Toradora!

Título Original: とらドラ! (Toradora!).
Género(s): Romance, Drama, Comedia.
Director: Tatsuyuki Nagai.
Estudio: J.C. Staff.
Emisión: 2008-2009.
Duración: 25 episodios.
Extras:

Toradora! está basada en las novelas ligeras del mismo nombre escritas por Yuyuko Takemiya. Es una serie de la que ya había escuchado hablar y cuyos comentarios generalmente eran buenos. Lo primero que noté al empezar a verla es que me recordaba al estilo de anime de principio de siglo y cuando vi que su emisión inició en 2008 comprendí que fue de esos últimos animes con ese estilo que todavía no era mega genérico como mucho de lo que se hace actualmente y donde todos los personajes lucen igual. Personalmente me encanta que la protagonista sea chaparrita y peleonera.

Esa cuestión del estilo me gustó de inmediato y fue uno de los principales elementos que puedo resaltar de su apartado técnico, pero además del diseño de personajes en general todo el aspecto visual es bueno, pues los escenarios también cumplen muy bien su función. La música es otro elemento bien logrado pues logra ambientar muy bien los cambios de escena, para poder ir de la comedia al drama romántico sin dificultad y manteniendo cierta chispa de humor que es característica de la serie.

La historia gira en torno a Ryûji Takasu, un chicho gentil y obsesionado con la limpieza y los quehaceres domésticos al que todo mundo teme por su apariencia de delincuente, y Taiga Aisaka, una malhumorada jovencita de baja estatura y terrible temperamento. Por asares del destino ambos terminan en la misma clase durante el segundo año de preparatoria y descubren que son vecinos. Su relación no es nada buena, pues además de ser temidos por todos sus compañeros y profesores, ellos tampoco se agradan mucho.

Las cosas empiezan a cambiar cuando Ryûji descubre que Taiga está enamorada de Maruo, su mejor amigo y delegado de la clase. A su vez, Ryûji está enamorado de la mejor amiga de Taiga, una alegra y muy activa jovencita llamada Minori. Al saber los sentimientos de ambos deciden ayudarse a conquistar a sus seres amados, pero a ambos les cuesta mucho trabajo expresar sus sentimiento y se ponen muy nerviosos cuando están con la persona que les gusta. A pesar de ello, ambos están decididos a unir esfuerzos hasta lograr su meta.

Para lograr confesar su amor deciden unir fuerzas, lo que los lleva a pasar mucho tiempo juntos, y con ello empiezan a desarrollar una fuerte amistad que ni siquiera ellos mismo notan en un principio. Taiga es muy torpe y vive sola, lo que hace que Ryûji se preocupe por ella, haga los quehaceres en su departamento y la invite a cenar todos los días. Sin darse cuenta nace entre ellos un fuerte lazo de amistad, al grado de que Taiga se vuelve un tanto dependiente de Ryûji para casi todo. Pero lo más importante es que sólo entre ellos se siente realmente a gusto, ni siquiera en la compañía de la persona que les gusta se pueden sentir tan cómodos.

El pasar tanto tiempo juntos hace que todos en la escuela crean que son novios y eso genera una serie de confusiones que les dificulta alcanzar su objetivo, generando situaciones cómicas y también dramáticas. Aunado al contexto escolar, conocemos también parte de la vida familiar de cada uno, de los problemas que llevaron a Taiga a vivir sola y de las dificultades económicas que la madre de Ryûji debe solventar como madre soltera para sacar a su hijo adelante. Tales aspectos empiezan a generar un trasfondo más dramático que sumados a la parte romántica generarán un hermoso y emotivo desenlace que no recurre al típico y muchas veces antinatural final feliz.

La serie me gustó, realmente me pareció buena pero no tanto como a mucho de sus fans, aunque si la hubiera visto en mi época de preparatoria seguramente me hubiese gustado mucho más. La razón para considerarla buena a secas y no sobresaliente es porque que ya no soy el público al que está destinada la obra, dejé de ser un adolescente hace años, pero aun puedo apreciar lo buena que es y entender por qué le gusta tanto a muchas personas. De haberla visto cuando tenía la edad de los personajes seguramente me habría identificado de inmediato con los protagonistas, sobre todo con esa parte de no poder declarar los sentimientos por una persona.

Ese aspecto de ocultar los sentimiento por alguien o tener dificultad para expresarlos abiertamente a pesar de que callarlos nos haga sufrir más, me parece que es el elemento que atrae a muchos de sus espectadores, pues es algo que muchos de nosotros como adolescente tuvimos que enfrentar. Además de eso, el drama al que da paso es sumamente bueno, no de ese drama meloso y falso o en extremo depresivo, sino un drama real que a pesar de ser una cosa de niños, es algo fuerte que a esa edad parece difícil de superar.

Lo anterior nos lleva a la parte más atinada de toda la trama y es que si bien estamos viendo una serie de romance y drama nunca se muestran estos elementos de manera que intenten restregárnoslos en la cara, por el contrario, a partir del uso de la comedia ocultan la parte dramática de trasfondo y van haciendo que el romance entre los protagonistas crezca de una forma que si bien es obvia resulta orgánica, natural y a final de cuentas muy bonita. Desde el principio ambos hacen muy linda pareja, y lo digo en un sentido emocional, pues a pesar de ser muy distintos se complementan perfectamente.

El crecimiento que tienen todos los personajes es asombroso, porque ninguno de ellos se queda estancado, todos crecen, maduran y se hacen más fuertes, muchas veces a partir de tener que enfrentar momentos difíciles y tomando decisiones que podrían ser malas o hacerlos sufrir más, pero que al final el tener la capacidad para decidir por ellos mismo es lo que refleja realmente la madurez que van alcanzando.

El final de la serie es bueno. En el último tercio el drama empieza a desarrollarse más y en los dos capítulos finales vemos un desenlace glorioso, crudo por momentos, algo triste pero real. La última escena creo que está de más, pero el hecho de que no sea el típico final feliz donde los amantes vivieron juntos y felices para siempre le da un buen toque que a mí personalmente me gusta mucho más que los finales tradicionales.

La serie es muy buena, enfocada en un público adolescente pero que igualmente puede hacernos recordar nuestra más tierna juventud, cuando sufrir por amor era el fin del mundo y el expresar nuestros sentimientos resultaba algo más difícil de lo que realmente debería ser. Sin duda de lo mejor que he visto en cuando a series de romance y drama adolescente, sobre todo porque ese romance no es meloso ni inmediato, se va desarrollado a lo largo de toda la serie, pues al final el amor que se profesan los protagonistas es algo que se construyó con base en el esfuerzo, la convivencia y el conocer y confiar en el otro y no sólo por una mera e inmediata atracción física como nos suele pasar cuando somos muy jóvenes.

Makoto Shinkai

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VIDA Y OBRA

Makoto Shinkai (誠•新海), cuyo nombre real es Makoto Niitsu (誠•新津), nació un 9 de febrero de 1973 en la prefectura de Nagano, Japón, y realizó sus estudios en Literatura Japonesa. Shinkai inició su carrera como diseñador gráfico en una compañía de videojuegos llamada Falcom. Durante su estancia en la compañía tuvo la oportunidad de trabajar en sus dos primeros cortometrajes, Other Worlds (1997) y Kanojo to Kanojo no Neko (1999), ambos creados y producidos totalmente por él en un formato en blanco y negro. Incluso las voces de los personajes fueron puestas por él y su prometida Mika Shinohara, acción que se repetiría en su posterior animación.

En el 2001 dejó su trabajo en Falcom e inicia la producción de Hoshi no Koe, su primera obra con fines comerciales y la primera en ser doblada por seyûs profesionales a pesar de que la versión original contenía las voces de él y su novia. Posteriormente publicó un manga basado en ésta historia. En el 2003 realizó un clip musical llamado Egao para el proyecto “Mina no Uta” de la cadena NHK. Un año después, en 2004, trabajó como diseñador gráfico para el estudio Minori en el videojuego Wind: A Breath of Heart. Ese mismo año, en noviembre, se estrenó en cines japoneses su primer largometraje, Kumô no Mokô Yakusoku no Basho, anime a partir del cual también creó un manga. Para marzo del 2007 llegó a las pantallas Byôsoku Go Senchimêturo, su anime más conocido y sobresaliente. Ese mismo año participó en la tercera temporada del proyecto Ani•Kuri 15 de la cadena NHK con el corto Neko no Shuukai. En 2011 presentó su tercer largometraje, Hoshi o Ou Kodomo. Durante 2013 retomó los cortometrajes con Dareka no Manazashi y reapareció en los cines con Kotonoha no Niwa.

Además de sus películas, OVA y cortometrajes, Makoto ha realizado diversos comerciales publicitarios, entre ellos la publicidad para el periódico Shinano, diario que se distribuye en el prefectura de Nagano de la cual es originario.

Egao (2003)

SU ESTILO

Makoto Shinkai es sin duda uno de los directores de anime más sobresalientes de la actualidad. Su estilo único y bien definido sigue una línea muy particular que ha logrado estampar en cada uno de sus trabajos. Sus obras son, por decirlo así, un reflejo de su propia vida, o al menos de la vida de un mismo personaje, pues sus historias siempre giran en torno a parejas relacionadas por amor, compañerismo o amistad, cuya relación se ve impedida por el tiempo y la distancia. Además, casi siempre se ubica en aldeas o poblados pequeños alejados de las grandes urbes.

Lo que podemos encontrar en sus animaciones son impecables efectos, geniales diseños, música inigualable y gran calidad visual, además de historias enternecedoras que exprimen la emocionalidad de los protagonistas y temáticas que recurren al drama y separan a dos consolidados amantes, viejos amigos o florecientes romances de la infancia. Y aunque sus películas están hechas para un público muy específico de la sociedad japonesa, las temáticas que abordan son un tanto universales y esto ha permitido la creciente internacionalización de su trabajo.

Simbolismos. En todos los trabajos de Shinkai podemos apreciar cuatro símbolos muy recurrentes que se vuelven una insignia muy característica de sus animaciones: los gatos, los cielos con nubes, los trenes y las hojas de cerezo. Aspectos clave que representan, además de su sello particular, la parte simbólica de sus creaciones.

La inspiración. Entre las principales influencias que Makoto recibió durante su juventud se encuentran las obras de Ghibli, en específico Tenkû no Shiro Laputa, de Hayao Miyazaki. También fue ampliamente influenciado por las obras del escritor británico Arthur C. Clark, principalmente por 2001: A Space Odyssey y The Songs of a Distant Earth, novela que le sirvió de principal inspiración para Hoshi no Koe (Voices of a Distant Star por su título en inglés).

Relaciones a larga distancia. Una peculiaridad que podemos apreciar en Hoshi no Koe, Kumô no Mokû Yakusoku no Basho y Cinco Centímetros por Segundo, es el hecho de que todas se basan en las relaciones amorosas a larga distancia. Sin embargo, Makoto nunca tuvo la intención de presentar el mismo tema en sus animaciones, lo que trataba de ilustrar era un tema similar desde diferentes puntos de vista, según lo que él mismo explicó en una entrevista realizada en Inglaterra en el 2008. Independientemente de la temática recurrente, el interés de Makoto radica en mostrar cómo las diferentes formas de comunicación entre dos personas pueden afectar su relación.

Byousoku 5cm per second (2007)

TENMON: EL GENIO MUSICAL EN LAS ANIMACIONES DE MAKOTO

Atsushi shirakawa
Tenmon

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No podemos hablar de Shinkai sin mencionar al que en mi opinión es parte fundamental de su éxito. Temnon (天門), cuyo nombre real es Atsushi Shirakawa (白川 篤史), nació en Japón en 1971 y trabajó en el equipo de sonido J.D.K. de la compañía Falcom, empresa en la cual conoció a Makoto.

La peculiaridad en la terna Shinkai-Tenmon radica en el hecho de que la música no se compone una vez terminado el anime, como ocurre en la mayoría de los casos, sino que Tenmon comienza la producción una vez que Makoto ha terminado los storyboard, esto produce una retroalimentación entre la banda sonora y la animación, lo que se ve reflejado en la increíble ambientación y la sorprendente concordancia que la música tiene con las escenas.