Ani•Kuri 15 [1-5]

Ani•Kuri 15 (アニ•クリ15) es un proyecto de quince cortometrajes producidos durante 2007 y 2008 por NHK, los cuales están dirigidos por quince de los más reconocidos productores y directores en el campo de la animación. Debido a que los cortos fueron emitidos durante los espacios publicitarios, la duración de estos fue limitada a un minuto. Además de que esto nos permite apreciar la capacidad y habilidad que los creadores tienen para contar una historia en tan sólo 60 segundos.

La mayoría de los cortos no tienen diálogos o se basan en una canción para contar su historia, lo cual permite al televidente generar su propia interpretación. La serie está dividida en tres temporadas de cinco cortometrajes cada una y para su realización los animadores tuvieron libertad total para elegir el tema que quisieran desarrollar y fueron apoyados por un estudio en específico.

Primera Temporada

Namida no Mokou

Director: Akemi Hayashi.
Estudio: Gainax.

Namida no Mokou plasma de manera grácil y un poco nostálgica las dificultades que tres mujeres experimentan en las relaciones afectivas. Ellas aprenderán que los problemas amorosos no son el fin del mundo y que siempre se puede salir adelante.

El diseño y calidad de animación son simples pero muy agradables y se acoplan con la temática sentimental de la historia, clásica de género Josei. Por su parte, la música, aunque un tanto nostálgica, es perfecta, pues la canción de fondo (Hane, interpretada por el dueto I’s Cube) fue creada en específico para este corto.

Attack of Higashimachi Nichoume

Director: Shinji Kimura.
Estudio: Studio 4°C.

Éste corto nos presenta la historia de tres extraños, coloridos y amables extraterrestres, que llegan a una Tierra de cartón para invadirla, pero sin éxito.

La animación puede parecer extraña pero es una de las más espectaculares dentro de AK15, pues con la enorme habilidad de Shinji Kimura para la creación de escenarios no podría esperarse menos. Y aunque el aspecto musical es simple, el resultado obtenido al conjuntar animación 2D y 3D con maquetas de cartón es formidable.

Hyotokko

Director: Yasufumi Soejima.
Estudio: Gonzo.

Un grupo de guerreros nativos de la selva atacan a un dios con forma de oso, quien captura a uno de ellos y le otorga el poder del fuego espiritual.

La animación no tiene diálogos, pero la música actúa como un perfecto ambientador para la aventura. El aspecto más destacable es la técnica de animación, basada en diversas técnicas de captura de movimiento, las cuales logran que tanto la selva como los guerreros y el dios presenten movimientos espectaculares.

Sancha Blues

Director: Osamu Kobayashi.
Estudio: MadHouse.

Un avaro y extraño tendero observa a sus clientes mientras estos hurgan entre la mercancía y critican los precios sin comprar nada. El corto hace una pequeña crítica a la cultura del consumismo en la sociedad japonesa.

La música es meramente ambiental, pero lo que más destaca es el peculiar estilo de animación. Una característica particular de Sancha Blues es que tanto los escenarios como los personajes están basados en lugares y personas reales.

Uchujin Roikô Hiroshi no Baai

Director: Shôjirô Nishima.
Estudio: Studio 4°C.

Un joven intenta leer su manga mientras un robot (o extraterrestre) lanza bolitas para distraerlo y poder escapar.

El corto nos muestra un poco de comedia física ambientada en un escenario altamente detallado y con gran calidad, la música —de Daisuke Okamoto— le da un toque muy cómico y la fluidez en los movimientos aporta ese último toque de calidad.

Temporada 2
Temporada 3

Metrópolis

Título Original: メトロポリス (Metoropurisu).
Género(s):Ciencia Ficción/Ciencia Ficción Social/Ciencia Ficción Libertaria/Cyberpunk, Distopía.
Director: Rin Taro (Hayashi Shigeyuki).
Estudio: MadHouse.
Emisión: 2001.
Duración: 109 minutos.
Extras:

Basado en el manga homónimo de Osamu Tezuka y con la colaboración de Katsuhiro Ôtomo como guionista, Metrópolis es uno de los animes de Ciencia Ficción más ambiciosos e impresionantes que existen, tanto por su calidad en el aspecto técnico como por su contenido argumental.

El estilo retro que le dan su peculiar banda sonora y la parafernalia de sus personajes crean una ambientación que lo aleja del contexto clásico del Cyberpunk industrial y tecnológico, y lo acercan más al cine de detectives, que aderezado con los movimientos sociales que nos muestra logran un resultado sobresaliente.

La calidad de animación es impactante, aunque por momentos hay un poco de contaminación visual debido a que la cantidad de elementos que aparecen en pantalla son tantos que resulta casi imposible apreciar cada uno de ellos, muchos de los cuales explican algunos elementos de la historia. El grado de detalle es impresionante y nunca se pierde nitidez ni siquiera en los escenarios más oscuros.

La música es muy buena, es una mezcla de Jazz y tonadas lentas que contrastan totalmente con el ambiente futurista y altamente tecnológico. El diseño y desarrollo de los personajes es muy acertado, a pesar de que algunos caen en los estereotipos propios del papel que representan. Los personajes mejor logrados son los robots, pues poseen características y “personalidades” que simbolizan algunos de los sentimientos que los humanos han perdido debido a la excesiva industrialización, pero que aún subsisten en la imponente ciudad.

La historia de desarrolla en Metrópolis, una ciudad que refleja el poderío humano, llena de tecnologías y robots de toda clase. Sin embargo, estos avances han causado estragos entre la gente más pobre, quienes eventualmente han sido relegados hacia los sectores olvidados de la ciudad. Zona 1 es un submundo que se encuentra bajo la urbe, un lugar sin ley ni autoridad, lleno de gente necesitada, delincuentes y miseria.

En Zona 1, tanto los humanos como robots sufren la opresión de las élites sociales, pues se les impide vivir en la superficie y mezclarse con el resto de la población. Pero bajo las luces y la opulencia de la gran ciudad, en las sucias y abandonadas calles de aquel submundo, empieza a gestarse una revolución, una revolución en la cual los hombres defenderán sus derechos y los robos, su libertad.

Mientras en Metrópolis se lleva a cabo una celebración por la construcción de la Torre Zigurat, el detective Shunsaku Ban y su sobrino Kenichi investigan el posible tráfico de órganos por el Dr. Laughton, científico que trabaja en la construcción de un extraño androide llamado Tima. Tras la muerte del doctor, Kenichi y Tima son perseguidos por el partido anti-robots Marduk y se ocultan en Zona 1, donde conocen las difíciles condiciones en que viven sus habitantes, quienes cansados de la opresión han decidido levantarse en armas.

La película no sólo nos muestra la típica distopía tecnológica, sino que se adentra en las condiciones sociales de discriminación que viven las personas y los robots. Dichas condiciones no representan sino la discriminación racial que actualmente se vive en muchos países, sobre todo en aquello que sufrieron del Apartheid. El odio a los robots no es más que una referencia al racismo y al desprecio que muchos tienen por todo aquel que no comparte su cultura, costumbres, creencias o posición social.

Metropolis 10

Una característica que me gustaría resaltar es el aspecto revolucionario, pues en distintos carteles podemos ver el rostro del “Che” Guevara, además de que las escenas de lucha y manifestaciones son en ejemplo fidedigno de las protestas que actualmente podemos ver en las calle de todo el mundo, desde las pancartas con consignas hasta las bombas molotov.

Sin duda, Metrópolis es una película asombrosa, pues mezcla un futuro moderno con movimientos sociales del presente e ideales revolucionarios del pasado, y nos plantea una interesante cuestión: ¿es necesario llegar tan lejos en los avances científicos?