Título Original: Community.
Género(s): Sitcom.
Creador: Dan Harmon.
Emisión: 2009-2015.
Duración: 6 temporadas.
Extras: #AndAMovie
Probablemente la mayoría no conoce su origen, pero uno de los memes más famosos de internet se originó en esta serie, aquella escena donde Ken Jeong (mejor conocido por la mayoría como Mr. Chow de la saga ¿Qué paso ayer?, quien también tiene otro meme famoso) grita “¡Gay!” con las manos alrededor de su boca. Al ver ese meme hace algunos años me puse a investigar su origen y llegue a Community, una serie de comedia que al parecer había sido muy popular en su tiempo. Gracias a videos de recopilaciones conocí al Señor Chang y a Annie, dos de los personajes principales de la serie. Con lo poco que vi quedé enganchado y por mucho tiempo traté de buscar la manera de verla, hasta que hace algunas semanas me percaté de que estaba en Netflix y por dos semanas no vi otra cosa en la tele que no fuera esta serie.
Desde su primera temporada me atrapó por completo y me gustó tanto que a pesar de los altibajos que tuvo, el hype me duró hasta que terminé de ver toda la serie de corrido. Los críticos expertos elogian a Community por su contenido, estilo de comedia, diversidad de géneros y estilos narrativos, así como por el desarrollo de sus personajes. Incluso algunos dicen que desde un punto de vista semiótico, la serie es perfecta y no podría estar más de acuerdo con ellos. Si bien he dicho que mi serie favorita es The Office US, esta serie llegó a competir fuertemente por ese puesto, la única diferencia es que The Office tiene más temporadas buenas o al menos estables y Community, debido a los conflictos internos entre el creador y los actores, tiene muchos problemas que demeritan en la mayoría de las veces con su calidad.
No obstante, las primeras tres temporadas de Community son grandiosos y las primeras dos son simplemente perfectas, no hay más adjetivos para describirlas. En The Office todo va bien hasta la temporada siete cuando Michael Scott abandona Dunder Mifflin, pero las primeras dos temporadas de Community son mucho mejores que las siete temporadas de The Office, o al menos a mí me han gustado mucho más. Y es que la temática escolar me permite identificarme más que el burocrático trabajo en oficina, aunque sin duda ambas tiene un humor poco convencional y que para nada recurre a los típicos chistes de situación genéricos y las risas grabadas de fondo como en el caso de Friends o How I Meet Your Mother (HIMYM), pues aunque todas pertenecen al mismo género, The Office y Community destacan por su humor, y esta última además tiene una enorme cantidad de estilos narrativos que hacen de cada capítulo un universo completamente distinto, a diferencia de La Oficina, donde todo siempre es trabajo de oficina.
Community toma lugar en Greendale, una escuela comunitaria a donde asisten los rechazados, parias sociales, viejos, criminales y todos aquellos que por alguna razón no pudieron ingresar a una universidad real. En esa escuela las cosas siempre se salen de control, pues con estudiantes que para nada son el ideal social, un decano extravagante y profesores locos, es imposible esperar que los alumnos puedan tener un semestre normal.
Cuando la historia inicia nos centramos en Jeff Winger (Joel McHale), un ex abogado que dejó su lucrativo trabajo cuando descubrieron que en realidad no tenían un título de abogado, así que fue obligado a dejar su empleo y enlistarse en una escuela para titularse. Acostumbrado a mentir y engañar con la facilidad de palabra que lo caracteriza, decide inscribirse a Greendale, pues uno de sus amigos trabaja como profesor de Psicología allí y espera que pueda ayudarlo a aprobar de inmediato, sin embargo, Ian Duncan (John Oliver), el profesor amigo de Jeff, no va dejar que se salga con la suya y lo engaña para que no pueda hacer trampa y tenga que cursar y aprobar las materia él mismo.
Mientras Jeff ve frustrado su plan para obtener su título pronto, conocer a una hermosa rubia llamada Britta Perry (Gillian Jacobs), a quien intenta conquistar, para ello se hace pasar por tutor de español pues es una clase que toman juntos. Así Britta y Jeff inician un grupo de estudios al que se unen Annie Edison (Alison Brie), una joven inocente y responsable que vio frustrado su futuro por la adicción a una droga, Troy Barnes (Donald Glover) un joven ex compañero de preparatoria de Annie cuya lesión en la pierna le hizo perder su beca universitaria de Futbol, Sherley Bennett (Yvette Nicole Brown), la madre divorciada que ahora como mujer independiente decidió estudiar para poner un negocio, Abed Nadir (Danny Pudi), un joven amante del cine y la cultura pop que sufre de Asperger por lo que no suele relacionarse bien con otras personas y Pierce Hawthorne (Chevy Chase), una hombre mayor sumamente racista dueño de una millonaria compañía de toallitas húmedas que se enlistó en la escuela para convivir con los jóvenes. Juntos intentarán sobrevivir a sus dementes profesores, sobre todo a Ben Chang (Ken Jeong), su psicótico profesor de español.
A lo largo de las temporadas vemos los elementos típicos de fraternidad, unión y amistad. Mensajes que eran de esperarse y cuyo principal énfasis es la aceptación y la tolerancia dadas las diferencias raciales y religiosas del grupo. Troy y Sherley son afroamericanos, Abed es un musulmán mitad polaco mitad árabe, Annie es Judía, Sherley es sumamente católica, Pierce es racista y homófobo, Britta es atea y anarquista, y Jeff es un narcisista que sólo piensa en sí mismo. En fin, que el grupo debe aprender a apoyarse y aceptar sus diferencias, las cuales dan juego para muchas situaciones divertidas y que siempre dejan un buen y entrañable mensaje sobre la amistad.
Pero más allá de la amistad, lo que destaca en verdad es la genialidad de sus estilos narrativos, la fabulosa comedia que suele tomar situaciones simples y escalarlas a extremos descabellados que terminan por ser hilarantes, la brutal cantidad de referencias a la cultura pop, sobre todo cinematográficas, y la inmensa cantidad de géneros que aborda en cada capítulo. La serie rompe la cuarta pared de forma constante y no de forma tradicional como cuando Malcolm en Malcolm el de en medio se dirige al espectador, sino de una forma más compleja, al hacer consientes a los personajes de que son parte de una serie y de cómo los argumentos del guion afectarán en sus vidas. Sin olvidar que la serie es muy autorreferente, genera su propia multiverso y líneas temporales al grado de rozar la metaficción y la hiperrealidad.
Otra peculiaridad es que a diferencia del Sitcom clásico, si bien aquí tenemos el salón de estudio que funge como ese lugar estático donde ocurren la mayoría de las escenas (el equivalente al departamento en Friends o al bar en HIMYM) el tener toda una escuela como locación con sus diferentes salones, áreas verdes y cafetería, así como las casas de los propios personajes, le da un toque muy bueno y refrescante al permitirnos ver a los personajes en diferentes ambientes. Ese cambio en las locaciones permite que los protagonistas interactúen de forma más orgánica y divertida que verlos siempre en el mismo lugar.
A lo largo de las seis temporadas descubrimos que si bien Greendale es un chiste para otras escuelas más serias, sobre todo por el manejo administrativo del sexualmente ambiguo decano Craig Pelton (Jim Rash), sus raros profesores y peculiares estudiantes (algunos de los más geniales son Leonard, Alex “Star-Burns” y Magnitud), lo es también por el tipo de materias que imparten. Por ejemplo, algunas de las clases más raras son: Billar, Estafas, Escaleras, Historia del helado, Navegación, Anuncios por altavoz, Peluquería, Cerámica, Cestería, Hablar con bebés, Varitas Mágicas, ¿Cuándo está bien sacudir a un bebé?, ¿Puedo freír eso?, así como una materia sobre Nicolas Cage y otra sobre la serie Who’s the Boss.
La diversidad racial, religiosa, de edad y nivel socioeconómico de sus alumnos, así como las cosas raras que enseñan me hizo identificarme y pensar en mi propia escuela, ya que en la ENAH es común ver que al menos cada generación tiene a un par de adultos mayores ya jubilados o señoras que al no tener otra cosa que hacer deciden ponerse a estudiar. Y creo que es justamente eso lo que me hiso disfrutar tanto de la serie, pues la temática escolar es algo que siempre me ha gustado.
Por otro lado, más allá del tema escolar, es la diversidad de sus géneros y sus referencias lo que más me atrapó, por ejemplo hay capítulos que son animados, tanto en stop-motion como en versión anime o caricatura de los 80 (G.I. Joe), en otros capítulos los personajes son títeres, o vemos referencias a Star Wars, Star Treek, Hombres de Negro, distopías orwellianas y huxleanas, pandemias zombis, musicales, documentales, Film Noir, terror, suspenso, ciencia ficción, fantasía, organizaciones secretas, paradojas temporales, Dr. Who, westerns, tributos a Tarantino, Mad Max, una capítulo de La Ley y El Orden, videojuegos, Tron, Los Juegos del Hambre, Matrix, entre muchas otras, sin olvidar los épicos juegos de Paint ball y el suelo es lava. Toda esa diversidad argumental me fascinó y al ser un seguidor de muchos de esos géneros y elementos de la cultura pop disfruté mucho el verlos en pantalla.
Aunque no todo es miel sobre hojuelas. A partir de la temporada tres la atención se centra demasiado en Abed, y el bromance entre él y Troy llegó a irritarme, estaba en un punto en el que a Troy sólo le importa Abed, estar con él, cuidarlo y protegerlo, tanto que hubiese sido mejor que fueran gays. Ahora bien, el personaje de Abed es magnífico, pero a partir de la cuarta temporada las cosas giran tanto en torno a él que su personalidad se ve sobreexplotada y se conforma como una especie de semidiós que determina lo que el resto debe de hacer. A Britta la van haciendo más tonta y torpe en cada temporada cuando al principio ella y Jeff era como los padres del grupo al ser la voz de la razón. Annie, Jeff y Sherley siempre se mantiene en un buen nivel, de hecho Annie es la que mejor se desarrolla. Troy se obsesiona con su amistad con Abed y se vuelve el secuaz de éste y a Pierce lo van alienado mucho desde el final de la tercera temporada, cuando las cosas empezaron a ir mal entre él y Dan Harmon, tanto que al final de la cuarta temporada Chevy Chase dejó la serie. Ken Jeong estuvo magnífico en todas las temporadas, pero lamentablemente al parecer los productores trataban de menospreciarlo pues su personaje fue el que más sufrió al pasar por muchos cambios, sobre todo cuando vemos el brutal trabajo de la primera temporada cuando era profesor de español y antagonista del grupo.
No cabe duda de que esta se ha convertido en mi serie favorita, aun a pesar de todo lo malo, pues cuando los siete de Greendale estaban unidos la serie era simplemente maravillosa. La cuarta temporada es un asco, la quinta mejora mucho y recupera la esencia, la sexta está bien pero pierde el encanto, las primeras tres son una joya y las dos primeras son simplemente perfección. Community es una estupenda serie que les recomiendo ver si tienen la oportunidad.