The Matrix y el autobús

Este año se cumplió el vigésimo aniversario del estreno de una de las películas cyberpunk más importantes de la historia, si no es que la película no animada más importante que hay (pues ahí tenemos a Ghost in the Shell y Akira). Para conmemorarlo en algunos cines se volvió a proyectar The Matrix, la primera obra de una saga que nos invitara a cuestionar el concepto de realidad y el peligro que la inteligencia artificial podrían representar en un mundo tan dependiente de las máquinas y la informática como lo es el nuestro.

Aún no el reseñado ninguna de las películas, solamente la serie de cortometrajes animados inspirados en el universo de, en ese entonces, los hermanos Wachowski, Animatrix nos regala valiosa información sobre el origen de la guerra en la que la humanidad terminó derrotada y sufrió el destino de convertirse en la fuente de energía de las máquinas.

Muchas cosas han cambiado desde entonces, excepto la apariencia de Keanu Reeves, quienes dirigieron la película en aquellos años del siglo pasado, Andy y Larry Wachowski, ahora conocidos como las hermanas Wachowski, Lilly y Lana respectivamente, han tenido posteriores éxitos en pantalla, como Cloud Atlas, pero ninguna de sus otras películas ha superado lo que lograron establecer con Matrix hace dos décadas.

Hoy les voy a contar en qué contexto vi por primera vez The Matrix allá por el año 2000 o 2001 si no mal recuerdo, cuando el VHS era lo que estaba de moda y las pantallas planas era una cosas de ciencia ficción como lo que vemos en esta película.

Por aquellos primeros años del presente siglo, yo vivía en otro estado y la familia de mi mamá vivía en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Generalmente íbamos a visitar a mi abuelo y tías en vacaciones, sobre todo en semana santa o en las vacaciones de verano. El transporte en ese tiempo era el de los típicos camiones feos que ya ni existen, pero había una línea directa desde el pueblo donde vivíamos hasta la Ciudad de México llamada Ómnibus, que tenía mejores asientos, baño, televisión (de esas abultadas con pantalla cóncava que ya son difíciles de encontrar) y era de ruta directa.

Me gustaba viajar en ese tipo de autobuses porque tenían aire acondicionado, eran más amplios y me mareaba menos, pero sobre todo porque solían poner películas que al menos me ayudaban a distraerme en las tres horas que duraba el viaje, algo que para mis diez años de edad era una eternidad. Lo único malo es que las películas que pasaban generalmente eran películas viejas tan malas que la mayoría era directas a videocasete o fueron estrenadas en televisión.

En fin, entre el tedio del largo viaje y las películas malas la mejor manera para pasar el trayecto era dormirse y eso hacía yo casi siempre, pero en una ocasión empecé a ver la película, era rara, en tonos oscuros y no entendía casi nada, ni siquiera recuerdo si estaba doblada o con subtítulos. El chiste es que empecé a ver el inicio y al poco tiempo me dormí, despertándome un par de veces durante el transcurso del viaje y viendo de reojo aquel extraño filme.

Mi mamá veía la película pero tampoco prestándole demasiada atención, no tengo idea de si le estaba entendiendo y si le parecía entretenida. Cuando estábamos casi por llegar me desperté por completo y entre los vagos recuerdos que tengo está el haberle preguntado a mi mamá si todavía no terminaba la película y también que dicha obra estaba bien rara, a lo que ella me dio la razón.

No mucho tiempo después platicaba con algunos amigos de la escuela y creo que a uno le comenté de esa película rara, a lo que él respondió que se trataba de Matrix, que estaba muy buena y no sé qué. Yo no le presté más atención pero con el paso de los años dicho filme se fue ganando un lugar entre el público en general y su popularidad creció lo suficiente como para que yo, ya mayor y un poco más enterado sobre cuestiones de cine, me interesara por verlo, sobre todo cuando salieron las secuelas, ya estaba yo en secundaria.

Cuando ya fui más consiente de este universo creado por las Wachowski, caí en cuenta de que la primera vez que vi The Matrix había sido aquella ocasión en el autobús, y que me había parecido tan rara e inquietante que mejor me había puesto a dormir. Sin embargo, el recuerdo de una extraña película de Ciencia Ficción no desapareció de mi memoria, y aún hoy tengo pequeños flashazos de aquellas escenas que logré ver con los ojos entrecerrados por el sueño. Y la diferencia con otras de esas películas “raras” (hoy podría decir de culto) que mal vi en mi infancia fue que no me dejó perturbado como para querer olvidarla (como El Cubo, que si bien se me hizo muy rara cuando era niño este año la compré y la vi completa por primera vez), al contrario, eventualmente esos recuerdos despertaron mi interés por ver la película.

4 respuestas a “The Matrix y el autobús

  1. Pingback: Matrix
  2. Pingback: 2019
  3. kinod3rtotten 10 May, 2019 / 3:49 PM

    No recuerdo cuantos años tenia la primera vez que vi Matrix pero si que todo me pareció increible y aterrador, en especial el robot insecto que le introducen a Neo. Creo que esto me perturbo años, mas porque es una escena que se repite habitualmente en el cine.Al parecer desde La ira de Khan de Star trek hasta en pelis como La Isla de Michael Bay.

    Matrix sin duda me cambio. Porque te hace reflexionar sobre tu vida y pone en tela de juicio tu capacidad para distinguir entre la realidad y la ficción.

    El entorno de Matrix lo traspole de manera natural a mi entorno ya que uno de mis vecinos tenia esquizofrenia y a veces contaba cosas difíciles de creer pero para el eran completamente reales. Creo que Matrix y pelis similares nos hacen mas empáticos y nos permiten una probadita de la realidad de otros.

    Le gusta a 1 persona

    • Cuauh 10 May, 2019 / 6:36 PM

      A mi lo que más me inquietó fueron los centinelas y esas tuberías por las que navegaba su nave.

      Le gusta a 1 persona

Deja un comentario