con música rockera de fondo, algo que me recordó mucho a Heavy Metal. Las partes donde la película parece dañada y los comerciales inventados son un elemento clásico del cine GrindHouse. Las partes animadas también nos remiten al anime ochentero y a las producciones americanas que en ese tiempo eran más crudas y menos estilizadas. Igualmente, esa Alemania nazi steampunkizada dan al filme un toque ucrónico muy particular. Una recomendación obligada para quien guste de este tipo de cine.

Lee Hardcastle

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Los seguidores frecuentes del blog sabrán que soy un gran fan de Cyberpunk, sin embargo, otro de mis géneros favoritos es el Gore, en todas sus variantes, desde el Gore Clásico hasta el excesivo Slasher o el viscoso Splatter, géneros que nutrieron a la Serie B en su modalidad Grindhouse.

Hablar de animación gore resulta un poco difícil, pues no es un género al que los animadores recurran con frecuencia, posiblemente porque el manejo de la anatomía lo hace más complicado o simplemente porque al público no le interesa ver dibujitos llenos de sangre. Fuera de la animación japonesa, que ha explotado todos los géneros imaginables, han sido pocas las obras de éste tipo de temáticas que he tenido la oportunidad de ver. Y si hablar de animación gore resulta difícil, hablar de animación gore hecha mediante Stop Motion es todavía más complicado. Para fortuna de todos los que amamos el Gore, un animador independiente ha tomado la batuta para representar tan polémico género mediante una de las más tradicionales técnicas de animación, me refiero al animador británico Lee Hardcastle.

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I make claymations

“I make Claymation that are NOT for children”, es la frase y advertencia con la que siempre se presenta Lee, un animador independiente oriundo de Inglaterra y que se dedica a la creación de cortometrajes realizados mediante la técnica de Claymation, que no es otra cosa sino la animación mediante Stop Motion usando modelos de arcilla (plastilina).

La peculiaridad de Lee es su forma de trabajar. En primer lugar no usa grandes recursos, sus escenarios, personajes y demás utilería están hechos a partir de cosas tan simples como la plastilina y el papel. El equipo (cámara, computadora y software) con los cuales lleva a cabo su obra tampoco son de un alto nivel profesional; incluso los sets de sus cortos están hechos sobre una simple mesa.

En cuanto a la calidad artística podemos decir que Lee no es un gran escultor, sus diseños son burdos e incluso feos (es posible apreciar las huellas de sus dedos sobre la arcilla), pero eso acentúa ese estilo Grindhouse que su obra refleja. Ver una de sus obras es como ver una animación Serie B, porque en esencia eso es lo que estamos viendo: recursos limitados, trabajo realizado en poco tiempo, historias exageradas (propias de los géneros de los que parte) y una sobreexplotación del sexo y la violencia.

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De sangre y tripas

Las obras de Lee coquetean con prácticamente todos los subgéneros del Gore, principalmente con el Slasher (un loco masacrando gente) y el Splatter (mutilaciones y salpicadero de sangre por doquier). Además del clásico “género rojo”  sus obras presentan elementos del Terror, el Horror y la Ciencia Ficción. Y si bien el género principal es el Gore, sus obras en realidad pertenecen al Cine de Explotación (Exploitation), pues sobreexplotan temas como el sexo, la violencia, el miedo, la locura y un sinfín de estereotipos.

El hecho de buscar esa baja calidad a propósito le dan a sus cortos un aire de frescura e innovación, pues aunque puede recurrir a lo retro, termina por hacer un excelente homenaje —como lo han hecho Tarantino y Robert Rodríguez— al cine Grindhouse de los 70. Sin olvidar que con todo esto logra demostrarnos que no se requiere de un fino manejo del arte ni de un gran presupuesto, basta con tener en claro el género, la audiencia y una historia (que buena o no) atrape al público.

Cuando todo se tiñe de rojo lo único que nos queda es dejarnos llevar por el festival de sangre y tripas que Hardcastle nos ofrece. Pero sus obras tienen de todo, algunas son realmente atemorizantes (T is for Toilet), otras presentan un exceso tal que caen en lo divertido (An Alien Claymation) y algunas más son un desenfreno total de acción pura (The Raid). Y justamente es esa versatilidad que Lee tiene para jugar con el gore lo que hace tan atractiva su obra.

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