Talentos Ocultos

Título Original: Hidden Figures.
Género(s): Biopic, Drama.
Director: Theodore Melfin.
Emisión: 2016.
Duración: 127 minutos.
Extras:

Siguiendo con este interés en los viajes espaciales a raíz de ver la serie documental Marte y de leer cierto artículo sobre Arqueología Espacial, hoy toca el turno de abordar una interesante película biográfica que si bien no toma lugar en otro planeta, sí nos muestra a cierto grupo de personas que ayudaron en las primeras misiones para poner a un hombre en órbita y eventualmente hacerlo tocar la Luna: las mujeres afroamericanas. Porque no todas las películas sobre el espacio tienen que ver con aventuras y planetas distantes, algunas muy interesantes se desarrollan en lugares como una oficina donde se hacen cálculos de geometría analítica.

La década de los 60 fue muy relevante en muchos países del mundo debido a los distintos movimientos sociales, políticos, culturales y científicos que ocurrieron en esos años. Entre estos últimos fue quizás la carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos la que más maravilló a la imaginación humana, pues saber que hay más allá de nuestro planeta, en las distantes e hipnóticas estrellas es algo que ha estado en nuestra mente desde los albores de la humanidad.

El filme nos narra de forma biográfica los eventos vividos por tres científicas afroamericanas que trabajaban para la NASA en el Proyecto Mercury, cuyo objetivo era lograr que una persona hiciera una órbita completa alrededor de la Tierra. Para ello la NASA dependía de un grupo de cálculo integrado por mujeres encargadas de hacer el trabajo que las computadoras aún no estaban capacitadas para hacer. Dentro de este grupo se encontraban las matemáticas Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson.

Katherine era una prodigio para los números desde niña, tanto así que fue la primera mujer en estudiar la universidad en el estado de Virginia Occidental. Su talento le hizo formar parte de los científicos que realizaron los cálculos para el Proyecto Mercury y el Apollo 11, pues su precisión en la navegación astronómica era insuperables. Dorothy por su parte era la líder del grupo de mujeres y fue la primera programadora IBM de la NASA, especializada en el lenguaje FORTRAN. Finalmente, Mary fue la primera mujer en conseguir el título de Ingeniera Aeroespacial en los Estados Unidos.

Además de la parte científica, la historia se centra en mostrarnos las dificultades que las tres mujeres tuvieron que superar para salir adelante y ser reconocidas en su trabajo, pues si bien trabajaban para un prestigiosa agencia del gobierno, tenían que enfrentar la incredulidad de la gente que no creía que las mujeres fueran capaces de hacer ciencia, y más aún las mujeres afroamericanas, pues el racismo de la época era otro obstáculo a superar, más aún cuando la segregación mantenía separados a blancos y negros, con baños, lugares y servicios para cada raza.

Ser mujer y ser negra era un doble obstáculo que debían superar, pero la historia no sólo nos muestra su faceta como científicas ni como una minoría racial, sino sus facetas como mujeres y como madres, pues su vida familiar se veía muchas veces afectada por las largas jornada de trabajo. Problemas que la población indígena sigue sufriendo en nuestro país actualmente.

Las mujeres pertenecientes al grupo de cálculo eran apodadas “computadoras”, mujeres sin rostro que realizaron tareas sustantivas para la NASA y sin cuyo trabaja la llegada a la Luna hubiese sido imposible, pero cuyo reconocimiento, aún hoy, no ha sido el que se merecen. Katherine entra como “computadora”  al grupo de Tarea Espacial, encargado de los cálculos para el reingreso del astronauta John Glenn, quien sería el primer norteamericano en dar una órbita completa a la Tierra. El equipo enfrentó dificultades con el reingreso y recuperación de la cápsula, pues el mínimo cambio en las múltiples variables podría cambiar las coordenadas de aterrizaje, afortunadamente, la brillante mente de Katherine encontró cómo resolver el problema.

Mientras Katherine trata de sobrevivir en su nuevo lugar de trabajo —donde además del menosprecio por parte de sus colegas por el hecho de ser una mujer negra, debe enfrentar los estragos de la segregación, como la falta de baños para gente de color— sus compañeras enfrentar sus propios dramas personales. Mary es brillante para la ingeniería, pero no podrá escalar más si no toma un curso universitario, algo que las personas de color tienen prohibido, dispuesta a lograr sus metas inicia una demanda para que le permitan estudiar una ingeniería. Por su parte, Dorothy ve amenazada su estabilidad laboral cuando la primera computadora de IBM llega a la NASA con la promesa de hacer cientos de cálculos en una fracción de segundos, intentando seguir siendo útil se instruye a ella y al resto de sus compañeras en el lenguaje de programación FORTRAN.

Al ser una película de época tenemos que valorar la recreación del momento histórico que están retratando y éste, a mi parecer, resulta excelente, sobre todo en la parte social y el racismo inherente en los ciudadanos blancos de aquella época. Incluso la propia NASA con toda la innovación y toda su tecnología era un ente anquilosado en materia social, en recursos humanos y en su parte burocrática. Eso, además del propio trabajo de las protagonistas, nos permite ver cómo fue evolucionando la forma de hacer ciencia, de los cálculos a mano al uso de computadoras y simuladores.

El resto de aspectos en la parte técnica son muy buenos, la música, los escenarios y el vestuario complementan perfectamente la ambientación de principios de los sesenta y nos colocan en una década donde el racismo y el miedo a un inminente ataque nuclear por parte de los rusos era algo de cada día. Una maravillosa película biográfica que retrata a la perfección los problemas de una década, pero también los avances científicos logrados en la misma y, sobre todo, da rostro a las personas que los hicieron posibles.