Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses

Título Original: ドラゴンボールZ 神と神 (Doragon Boru Zetto: Kami to Kami)
Género(s): Shônen, Comedia, Peleas, Sobrenatural, Ciencia Ficción, Henshin.
Director: Masahiro Hosoda.
Estudio: Toei Animation.
Emisión: 30 de Marzo de 2013
Duración: 85 minutos.
Extras: Dragon BallDragon Ball Z.

Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses es la decimocuarta película de la saga Dragon Ball Z. Fue lanzada en los cines de Japón el 30 de marzo de 2013 y tras una larga espera, fue doblada a nuestro idioma y estrenada en las salas de cine el 27 de septiembre de este año. Es la primera película de la saga en tener un lanzamiento planeado para el cine después de 17 años.

Luego de una elaborada campaña publicitaria por parte de los estudios responsables de su realización, se reveló que el autor original, Akira Toriyama, estaba involucrado profundamente en este trabajo. De acuerdo con Toriyama, el objetivo principal de esta adaptación es “recuperar la atmósfera original, añadiendo un poco de sabor moderno; una fuente de entretenimiento maravilloso, como en los viejos tiempos”

El Dios de la Destrucción

Para mantener el equilibrio, en este universo existen Dioses que dan la vida y también Dioses que traen la muerte. Tras 39 años de letargo, Bills el Dios de la Destrucción, despierta de acuerdo a un presagio que recibió del Pez Oráculo tiempo atrás. En este día por fin enfrentará a un adversario digno de su poder. Tras enterarse de la derrota de Freezer a manos del saiyajin Son Gokú, recuerda que el adversario de la profecía pertenece a la mitología de esta raza, el Dios Super Saiyajin.

Dispuesto a encontrar a este Dios para librar un épico combate, Bills parte hacia la Tierra acompañado por su asistente Wiss. Antes hace una breve parada en el planeta del Kaio del Norte, preguntando por Son Gokú, quien se encuentra en ese lugar entrenando. Entusiasmado, y para la desgracia de Kaio, Gokú reta a un combate al Dios. Contra todo pronóstico, el saiyajin es derrotado con tan solo dos golpes, aún después de acceder a la transformación fase 3.

Gokú no fue rival para él, así que su próximo objetivo es el príncipe Vegeta en la Tierra. Al verlo, Vegeta recuerda con horror la identidad de Bills y hace todo a su alcance para evitar la furia del Dios Destructor. Por suerte, los Guerreros Z se han reunido en la Corporación Cápsula para celebrar el cumpleaños de Bulma, por lo que Vegeta hace pasar a Bills y Wiss como amigos suyos y los invita a la celebración. Ambos visitantes se muestran sorprendidos por la calidad culinaria del planeta.

Tras una sucesión de cómicos eventos desafortunados, Bills pierde la paciencia y al ser incapaz de hallar al Dios Super Saiyajin, decide destruir la Tierra. Derrota sin ningún esfuerzo a todos y cada uno de los guerreros ahí reunidos, hasta que Gokú aparece para tratar de calmar al poderoso ser. Entonces utilizan las Esferas del Dragón para que Shenlong proporcione información sobre el Dios que Bills busca. Usando un antiguo ritual que requiere la fuerza de seis guerreros saiyajin, Gokú acede momentáneamente al estado de Dios Super Saiyajin.

Esta forma le otorga a Gokú el poder suficiente para luchar contra Bills, comenzando una impresionante batalla. Sin embargo, el límite del tiempo de la transformación expira poco después sin que nuestro héroe se dé cuenta. Ambos siguen luchando hasta que Gokú queda agotado. Bills utiliza su técnica final para destruir el planeta, pero debido a un acontecimiento desconocido para ambos, Gokú absorbe el ataque y salva el mundo.

El Dios de la Destrucción se muestra satisfecho con el combate y reconoce la fuerza de Gokú, a quien llama prodigio. Revela que Wiss es su asistente y maestro por lo que es aún más fuerte que él. Bills continúa con la intención de destruir la Tierra, pero declara que se ha quedado sin energía, por lo que decide perdonar a los terrícolas y volver dentro de tres años a enfrentar a Gokú nuevamente.

Valoración

Desde su estreno, se ha notado la gran división de las críticas en cuanto a esta entrega. Por una parte, muchos de los fans critican el tono cómico que tiene la mayoría del argumento, así como el “Modo Dios” al que accede Gokú. Para ellos, hubiera sido preferible un tono más serio en la película, con un combate lleno de sangre, cadáveres, el mundo en ruinas y fatalities.

Para los fans nostálgicos (entre los que me incluyo), esta película podría considerarse como la mejor de Dragon Ball hasta la fecha. Y es que en primer lugar, no se trata de una historia predecible como las otras 13 películas, donde un personaje terriblemente malvado llega en busca de venganza, Gokú es casi eliminado por el villano, pero milagrosamente se recupera y lo derrota.

La Batalla de los Dioses recupera un argumento enfocado al humor clásico acompañado de repentinos cambios a esa seriedad característica en los combates. Fuera de las batallas, la película viene a rescatar numerosos elementos que nos permiten unir el primer Dragon Ball con Dragon Ball Z. Personajes que no veíamos desde hace tiempo regresan con un destino más alegre que el presentado por cierto spin-off mediocre.

En esta ocasión, el papel de personajes principales se lo llevan Bills y Wiss, antiguas deidades que existen desde el inicio de este universo. De nuevo, Bills no es el típico villano sumamente malvado, en su lugar está situado en una especie de zona intermedia que nos presenta un personaje gracioso e interesante, que disfruta la comida de la tierra y cuya ira se desata sólo cuando se siente ofendido.

billz

Su increíble poder, que incluso los Kaio Shin temen, viene a poner un alto final a la continua superación de niveles que llevó a los últimos capítulos de la serie a la decadencia. Ellos dos son los seres más fuertes de este séptimo universo y nadie puede superarlos. Así mismo, el concepto de los 12 universos, la mitología de los saiyajin y su desconocida relación con Freezer y el Rey Vegeta, abren la oportunidad de explorar otras historias que pueden expandir aún más el universo de las series.

Un Vegeta más humano que se preocupa por los suyos e incluso deja a un lado su orgullo para salvarlos, un Gokú que renuncia al poder de un Dios y se rinde al ser incapaz de derrotar a su adversario y un villano benevolente que valora a un digno oponente son tres de los grandes momentos de este filme que pueden no gustar a varios seguidores, pero que son oro puro para los fans de antaño.

A lo anterior se ha de sumar el excelente trabajo que hicieron los actores de voz. Gracias a su esfuerzo y al de cientos de fans, el cast original ha regresado casi en su totalidad; esos actores de doblaje mexicano que recordamos de nuestra infancia ponen su mejor esfuerzo para darlos una experiencia inolvidable, con sorprendentes diálogos fieles a los originales como Son Gokú, Kaio Shin y Namek, en lugar de simplemente Gokú, “Supremo Kaio-sama” y “Namekusei”.

El argumento es muy bueno, las escenas de batalla lucen espectaculares con las nuevas tecnologías y ya no tienen ese horrible relleno de líneas que cruzan la pantalla rápidamente o una enorme nube de polvo. La animación, aunque podemos identificar varios detalles, es fluida y de buena calidad. El nuevo soundtrack acompaña a la perfección las escenas y ni hablar del opening/ending original traído de vuelta.

En fin, la película se disfruta demasiado una vez que buscas en lo más profundo de tu niño interior. Si el objetivo de Toriyama era darnos diversión como en “los viejos tiempos”, lo ha conseguido con creces en este trabajo. Sin duda alguna, La Batalla de los Dioses es algo que nos deleita desde el principio hasta que ha pasado el último nombre en los créditos, secuencia que por cierto, es toda una delicia para los nostálgicos.