Título Original: 夏服の少女たち (Natsufuku no Shôjo-tachi).
Género(s): Drama, Documental, Shôjo.
Director: Mitsuko Ono (autor).
Estudio: MadHouse, NHK.
Emisión: 1988 [1990].
Duración: 25 minutos.
Extras: –
En raras ocasiones Canal 11 nos ofrece dentro de su programación algunas emisiones que usa para rellenar su tiempo al aire. Quizás hayan tenido la oportunidad de ver, ya entrada la noche, un programa japonés de la década de los ochenta (creo) sobre el cuerpo humano y su funcionamiento. Pues bien, el siguiente documental ha sido televisado por el mentado canal cultural un par de veces, generalmente como intermedio.
Este especial fue realizado para conmemorar el 43 aniversario del desastre nuclear causado por la bomba atómica en Hiroshima. El video nos cuenta la historia de un grupo de niñas de secundaria que fallecieron a causa del bombardeo. La historia inicia en abril de 1945, primer día de labores en la escuela, y continúa hasta el 6 de agosto, fecha del fatídico suceso, tiempo durante el cual nos muestra cómo vivieron los civiles el conflicto armado y cómo su rutina diaria se vio radicalmente afectada por la guerra.
El documental es en realidad una narración sobre la vida de las niñas, al estilo de lo que ahora clasificaríamos como Slice of life, en la que se van puntualizando los hechos históricos más relevantes de la Segunda Guerra Mundial. Nos muestra elementos muy crudos de la vida cotidiana, pero contados de manera tan elocuente que en lugar de remitirnos a la tragedia o vendernos lástima, nos invitan a reflexionar. Vemos aspectos como la organización y las reglas que las niñas debían seguir en caso de ataque aéreo, la falta de alimentos, la desintegración familiar y la escasez de recursos tan aparentemente convencionales como la tela, asimismo, nos ayuda a comprender por qué Hiroshima era un blanco militar estratégico.
Podríamos describir el corto como un reportaje histórico basado en los diarios escolares de unas niñas de secundaria. Dichos diarios son fieles testigos de cómo se vivía la guerra en las ciudades japonesas y de la forma en que las niñas interpretaban aquel conflicto. Uno de los aspectos más rescatables es el hecho de que podemos ver todas las implicaciones sociales que provocó el conflicto armado, como la ausencia de hombres en las labores del campo, lo que obligó a muchas niñas y mujeres a realizas dichos trabajos.
Un factor que hace extremadamente atractivo al documental, es el hecho de presentar la versión japonesa del conflicto, lo que resulta novedoso para nosotros que estamos acostumbrados a la versión americana. El reportaje nos muestra —como lo hace gran parte de la animación japonesa de la postguerra— la impresionante capacidad de organización, obediencia y paternalismo del pueblo nipón; obviamente quizás existe una excesiva exaltación de valores, pero no es algo que podamos criticar puesto que es la finalidad del reportaje.
Realizar un documental de la segunda guerra mundial será siempre un tema de discusión pues resulta difícil deshacernos de nuestros prejuicios para dar una visión neutral de los hechos, sin embargo, éste pequeño filme logra apartarse de tales problemas ya que se limita a rendir tributo a las niñas muertas. En otras palabras, el video no es un reportaje ni un documental como tal, sino una especie de semblanza o reseña histórica sobre la vida de un grupo de pequeñas durante la guerra. El tema principal es la vida de las niñas y el entorno bélico es únicamente el desafortunado contexto histórico en el que les tocó vivir.
Sin duda es un excelente ejercicio que realmente refleja la utilidad de la animación más allá de un mero entretenimiento o un elemento artístico, pues la animación genera una ambientación más agradable de lo que hubiera logrado cualquier dramatización con actores reales, además de que el anime se ha convertido en todo un icono de la cultura pop japonesa que realza el valor simbólico de hablar de un evento tan trágico.
El reportaje no es únicamente animación, también integra escenas reales y entrevistas con familiares y sobrevivientes de aquel fatídico 6 de agosto. La conjunción del trabajo periodístico y la animación hace de esta obra la mejor forma, al menos para mí, de llamar la atención del público joven y educarlo sobre este tipo de temas que debido a su crudeza muchas veces son evitados.