En los últimos meses el nombre de Makoto Shinkai ha resonado mucho en las páginas de noticias sobre animanga, la razón es su más reciente película, titulada Kimi no na wa, la cual ha roto varios records de ventas en Japón, superando a clásico como El Viaje de Chihiro del afamado estudio Ghibli, además de que recientemente se ha dado a conocer la noticia de que será una de las candidatas a estar nominada en los premios Oscar.
Cuando recién me iniciaba en el mundo del anime y el blogueo, por ahí de 2007, leía en los blogs y páginas de noticias de aquel entonces reseñas de algunas ovas no muy conocidas pero que se estaban convirtiendo en obras de culto dentro del underground de la animación japonesa, entre ellas Hoshizora Kiseki, Karas, Mizu no Kotoba, Pale Cocoon, Hoshi no Koe y Kanojo to Kanojo no Neko. Estas últimas fueron las óperas primas del entonces joven y poco conocido Makoto, quien para ese momento ya contaba con una película, su primer largometraje titulado Kumo no Mukô Yakusoku no Basho, que dividió a la crítica, a muchos no les gustó y a otros tantos sí. Sin embargo, lo que empezaba a destacar fue ese estilo de dibujo y animación presente en todas sus obras, los elementos simbólicos ocultos en los escenarios y el drama. El manejo de un drama profundo pero disfrutable fue lo que caracterizó al buen Makoto.

Su salto a la fama no llegaría sino hasta 2007 con el estreno de su filme más representativo 5 Centímetros por Segundo. Esa peculiar y fabulosa historia de amor aderezada con sutiles toques de ficción especulativa que jugueteaba con la idea de que todas sus obras se sitúan en el mismo universo, alcanzó una gran popularidad entre los amantes de la animación japonesa. La fama de Makoto como el maestro del drama romántico fue ganada a pulso, incluso hay quienes lo catalogan como en nuevo Miyazaki, aunque en mi opinión sus estilos son muy distintos y no hay por qué compararlos. Desde que vi 5 Centímetros por Segundo Makoto se convirtió en mi director favorito, pues fue el primero que me gustó por su estilo y por su trabajo en conjunto, a diferencia de otros directores a quienes admiro pero de quienes sólo me gustan una o dos de sus obras (como me pasa con Hideaki Anno). De Makoto me gusta su estilo en general y eso estará presente en cada una de sus obras, evolucionando y adaptándose con forme él envejezca, pero manteniendo eso que siempre me hará interesarme por sus producciones.
Así como es irrefutable que mi anime favorito es y siempre será Evangelion, por muchos años fue irrefutable que Makoto Shinkai sería mi director favorito, cosa que no ha cambiado y dudo que lo haga por mucho tiempo más, pero poco a poco un nuevo director se fue abriendo paso en mi lista de predilectos hasta que logró un lugar innegable al lado del buen Makoto, me refiero a Mamoru Hosoda.

La primera vez que vi un filme de Mamoru fue sin saberlo, pues en ese tiempo no me importaba saber sobre directores ni estudios, lo único que quería era ver la tan esperada película de Digimon. Digimon Adventure Our War Games fue el primer largometraje que dirigió Hosoda y nunca caí en cuenta del sujeto que estaba detrás de dicha película hasta que vi Toki wo Kakeru Shôjo, cuyo estilo era muy similar al de aquella película de Digimon.
Estaba consiente ya de quién era el director pero no le preste mayor atención, para mí no era más que otro joven director que había dirigido un muy buen anime pero del que no se sabía más, pues no tenía más filmografía en su haber. Pasaron tres años y en 2009 se estrenó Sumer Wars, cuando vi el tráiler no pude más que pensar: “es el mismo director de Tokikake”, y en efecto lo era. Sumer Wars fue la revelación para mí, el director tenía un estilo muy marcado, con obras de Ciencia Ficción que no precisamente lucen como las típicas aventuras hipertecnológicas, pero que hacen más crítica que muchos de esos sobrecargados filmes.

Ambos directores tienen ese estilo sólido que me fascina y obras de Ciencia Ficción que no se enfocan en la tecnología ni la ciencia, sino en la condición humana, sus historias no son sobre inventos, descubrimientos o viajes interplanetarios, son sobre la vida de sus personajes, sus decisiones, anhelos y sufrimientos. Y no son los únicos, a la lista se une el aún más joven Yasuhiro Yoshiura, a quien descubrí a la par que Makoto y cuyo estilo y temática de sus obras es, aunque en menor medida, igual de bueno que el de sus colegas antes mencionados.
Mamoru nació a finales de los 60, Makoto a principios de los 70 y Yasuhiro justo en 1980, aún son jóvenes y lo que han logrado hacer seguro es una pequeña parte de lo que aún les espera. Así como los grandes y ya retirados o fallecidos directos de antaño lograron, estos tres directores darán mucho de qué hablar en las próximas décadas, y quién sabe, seguramente en 30 años miremos sus filmografías y estas sean tan ricas y laureadas como las del buen Miyazaki.