Título Original: ラブひな (Rabu Hina).
Género(s): Harem, Comedia, Romance.
Director: Yoshiaki Iwasaki.
Estudio: Xebec.
Emisión: Abril 2000 – Septiembre 2000.
Duración: 25 episodios.
Extras: Especial de Navidad, Especial de Primavera, Love Hina Again.
Basado en el manga homónimo de Ken Akamatsu, Love Hina es uno de los máximos representantes del género Harem. Es una serie simple, divertida y nos muestra los elementos más clásicos que permeaban en todas las series de principios de siglo. Y a pesar de parecer estereotipada y melosa, tiene mayor profundidad de la que aparenta.
El diseño en general es muy característico de las obras producidas en los primeros años de éste siglo: genérico, no muy detallado y un tanto plano. Los escenarios lucen bien y permiten una buena interacción con los personajes, mientras que la música ambienta perfectamente y otorga la emotividad necesaria en cada escena, y pese a que algunas melodías son algo pegajosas no es un elemento sobresaliente. El tema de los personajes es un poco más complicado, pues sus personalidades y características físicas son en extremo estereotipadas: las chicas presentan cuerpos muy atractivos (sin caer en lo exagerado) y personalidades que se encasillan en el cliché moe (tsundere principalmente), mientras que los hombres son los típicos perdedores pervertidos y mediocres.
Éste excesivo estereotipamiento no se debe a un mal diseño, sino a que era una constante en las obras cómicas de aquellos años. Dicha comedia se basa en mentiras y malentendidos que junto a toques de comedia física generan un resultan repetitivo, bobo y un poco absurdo que quizás no a todos parezca gracioso, pero que finalmente resulta un humor inocente y sin pretensiones.
La historia gira en torno a Keitaro Urashima, un joven de 20 años que ha fracasado en su intento por entrar a la Universidad de Tokio dos veces seguidas. Con la presión de sus padres para que busque empleo, decide ir a las aguas termales de su abuela, pero recibe la sorpresa de que ella lo ha nombrado administrador de un dormitorio de chicas, en el cual deberá trabajar mientras estudia para su próximo examen de admisión. Sin embargo, la convivencia con sus jóvenes inquilinas se torna complicada y Keitaro deberá lidiar con problemas sentimentales y domésticos mientras descubre que vivir con cinco mujeres no es cosa fácil.
El ritmo de la serie es un tanto voluble, pues algunos capítulos son dramáticos y desarrollan algún personaje en específico, mientras que otros sólo muestras aventuras inverosímiles que van desde lo sobrenatural hasta lo fantástico pero que no aportan nada a la trama principal, aunque esto da juego al resto de personajes.
Como podemos notar, la historia es muy simple y recurre a los típicos enredos de convivencia, como el paso del odio al amor y los malentendidos románticos, que detonan en situación cómicas, además de hacer un constante uso del fan-service y otras situaciones sugerentes bastante light. Pese a esto, lo que destaca en Love Hina es que todos los personajes crecen, maduran y vencen sus propios miedos, pues finalmente la serie no hace más que mostrarnos una corta etapa de sus vidas, que termina por ser determinante para su posterior vida de adultos, pues aprenden a hacerse responsables de sí mismos y a convivir como una familia pese a no tener lazos sanguíneos.
Finalmente, quiero terminar con una reflexión personal de la serie. Cuando vi Love Hina por primera vez era más joven que los personajes principales (tenía 16), en aquella primera lectura me enfoqué en el aspecto cómico y los enredos amorosos, pues la serie muestra de una forma muy graciosas la dificultad que los hombres generalmente tenemos para hablar con una chica que nos gusta y las malas interpretación entre ambos sexos con respecto a lo que creemos que el otro siente. En ésta segunda lectura, a más de seis años de la primera, me enfoqué en el miedo a madurar, hacerse cargo de uno mismo y entrar en un mundo adulto, lo cual se ve reflejado con la frustración de Keitaro y Naru por no haber logrado ingresar a la Universidad.
En aquella primera ocasión aún no sabía que quería estudiar, ahora estoy por terminar la carrera y puedo darme cuenta del doble discurso que la serie maneja, pues la comedia y los enredos amorosos reflejan la inmadurez emocional que tenemos cuando adolescentes, mientras que los problemas escolares y domésticos son los primeros obstáculos que enfrentamos cuando entramos en la juventud. De igual forma, los personajes resuelven los problemas de la etapa de sus vidas en la que actualmente se encuentran, pero aún no saben lo que les deparará el futuro o en dónde estarán en algunos años, justo como nos pasa a muchos menores de 25.