Título Original: サイダーのように言葉が湧き上がる (Cider no Yô ni Kotoba ga Wakiagura)
Género(s): Slice of Life, Romance, Comedia, Drama.
Director: Kyôhei Ishiguro.
Estudio: Sublimation y Singnal.MD.
Emisión: 2021.
Duración: 87 minutos.
Extras: –
Hace algunos meses me topé con el tráiler de una película de anime cuya estética y cromática me resultaron muy particulares y atractivos, con un estilo colorido y una historia que se antoja a Slice of life donde veremos simplemente una etapa en la vida del protagonista, con ese tono dramático y que no puedo evitar me recuerde a las obras de Makoto Shinkai, aunque con colores mucho más alegres. Como muchas películas estrenadas en Japón supuse que lograría verla en algunos años cuando llegara por este lado del mundo, pero para mi suerte navegando por Netflix me topé con la sorpresa de que esa película, cuyo título particularmente largo (que recuerdo incluía la palabra soda) se encontraba disponible, así que no perdí más al tiempo y me decidí a verla.
Este tipo de películas pertenecer a un grupo de animaciones que no sé cómo describir, pero que suelen contar historias de entre romance y drama aderezados con comedia, un poco al estilo de las obras de Shinkai (aunque más felices) y que también me hacen pensar en el estilo de los animes hecho por Studio Colorido, aunque Soda Pop (usemos parte del título en inglés para abreviar) se destaca del resto por su color, pues la cromática de su animación es sumamente intensa, con colores súper vivos y chillantes que se clavan en la pupila, pero que a pesar de todo le dan un toque muy particular y generan una estética que personalmente me gusta mucho.
Además de la peculiar paleta de colores muy al estilo de una obra infantil, tenemos un diseño de animación y escenarios que me recuerda un poco a las primeras obras de Mamoru Hosoda (sobre todo la primera película de Digimon), con trazos simples pero con mucho detalle en cuanto a la cantidad de elementos que conforman los escenarios. Esa combinación de colores chillantes, trazos simples y gran cantidad de detalles me fascinaron y me hicieron recordar el estilo del falso opening de The Ricochet Splendid.
Técnicamente la obra es maravillosa, pues además al gran apartado visual y diseño de personajes tenemos que agregar la hermosa banda sonora que acompaña la historia y que de hecho forma parte integra de la trama, pues parte de la odisea de nuestros personajes tiene que ver con una canción. Sin duda alguna el filme se disfruta mucho tanto visual como auditivamente, siendo quizás la historia como tal lo menos fuerte pues es buena y bien diseñada para un público adolescente pero recurre a muchos clichés que nos hacen esperar cosas obvias, aunque bueno, tampoco es tan grave.
La historia gira en torno a Cherry, un joven muy tímido que suele vivir retraído del mundo, aislándose en sus audífonos para no interactuar con la gente. Su principal medio de expresión son los haikus, los tradicionales poemas japoneses que gustan de escribir y publicar en las redes sociales, aunque solo sus amigos y mamá lo siguen. Cherry trabaja supliendo el puesto de su mamá en un centro de ancianos donde los adultos mayores reciben cuidados y realizan diversas actividades. Allí conoce al señor Fujiyama, un anciano que al parecer ya sufre algo de demencia pero que también gusta de los poemas y es amante de la música, pues posee una tienda de discos de vinilo y siempre está cargando el empaque de uno de ellos que no logra encontrar.
Mientras realiza su trabajo sufre un accidente e intercambia por error su teléfono con Smile, una chica que es una popular influencer con muchos seguidores pero que actualmente sufre de inseguridad debido a que no le gustan sus dientes de conejo, por lo que oculta su rostro tras un cubrebocas. Smile y Cherry inician una amistad luego de conocerse al regresarse sus respectivos celulares, ella empieza a trabajar en el centro de ancianos y él empieza a convivir más con las personas dejando de aislarse tras sus audífonos gracias a la seguridad que le daba Smile.
Ambos chicos deciden ayudar al señor Fujiyama a encontrar su disco perdido luego de que enfermara ya que su sueño era poder escuchar aquella canción una vez más para no olvidarla, en su camino descubren la importancia que aquel álbum tenía para el anciano, al tiempo que se dan cuenta de sus sentimiento el uno por el otro y logran aceptarlos. El final es de esperar así como el problema que los protagonistas enfrentan durante la búsqueda del disco, todo muy de manual y predecible, aunque disfrutable.
La parte de la poesía de la un toque de distinción al mostrar los haikus de Cherry, personalmente nunca he entendido ese estilo de poesía pero la combinación de aquellas palabras, sus significados y el juego que le dan en conjunción con los escenarios dan como resultado algo hermoso. El romance entre los protagonistas es súper predecible y plagado de clichés, pero no deja de ser lindo y muy adecuado para una audiencia de preparatoria o más jóvenes. El diseño de la personalidad fue lo que más me gustó, en especial Smile cuya personalidad y diseño físico me gustaron mucho.
Además del romance, la música, el obvio mensaje de amor y aceptación de aquello que puede no gustarnos sobre nosotros mismos, tenemos algunas alusiones interesantes que pueden pasar desapercibidas. Uno de los amigos de Cherry, Bieber (o Castor como lo tradujeron el Netflix) es de origen hispano, pues menciona que su papá sólo habla español y que él no sabe leer ni escribir japonés, por eso se la pasa grafiteando los haikus de Cherry para practicar. Y hablando de traducciones, me encantó que a Toughtboy, otro amigo de Cherry, le subtitularan como “El duro”. Y ni hablar de la interacción en redes sociales que fue el primer vehículo de comunicación entre los protagonista y que a partir de likes y follows empezaron a relacionarse, muy de zoomers para mi gusto pero eso sólo demuestra que yo como millennial cada vez estoy más viejo.
Tampoco quiero dejar pasar esa aparente referencia (que yo digo que sí es) al mundo de las redes sociales, digo, ya Smile y sus hermanas era famosas de internet, pero además aparece una idol que es una calca del diseño de Himemori Luna de Hololive. Digo, si ya de por sí se hace mucha referencia a los streamers e influencers no sería raro, tomando en cuenta que Usada Pekora ya tuvo un “cameo” en el anime How Not to Summon a Demond Lord y que otras chichas ya están participando en animes de manera directa. De cualquier forma, el anime me gustó mucho, la música y la parte visual son maravillosas, el diseño de personajes me encantó y si bien la historia no fue tan original todo en conjunto resulta muy agradable.