Las Fantasías de Lila

Título Original: Lila dit ça.
Género(s): Cine erótico, Drama, Romance.
Director: Ziad Doueiri.
Emisión: 2004.
Duración: 89 minutos.
Extras:

Por fin, luego de muchos años y ver la película un par de veces únicamente para mi disfrute personal, toca el turno de escribir sobre la que considero es mi película erótica favorita, Las Fantasías de Lila. Tuve la oportunidad de verla por primera vez por casualidad en una época en la que pasaron el tour de cine francés en canal 40 o canal 22, no recuerdo. Cuando vi la película ya había empezado, pero me pareció interesante y la seguí viendo, algunos años después encontré el DVD y lo compré, pero pasaron muchos años más para decidirme a verla de nuevo y es que si bien es mi película favorita del género, si requiere un ambiente adecuado para verla y poder disfrutarla.

La película tiene una calidad técnica muy buena, la dirección de cámaras y los escenarios me encantaron, pero sobre todo fueron las tomas al rostro de la protagonista las que, junto con la banda sonora, lograron crear ese ambiente erótico sumamente incitante, pues aunque la historia y los diálogos son un gran aporte de sensualidad en la obra, es la forma en que la cámara logra captar las miradas de Lila lo que más sensualidad genera.

La historia gira en torno a Chimo, un chico francés de 19 años de origen árabe que vive en un barrio pobre y marginado, donde fuera de la delincuencia y las pandillas, los jóvenes no tienen muchas esperanzas. Sin nada que hacer ni oportunidades de trabajo, Chimo y sus amigos se la pasan en la calle vagando, robando o fumando. Sin embargo, Chimo es diferente al resto, es más respetuoso y tiene un talento nato para la escritura, razón por la cual su profesora lo alienta para entrar a una universidad de literatura con una beca, aunque él no acepta ya que no se considera capaz de hacerlo y no tanto porque en realidad no pueda, sino porque su contexto le hace creer en que realidad no puede aspirar a más.

Las cosas empiezan a cambiar cuando Lila, una chica de 16 años que recién se ha mudado al barrio a vivir con su tía, se acerca a hablarle y le pregunta si quiere ver su vagina. A partir de ese momento, los encuentros con Lila se hacen más frecuentes, ella siempre habla de temas sexuales y le cuenta tanto sus fantasías, como las proezas sexuales que ha vivido. Chimo pronto se ve obsesionado con ella, sobre todo porque es al único de su barrio al que le habla, otro de sus amigos intentan cortejarla, pero ella ni siquiera lo voltea a ver. Esa extraña y sensual relación entre Chimo y Lila hace que sus amigos se pongan celosos y empiecen a distanciarse.

Chimo pasa cada vez más tiempo con Lila, aunque en realidad es ella quien la mayoría de las veces lo busca, ya sea para contarle sobre sus amantes cuando estuvo en Estados Unidos, sus fantasías de hacer porno amateur o sus sueños eróticos en donde participa en enormes orgias con chicos que tienen la cara de Chimo. Todas las cosas que le cuenta Lila sin duda excitan al joven y hacen que se interese en ella cada vez más, sobre todo por ese vínculo especial que no puede explicarse, pues él mismo está consciente que es un chico normal sin ningún distintivo, pero por alguna razón es el único con quien Lila habla.

Chimo no termina de comprender a Lila, sus fantasías y sus historias lo confunden e intrigan, además de la fama que la chica se ha ganado en el barrio, donde todos la consideran una prostituta, sin olvidar el hecho de que vive con su tía que es una fanática religioso algo loca. Para deshacerse de ella Lila inventa que se encontró con el diablo y tuvo relaciones con él, lo que le da una peor fama entre los vecinos y al final es víctima de un ataque que la obliga a ella y a su tía a mudarse.

La historia si bien es cine erótico también es un excelente drama, tanto por la vida de Chimo como por el desenlace de Lila. El fin que tiene la chica es triste y lamentable, sobre todo cuando [Spoilers, saltar al siguiente párrafo] descubrimos que todo lo que le contaba a Chimo era mentira, todo eran simples fantasías que inventaba para llamar su atención, para parecer interesante o quizás porque su realidad eran tan miserable que prefería vivir en su imaginación. Incluso cuando Chimo le pregunta por qué siempre le habla de sexo, ella le responde: “y de qué más quieres que hable”, además de que en un diálogo dice: “deja de soñar y no te quedará nada”. Una chica virgen sin ninguna experiencia sexual que se hacía pasar por una conocedora del sexo logró expresar el más grande erotismo que se pueda uno imaginar.

Justo esa es la razón por la que me gusta tanto esta historia, pues no hay una sola escena de desnudos ni sexo explícito, me parece que Chimo y Lila ni siquiera se dan un beso y aun así la carga erótica del filme es exquisita, pues es ella quien con su sola presencia desencadena todo. Y eso se lo debemos a tres cosas, la música, las lascivas, seductoras, sensuales a la vez que inocentes miradas de Lila y los diálogos. Si una cosa demuestra esta película es la importancia del lenguaje (verbal y corporal) en el erotismo.

Esa inocencia mezclada con sexualidad es lo que hace a Lila tan deseable, es lo que obsesiona a los chicos, eso y el no saber nada de su vida real y dejar todo a la imaginación, pues si bien la piel es el órgano sexual más grande, el cerebro es el más importante. Los comentarios sexuales que Lila dice y la seguridad con la que los dice es lo que le dan a la chica esa sensualidad. Lila es como la típica compañera de prepa o secundaria que parece tener mucha experiencia en el sexo y presume de ya haber tenido varias parejas, pero que en el fondo es igual de inexperta que el resto. Pero el no saber eso y creer que es capaz de hacer todo lo que dice y que cuando no la ven es porque probablemente esté acostándose con alguien es lo que más deseo genera en el resto de personajes.

Al final Lila tenía una sexualidad inocente, incipiente como su edad y muy hermosa, pues su visión del amor era diferente y basada en el desapego, ella decía que podría acostarse con varios tipos a la vez y sólo amar a uno y esa diferencia entre amor y sexo es algo que mucho no sabemos diferenciar a esa edad, lo cual hace que el personaje me resulte complejo e incluso me recuerde a otros personajes femeninos cuya parte sexual impulsa al protagonista a avanzar en la historia (como en muchas Distopías, por ejemplo 1984).

[Spoilers, saltar este párrafo] Lila es un personaje muy complejo, pues si bien se sabe hermosa y se cotiza entre los chicos, está atrapada con su tía y sólo se abre ante Chimo, pues es al único al que le habla de sexo a pesar de que todo fuesen simples fantasías. No obstante, la hermosa rubia de ojos azules cuya presencia desentona en un barrio de inmigrantes árabes sufre en su interior de la desolación que su situación le genera, tanto que quizás por eso inventó todas sus fantasías, pues por fuera es la sensual, atrevida y segura Lila, pero en el interior está llena de dudas al igual que todos.

Por otro lado tenemos a Chimo, quien es igualmente complejo, sabe de su talento pero no cree que deba aspirar a más, sólo hasta que Lila pone su mundo de cabeza es que se atreve a hacer algo con su vida. Lila es para Chimo no solo una llama de la pasión en sentido sexual, sino una llama de la pasión por la vida, por querer hacer algo y no dejar que su situación se apodere de todo y determine lo que puedes o no lograr.

Ese manejo de los barrios lumpen árabes es interesante, pues si bien en México son muy comunes y un tema recurrente en el cine nacional, ver la mirada desde otra cultura y con otra situación de inmigrantes es enriquecedor. Y a pesar de que sólo es el simple escenario, está presente la discriminación a los venidos de otra tierra y el temor a los musulmanes por creer que todos son terroristas, lo que exhibe los estigmas propios de occidente con respecto a otras culturas y que generan esa atmósfera y esa realidad de la que Chimo decide escapar.

Las Fantasías de Lila es una película fabulosa, tiene una historia que te atrapa, personajes muy bien diseñados, geniales actuaciones, muy buena música, un inesperado giro argumental al final y un derroche de sensualidad y erotismo muy buenos que apelan a la incipiente e inocente sexualidad juvenil para atraparte y demostrarte de que detrás de una mirada sensual se puede ocultar una persona totalmente diferente, y que todo juego sexual por muy inocente que nos parezca puede acarrear terribles consecuencias, sobre todo cuando no sabemos lo que pueden llegar a desencadenar. Una de mis películas favoritas que recomiendo a todo aquel que guste del cine erótico y europeo.

Cine para mí

Las Fantasías de Lila

Este blog nació como una bitácora personal para tener un registro de todas las series de anime que veía, posteriormente pasó a ser un registro donde reseñaba toda obra de ficción que veía en cine o televisión. Sin embargo, no reseño el 100% de todo lo que veo, algunas obras no me motivan tanto como para querer analizarlas y escribir sobre ellas, otras las consumo simplemente por consumir, pero hay otras que reservo para mi disfrute personal. Son series o películas que me gustan mucho, pero que he decidido no reseñar, al menos no luego de la primera vez que las veo, porque prefiero sentarme con tranquilidad a disfrutarlas sin la presión de tener que escribir sobre ellas.

Como quizás los lectores asiduos sepan, cuando veo algo de lo que voy a escribir en el blog lo hago con una pequeña libreta al lado (hasta el momento llevo tres, recién inicié la cuarta) para anotar datos que considero importantes mencionar. Eso hizo que en algún momento escribir en el blog se tornara pesado e incluso frustrante, sobre todo porque me hacía disfrutar menos las obras que veía. Sin embargo, superé esa etapa hace ya un par de años y hoy en día disfruto ver para reseñar, incluso lo que ahora veo está determinado por el calendario del blog, si llevo tiempo sin reseñar anime, por muchas ganas que tenga de ver algo en imagen real, elegiré una serie animada.

Another Earth

El blog se ha vuelto parte importante de mi vida, y no es para menos tomando en cuenta que llevo escribiendo aquí más de ocho años, once si tomamos en cuenta la primera etapa del blog. Pero aún con todo eso hay obras de las que prefiero no escribir, que elijo guardarme para mí a pesar de que en el fondo realmente deseo hablar de ellas o comentar lo buenas que son o por qué me han gustado tanto. Eventualmente lo haré, en algún momento me daré el tiempo para ver con mirada crítica cada una de esas obras, pero no antes de disfrutarlas para mí una buena cantidad de veces.

Hoy escribo esto pues hace unas horas terminé de ver la que considero mi película erótica favorita, la cual vi hace unos doce años, o quizás más, y cuyo DVD tengo desde hace unos ocho o nueve años, pero que no había vuelto a ver. Las Fantasías de Lila (Lila dit ça, 2004) es una obra bellísima que explora el erotismo de la insipiente sexualidad de una jovencita de dieciséis años. Sin desnudos y sin escenas de sexo logra formar un aura erótica y sensual, por eso es mi película favorita en su género. La historia de cómo la conocí la dejaré para cuando la reseñe, pero pensar en el hecho de que quiero escribir sobre ella me llevó a pensar el por qué no he escrito sobre muchas otras obras que igualmente me encantan.

The Grand Budapest Hotel

Una razón es la falta de tiempo, sobre todo con series largas que necesitan varias horas, así que por muchos que quiera, las entradas de Death Note o Fullmetal Alchemist tendrán que esperar un tiempo. Otra razón es la desidia, enmascarada con la excusa de un momento adecuado para verlas, pues con el tiempo que he invertido en otras cosas ya habría podido reseñar todo lo que me falta, como Bokurano, por mencionar alguna. Aunque es verdad que hay veces en las que no estás de humor para ver a detalle algo que te gusta.

La última razón es por decisión personal. Cuando una obra es tan buena que requiere que te des el tiempo necesario para digerirla, saborearla y disfrutar esa intimidad que el buen cinéfilo experimenta cuando ve algo de su agrado. Intimidad que se pierde cuando ves algo con la responsabilidad de escribir al respecto en un blog. Las sensaciones que una obra cinematográfica te hace sentir se diluyen cuando las escribes en una pequeña libreta para no olvidarlas cuando escribas la reseña más tarde.

Interstellar

Las Fantasías de Lila es un ejemplo de esas obras que primero decidí disfrutar yo sólo, y lo mismo pasó con Interstellar (2014) y Fury Road. De las primeras dos aún no hay reseña y la última tardó varios años en tener su propia entrada. Pero han habido más filmes que yo planeaba reseñar pero que al momento de verlos decidí dejar mi papel de bloguero y ser simplemente un espectador más. Another Earth (2011), Django Unchained (2013) o el mismísimo Cloud Atlas han sido series que se ganaron ese tiempo de intimidad conmigo. Otras me tomaron más por sorpresa, pues en un principio ni siquiera tenía intenciones de reseñarlas, pero luego de verlas decidí que lo haría luego de disfrutarlas para mí un par de veces más, es el caso de The Grand Budapest Hotel (2014) o The Great Gatsby (2013).

Ver películas es mi gran pasatiempo, al igual que escribir en este blog, pero llega un punto en que sin importar lo mucho que disfrute reseñar lo que veo, hacerlo se convierte en una especie de obligación, aun cuando esto no es un trabajo para mí. A pesar de la completa libertad que tengo para escribir lo que yo quiera en este espacio, hacerlo se convierte en una rutina que a veces es bueno romper viendo películas sólo por el disfrute de hacerlo, sin la presión de tener que reseñarlas, sobre todo cuando uno descubre pequeñas joyas que vale la pena disfrutar con calma y saborearlas a solas más de una vez antes de contarles a los demás sobre ellas; como un pequeño y sensual secreto, igual a esos que Lila le contaba a Chimo en la cinta que me inspiró a escribir esto.

The Great Gatsby