Terminé de ver Juego de Tronos

Como ya había dicho en entradas anteriores yo empecé a ver Juego de Tronos cuando compre el DVD y luego de haber leído el primer libro, desde entonces he esperado a que el DVD de la nueva temporada salga a la venta para seguir con los nuevos capítulos. Para mi fortuna cuando empecé a verlo estaba por estrenarse la temporada 5 así que pude ver cinco temporadas de corrido, pero a partir de entonces tuve que esperar no sólo un año a que se estrenaran los nuevos capítulos, sino algunos meses más para que dejara de ser emitida en HBO y otros mese más en lo que salía a la venta en México. Pero el pasado diciembre por fin terminé de ver la última temporada y me embarque en una segunda revisión de toda la serie de nuevo (para el momento que escribo esto, 26 de diciembre, ya voy en el capítulo 4, para el momento en que programo esto ya terminé de ver toda la serie hace mucho).

Ahora bien, qué puedo decir de Juego de Tronos que no se haya dicho ya. Sin duda muchos blogs, podcast y canales de YouTube le han dedicado mucho de su contenido, incluso algunos se especializan únicamente en hablar de esta serie. Por esa misma razón y por la gran extensión y complejidad de su historia, hacer una simple reseña como las que acostumbro puede no ser suficiente. Y tampoco sería fácil hacerla, así que he decidido escribir este ensayo para contar algunas de mis experiencias viendo la serie y sobre todo la temporada final.

En primera estoy de acuerdo con muchos de los fans a quienes no les gustó el final de la serie, yo tampoco creo que sea bueno, pero no lo odié y eso se debe a que hubo algo que le faltó a Game of Thrones para que me enganchara tanto que al llegar al final sintiera esa emoción de terminar algo que fue sumamente épico. Ahora me explico.

En varias ocasiones, sobre todo al ver obras de Fantasía Épica, hay momentos en los que uno siente una verdadera emoción por lo que ve en pantalla, se tensa, se entristece, se motiva, llora o se alegra al ver a los héroes ganar o perder. Sin embargo, y pese a lo brutalmente bien producida que esta la serie, creo que no logró generarme ese sentimiento, esa emoción que se percibe en el estómago ni ese cansancio ni satisfacción de cuando se llega al final y uno rememora los eventos pasados como si uno mismo hubiese caminado al lado del protagonista durante toda su travesía. Quizás fue por el final, o por la extensión o por lo cruda que fue desde el principio, pero no llegué a sentir esa emoción de haber terminajo un largo viaje.

Si bien Juego de Tronos tiene momentos sumamente grandioso y con una producción insuperable, creo que ninguno logró ser tan épico como la defensa del Abismo de Helm, mucho menos que la memorable carga de los Rohirrim en los campos de Pelennor. Sí, el Señor de los Anillos sí me hizo sentir esa emoción en el estómago, cosa que no pudieron lograr ni la defensa de Winterfell ante el ejército de los muertos ni la Batalla de los Bastardos.

Ahora bien, más allá de las batallas, las escenas sexuales que al principio fueron un buen gancho pues éstas disminuyeron con forma avanzaba la serie, me parece que salvo un par de personajes que siempre fueron geniales, el resto tuvieron momentos en los que fueron agradables o detestables. Aria, Jon Snow y Tyrion son de los favoritos entre la mayoría, pero yo personalmente me quedo con Lyann Mormont, Ygritte y obviamente el diablillo. Lo malo de la última temporada, entre otras cosas, fue que muchos personajes desaparecieron por completo, sobre todo del sur, pues si bien la acción y principales batallas ocurren en el norte, el resto de Westeros queda muy desaprovechado.

El final como tal no me molestó tanto, incluso creo que quien terminó como Rey de los siete reinos fue la mejor elección que pudieron hacer. Lo que pasa con Daenerys es creíble e incluso lógico, aunque el desenlace resultó muy forzado, y eso pasa cuando algo basado en un libro se adelanta a éste. Y eso se nota perfectamente desde la temporada 6 y sobre todo en la 7. Esta última temporada parece que puso todo su esfuerzo para crear una producción muy buena pero dejó de lado la calidad de la historia. El final se siente abrupto y la muerte de personajes importantes que ya habían sobrevivido a tanto genera un mal sabor de boca.

Si bien Juego de Tronos es una de las series mejor producidas y más ambiciosas en la historia de la televisión, pues cada capítulo era como hacer una película completa y la duración de éstos era la de una película, creo que se quedó corta en el sentido emocional, porque si bien nos emocionó por cómo se oía, lucía y se veía, el invertir millones en que algo se vea bien no es suficiente si a la historia no se le da la misma dedicación. No obstante, la serie es grandiosa y será recordada por su innovación y calidad, aunque lamentablemente también por tener un final que decepcionó a muchos de sus fans.

Temple Grandin

Título Original: Temple Grandin.
Género(s): Biopic, Drama.
Director: Mick Jackson.
Emisión: 2010.
Duración: 110 minutos.
Extras:

No son muy afecto de las películas biográficas (Biopic), pero reconozco que algunas son muy buenas y sumamente emotivas, pues el ver luchar a una persona contra la adversidad de un mundo que parece tener todo es su contra siempre me ha resultado inspirador, sobre todo cuando las personas tiene una pasión o un objetivo que desean cumplir a toda costa. Como ya había mencionado, mi película favorita la vi como parte de una actividad didáctica en la preparatoria, y este filme lo vi como parte de lo mismo pero a nivel maestría.

Temple Grandin nos narra la historia de Mary Temple Grandin una mujer autista quien además de compartir su experiencia con ese padecimiento enfocó sus estudios en el comportamiento animal y aplicó sus habilidades en el diseño para revolucionar el manejo de los animales en los mataderos. El filme fue producido por HBO y cuenta con una calidad magnífica, tanto en la ambientación de los años 60 como en la actuación de Claire Danes quien hace una maravillosa interpretación del Temple y de su condición de autista.

La película inicia cuando Temple está por entrar a la Universidad, ella no quiere hacerlo pues le resulta prácticamente imposible relacionarse con otras personas, primero porque no las entiende y segundo porque no soporta el contacto físico. Antes de que inicien las clases pasa un verano en la casa de una tía donde crían vacas. Temple siente inmediatamente un vínculo con los animales, pero especialmente por la forma en que las maquinas las mantiene apretadas (a manera de abrazo) para calmarlas mientras las revisan los veterinarios. Temple construye una máquina similar para ella como un medio para sustituir el contacto físico que tanto necesitaba pero que no podía soportar, gracias a la cual logra calmarse en sus momentos de crisis.

La historia hace un retroceso a su infancia y adolescencia, desde que es diagnosticada con autismo y el médico les recomienda internarla, hasta que ingresa a una escuela preparatoria especial donde gracias a uno de sus maestros se empieza a interesar por la ciencia y la ingeniería. Temple tuvo la suerte de que su madre se esforzó para que ella pudiera hablar y aprender, hasta el punto en que logró ingresar a la universidad y graduarse. Fue justo su profesor de Ciencias en la preparatoria quien descifró la forma de pensar de Temple, ella, a diferencia del resto, podía memorizar cada imagen que veía y recordar con exactitud cada elemento.

El pensamiento visual de Temple le permite diseñar en su mente toda clase de aparatos. Luego de graduarse de la universidad estudió una maestría en comportamiento animal y se enfoca en los animales de granja, en específico en el manejo que recibían las vacas en los mataderos. Gracias a la capacidad especial de observación derivada de su autismo descubrió un método para mantener calmados a los animales y mejorar la productividad de los mataderos. Sin embargo, tanto su condición de autista como el ser mujer le dificultaron recibir el apoyo de los encargados del matadero. Temple se vio obligada a usar toda su astucia para superar cada obstáculo que su condición y la sociedad le ponían frente a ella, hasta que finalmente su trabajo fue reconocido.

La película me pareció maravillosa en todos los sentidos. El apartado técnico fue muy bueno, las actuaciones estuvieron a un nivel asombroso pero la forma en que contaron la historia me pareció lo mejor, pues nos va mostrando paso a paso el crecimiento del personaje y cómo va logrando superar las trabas del autismo hasta convertirse en una persona funcional en la sociedad y además en una profesionista destacada que realmente logró un aporte a su ámbito de estudios. La forma en que logra avanzar y mejorar es siempre lógica y creíble, además de que por momentos llega a ser algo cruda y dramática.

Considero que la película no sólo nos muestra cómo es posible que una persona con una condición como el autismo logre salir adelante, sino lo difícil que es para las mujeres, aún en la actualidad, poder demostrar su capacidad en un mundo de hombres, sobre todo en profesiones que tradicionalmente no han sido consideradas para ellas. Temple no sólo debía demostrar que a pesar de su dificultad para relacionarse con las personas tenía la suficiente capacidad intelectual (de hecho era mucho más lista que la mayoría), también debía superar el obstáculo más grande de todos, el machismo de los ganaderos.

Es la segunda vez que una película vista gracias a una materia se coloca en alguno de mis tops de películas favoritas, en este caso mi Biopic favorita es hasta ahora Temple Grandin. La historia es muy emotiva, la forma en que es contada me pareció maravillosa, la actuación de Claire Danes es sencillamente épica y el papel que juegan su profesor, el Dr. Carlock (David Strathairn), nos deja en claro que un buen docente en un momento indicado puede hacer la diferencia entre destinar a alguien al olvido o abrirle las puertas de un futuro brillante. Los buenos Biopic, como este, son de esos filmes que todos deberían ver al menos una vez en la vida, ya sea para reflexionar o al menor para sentir la emotividad de una vida que luchó a cada momento para salir adelante.