Animación a control remoto II

Nunca he querido hablar de videojuegos en el blog, pues no es un espacio enfocado en la comunidad gamer y francamente son muy pocos los títulos que he jugado; sólo he terminado dos juegos en toda mi vida y sólo he tenido oportunidad (e interés) de jugar con algunas de las consolas posteriores al Play Station 1. Sin embargo, tuve buenos momentos con un juego muy particular y es una de las pasiones que comparto con mi gran amigo Vossk, por lo que decidimos hacer un par de entradas al respecto. He aquí un pequeño relato de mi experiencia con un peculiar marsupial.

Apagar el televisor, desconectar la consola o bajar el interruptor general de la casa, son algunas de las medidas que mis padres llegaron a tomar para que dejara —o dejáramos, cuando se armaban las retas con los amigos de la primaria— de jugar por un par de horas en mi Play Station 1, la única consola que he tenido.

Recuerdo que los primeros acercamientos que tuve al mundo de los videojuegos fue cuando iba de visita a la casa de un primo quien tenía varias consolas, pero principalmente la más deseada de ese entonces, el PS1. Como yo era pésimo para los juegos de peleas, mi primo no tardaba en hartarse de ganar y me dejaba probar otros juegos mientras él se enfrascaba en vistosas peleas con Ryu o Chin Gentsai. En una ocasión me puso un juego de carreras muy curioso, pues no se trataba de autos deportivos, sino de pequeños go-kart tripulados por peculiares animalitos. Fue así como a través de Crash Team Racing (CTR) entré al fabuloso mundo de Crash Bandicoot.

Está demás decir que las primeras veces que jugué CTR siempre llegaba en último lugar, tardaba varios minutos en completar las pistas y los otros competidores me rebasaban hasta por dos vueltas. La práctica lo arreglaría todo, pero las visitas a casa de mi primo eran escasas, para mi fortuna, algunos meses después me compraron mi propia consola, la cual venía con Team Buddy, un raro juego de guerra protagonizado por unas capsulitas. Afortunadamente pude convencer a mi mamá de comprarme otro juego, y como podrán suponer busqué desesperadamente CTR.  El empleado de la tienda me mostró Crash Bandicoot Warped (la tercera entrega de la saga clásica de Crash Badicoot, aquella producida por Naughty Dog) e insistía que ese era el juego que buscaba pues era el único que habían sacado; era obvio que el aquel empleado no sabía nada de videojuegos, aunque en ese entonces yo tampoco y lo compré.

Al llegar a mi casa para jugarlo me di cuenta de inmediato de que no se trataba de CTR, pero no me importó, el juego era sencillamente genial, el modo de juego era fácil de entender y las misiones eran cada vez más estimulantes. Pesaba horas jugando Crash Bandicoot Warped (CBW), muchas veces solo y otras con mis amigos de la primaria, por lo que en pocos meses me hice un experto en el juego y logre terminarlo al 103% (me falta 2%) y pasar los 25 niveles con sus respetivos jefes (obteniendo únicamente el cristal y algunas veces la gema) en menos de una hora.

Tiempo después, cuando llevé mi consola a que le pusieran el “chip pirata” a un puesto en el tianguis, vi entre los título que la señora vendía aquel anhelado juego, CTR. No perdí tiempo y lo compré, aunque tuve que esperar algunos días para jugarlo pues primero debían ponerle el mentado chip a la consola. CTR se volvió la sensación entre mis amigos y desplazó por un tiempo a CBW, aunque siempre los alternábamos para tener un poco de diversidad. Con un poco de práctica, tradúzcase a varias horas al día, me convertí en un buen jugador (más no en un experto) y pude incluso rebasar por una vuelta a los demás competidores, siempre jugando con Polar, personaje que elegí la primera vez que jugué en casa de mi primo y al que le tengo un gran aprecio, pese a no ser la mejor opción (y aunque siempre elijo a Polar, puedo jugar con cualquier personaje).

Terminé el juego sin el uso de trucos (salvo el desbloqueo de Fake Crash y Penta Pengui) al 100% (me falta 1%), vencí a N. Tropi en todos los Time Trial y generé un fantasma de Polar en Oxide Station con un tiempo de 3:38 minutos, lo cual es algo difícil pues es uno de los corredores más lentos, pero en aquel entonces fue el mejor record que pude obtener  (recientemente logre un tiempo de 3:30, en modo Arcade con Pinstripe).

Aquellos dos juegos me han regalado muchas horas de diversión, son mis dos títulos favoritos de Crash y aún juego con ellos de vez en cuando, en aquella vieja consola que pese a tantos años de desgaste no ha dejado de funcionar. Puede ser que el Play Station 4 esté por salir al mercado o que el Kinect sea lo de hoy, pero para quienes vivimos nuestra infancia en los 90 el PS1 siempre será un símbolo de nuestra infancia.

Animación a control remoto I

Animación a control remoto I

A mediados de los ’90, la PlayStation sale a la luz. Su arsenal de buenos títulos  incluye las continuaciones de varios clásicos y otros más que iniciarían su largo ascenso a la fama en esta consola. Sin embargo, aún faltaba cubrir un aspecto muy importante. La PlayStation necesitaba un rostro, una mascota que la representara frente al público y frente a sus competidores.

Nintendo tenía al legendario Mario, Namco a Pac-Man y Sega a Sonic The Hedgehog. Ante tal competencia, Sony Computer Entertainment encargó a la entonces desconocida desarrolladora Naughty Dog, la creación de un juego de plataforma en tres dimensiones y su respectivo protagonista. Aunque con el tiempo la licencia ha cambiado de manos, se han lanzado multitud de juegos, y la reputación de dicho personaje va a la baja, los jugadores de antaño aún recordamos a los cuatro primeros juegos de la saga como algunos de los mejores títulos del PlayStation.

Crash Bandicoot

Y así, en 1996 obtuvimos Crash Bandicoot, juego de plataforma en tres dimensiones protagonizado por el adorable marsupial del mismo nombre. Crash es un mutante creado por los malvados doctores Neo Cortex y Nitrus Brio, con el objetivo de obtener un ejército para gobernar el mundo. Nuestro héroe escapa a su destino, pero es forzado a luchar contra las fuerzas de los científicos locos para rescatar a su novia, Tawna. Cargado con 25 increíbles niveles y seis batallas contra poderosos jefes, de inmediato se volvió un título obligado para cualquier poseedor de la consola, que por desgracia, en esos tiempos, no era mi caso.

Mi primer acercamiento a la saga fue en un pequeño disco demo que venía incluido con la consola, cuando al fin la adquirí. En él se podía jugar un divertídisimo nivel de Crash Bandicoot: Warped llamado Orient ExpressPoco después me enteré que el demo pertenecía al tercer título de la saga, la cual adquirí en cuanto tuve la oportunidad. Tras terminarlo en unos meses (para mi no eran nada fáciles los juegos de plataforma en esos años), intenté conseguir las entregas anteriores. En especial la primera, que tenía la mala fama de ser la más difícil entre las tres.

Gracias a la era del «chip pirata», encontré un disco que tenía los tres juegos en uno, bastante sorprendente en esa época. De inmediato me puse a jugar la primera parte, que no fue para nada decepcionante. Eventualmente llegas a este nivel, Road to Nowhereel nivel que inventó el «rage quit» y que se cobra todas tus vidas si no tienes práctica o si no conoces «el truco». Consumido por la ira, abandoné el juego para dedicarme a la segunda entrega y a varios títulos más que salían para el PlaySation casi cada año.

A principios del nuevo milenio, con la era de los emuladores en su apogeo, con la PSX jubilada y sin tener otro juego desafiante sin terminar en mi colección, decidí tratar de nuevo con viejos enemigos como MediEvil y por supuesto, mi némesis: Crash Bandicoot 1. Road to Nowhere sucumbió ante mis habilidades aumentadas y mejoradas por la experiencia. La felicidad duró poco, ya que también tuve que vérmelas con Sunset Vista, Toxic WasteSlippery Climb, niveles que por su dificultad no tienen equivalente en las entregas posteriores. Tras varias pausas para meditar, logré terminar el juego en un solo día, sin guardar la partida o terminar mis vidas.

Hoy en día basta con surfear en la web para encontrar el SUPER Password que te otorga el 100% del juego, entrar en Castle Machinery para recargar vidas y disfrutar de las geniales batallas contra los jefes, enemigos de verdad magníficos, o dar un tour por nuestros niveles favoritos para saborearlos sin problemas.

El primer juego de las series contiene las mecánicas más simples. Crash es incapaz de aprender habilidades nuevas; solo puede saltar y hacer el clásico ataque de giro para acabar con los enemigos. Las barras de vitalidad de los jefes llegan a parecer exageradas y los decorados de varios niveles son bastante sencillos. Pero sentó las bases para lo que sería una genial saga.

Crash Bandicoot 2: Cortex Strikes Back

La secuela de un clásico, Crash Bandicoot 2 expandió el universo de las series, agregó numerosos niveles y mecánicas nuevas que enriquecieron el sistema de juego de forma significativa. Potenciado por gráficas superiores y un soundtrack magistral, la segunda parte es considerada por muchos jugadores como la mejor de las series, superando incluso a Warped.

N. Cortex ha sido derrotado, pero ha encontrado una nueva fuente de energía con la que podría cumplir su sueño de dominación mundial. Sin más aliados en la superficie, mediante engaños pide ayuda a su más odiado enemigo para conseguir los 25 cristales restantes. A través de 30 niveles y cinco jefes finales, Crash debe conseguir los cristales y gemas dispersas dentro de los mismos para seguir el juego de Cortex, preparando un plan en secreto para derrotarlo con la ayuda de su hermana Coco Bandicoot y el reformado científico Dr. Nitrus Brio.

Los Warp Rooms te permiten escoger de entre cinco niveles por sala, separadas éstas por una batalla contra el jefe supremo en turno. De igual forma, en cada nivel tienes el objetivo de encontrar un cristal y una o varias gemas necesarios para seguir avanzando. El sistema de juego es mucho más fluido y fresco, aunque las batallas finales son muy simples. Gran cantidad de secretos y objetos por recolectar le proporcionan una duración más que aceptable para un juego del género.

Crash Bandicoot 2 también tiene varios de los niveles más memorables de la saga como Sewer or Later, Unbearable, Ruination, Cold Hard Crash y Pack Attack, además de los infames niveles del lago y el nivel a oscuras auxiliado por una luciérnaga. Crash ahora puede usar vehículos como una tabla de surf motorizada y el genial jetpack para volar en gravedad cero.

Este juego fue una parte importante de la infancia de muchos, entre los que me incluyo. Sin duda es el mejor de la trilogía original y aún hoy en día merece ser jugado, ya sea solamente por el factor nostalgia o para enseñar a esas nuevas generaciones absortas en sus juegos de disparos en primera persona como solían ser los juegos donde aún necesitabas pensar rápido y usar tu destreza con los dedos.

Puede que la era de Naughty Dog + Crash Bandicoot haya terminado hace mucho, pero aunque se han trasladado a la nueva generación de consolas y ahora exploran nuevos títulos de plataforma y aventuras, siempre serán recordados por crear una de las mejores sagas de videojuegos de toda la historia.

Animación a control remoto II