Título Original: 雲のむこう、約束の場所 (Kumô no Mokô Yakusoku no Basho).
Género(s): Drama, Romance, Ciencia Ficción.
Director: Makoto Shinkai.
Estudio: CoMix Wabe Inc.
Emisión: 2004.
Duración: 90 minutos.
Extras:–
De todos los directores de anime cuyas obras he visto, Makoto Shinkai es sin duda mi preferido, pues sus obras de drama y romance me parecen sublimes, con el toque adecuado de sentimentalismo y un diseño visual extraordinario, sin olvidar el exquisito acompañamiento musical de Tenmon. Y es justamente en Kumô no Mokô Yakusoku no Basho, su primera obra producida a gran escala, en donde vemos el crecimiento de este talentoso director independiente.
La calidad técnica del filme es indiscutible, atrás quedaron los años en que Makoto hacía esos primeros cortometrajes en su computadora por sí mismo. Dicha mejora la podemos ver en todo los aspectos: la animación es muy fluida y la nitidez de las imágenes es sorprendente, el grado de detalles es sutil y elegante, el diseño de personajes mejora considerablemente en comparación con Hoshi no Koe y auditivamente está mejor que nunca. Sin embargo, aún podemos ver algunos vicios que Makoto acarrea desde sus primeras animaciones, que más que vicios han empezado a convertirse en su estilo personal, como la recurrencia de usar escenas estáticas o irse a negros.
La construcción de personajes es algo bastante peculiar en Shinkai, pues siempre hace uso de elementos muy tiernos e inocentes otorgando un aspecto muy sutil a sus historias de amor, que si bien son dramáticas en ocasiones, no dejan de ser románticas pero de una forma muy ligera que no cae en excesivos sentimentalismos.
En cuanto a la música, no podemos decir que esta haya mejorado, y esto se debe a que, desde su primera colaboración con Shinkai, Tenmon ha hecho brillar todas las obras de Makoto al lograr fundir el argumento con la banda sonora. En otras palabras, Tenmon ha sabido crear el acompañamiento musical perfecto para cada obra de Makoto. Y sí, Tenmon también tiene sus vicios y recurre a usar la misma pieza musical una y otra vez, pero pese a que son las mismas notas, no es la misma canción, ni el mismo ritmo, ni la misma intención.
La historia se desarrolla en los años 90 en un Japón dividió después de la Segunda Guerra Mundial, y gira en torno Hiroki y Takuya, dos amigos que viven en Aomori y que tiene el sueño de volar hasta Ezo, antigua Hokkaido, y ver de primera mano la enorme torre que se yergue en la isla, conocida como Torre de la Unión. Mientras los chicos trabajan para reparar la Velaciela, avión con el que planean volar hasta Ezo, conocen a la simpática y tierna Sayuri, con la cual entablaran gran amista y harán la promesa de ir los tres juntos a descubrir los secretos de la torre. Lamentablemente Sayuri cae presa de una extraña enfermedad del sueño y abandona a sus amigos, quienes terminan por separarse a causa del destino.
Años más tarde militares japoneses y estadounidenses investigan la torre y descubren una extraña conexión entre ella y la enfermedad de Sayuri, descifrando que la torre genera una especie de universo paralelo. Hiroki y Takuya se vuelven a reunir y juntos deciden rescatar a Sayuri y llevarla hasta la torre para que despierte, cumpliendo así su promesa, pero eso deberán hacerlo antes de que estalle la guerra entre Japón y Ezo.
En este trabajo ya podemos ver consolidados todos esos elementos simbólicos que usa Makoto y que se han convertido en clásicos dentro de sus animaciones: trenes, cielos con nubes, cerezos, las cuatro estaciones y gatos. Cada uno de los cuales envía distintos mensajes un poco difíciles de apreciar para quienes no somos nipones.
Al ser su primer largometraje, Makoto abusa —como muchos directores primerizos— de la cantidad de temas que mete en su historia y eso termina distrayendo al público. Por una parte tenemos el mensaje de amistad que es el hilo argumental que rige a toda la obra y por la otra la historia ficticia que busca consolidarse como ciencia ficción de una manera un tanto brusca, sin olvidar el mensaje antibélico y la referencia ucrónica que encajan con dificultad entre los dos elementos antes mencionados. En Kanojo to Kanojo no Neko era drama y romance puro, en Hoshi no Koe los elementos de ciencia ficción eran meramente decorativos, pero en éste filme parece que trata de forzar a que se integren.
El manejo del discurso quizás es algo confuso, pues se manejan tres historia paralelas: la infancia de los personajes, los sueños de Sayuri y la lucha de los chicos. La infancia en esencia es un recuerdo y es narrada por Hiroki de adulto, su vida de adultos transcurre aparentemente en la época actual, mientras que los sueños de Sayuri son atemporales. En lo personal me parece que todo este manejo de tiempos es innecesario, principalmente los textos de anclaje que nos indican cuánto tiempo ha pasado, pues la historia no requiere que lo sepamos para poder entenderla. Sin embargo, recordemos que Makoto hace animación para japoneses y por lo tanto su estilo narrativo es netamente nipón. Quizás por eso la película puede parecernos lenta y con un excesivo uso de la narración como elemento dramático.
La obra, pese a ser buena, quizás no es para todos, el ritmo es lento y se puede tornar tediosa por momentos. Asimismo, si los argumentos no te parecen atractivos desde el inicio, sobre todo los de ciencia ficción, puede que no te guste tanto el filme. Tampoco quisiera meterme a analizar a profundidad está película, no es una obra para eso, es una obra para disfrutar, una obra para deleitar la vista y los oídos y dejarse llevar por el sentimentalismo que el buen Makoto sabe producirnos.