Título Original: 1917.
Género(s): Bélico, Drama.
Director: Sam Mendes.
Emisión: 2019.
Duración: 119 minutos.
Extras: –
Cuando se entrenó esta película fue muy aclamada por la crítica, tanto que estuvo nominada al premio Oscar por mejor película y ganó en la categoría de mejor fotografía. Y es que esas tomas largas, sobre todo del inicio, donde vemos toda la acción de corrido son sublimes y la única comparación que tengo es precisamente con otra película de su categoría, en este caso me refiero a la secuencia inicial del desembarco en Normandia en la película Salvando al Soldado Ryan, la única diferencia es que en 1917 la ambientación es impecable y la recreación de los escenario es un verdadero deleite visual.
La trama es muy simple, dos soldados ingleses son enviados en una misión para atravesar las líneas enemigas al norte de Francia y llevar un mensaje a otro batallón para cancelar el ataque y evitar que caigan en una trampa de los alemanes. Premisa muy sencilla pero que funciona mejor que la de la película de Spielberg antes mencionada. Dos cabos serán menos notorios en territorio hostil que un pelotón completo y viajarán más rápido.
El resto del desarrollo de la historia no es muy diferente a lo que podríamos esperar en este tipo de historia dentro del género bélico. Los soldados encuentran trampas alemanas, alguno que otro enemigo y aliados que los ayudan para cumplir su misión, con algún habitante francés que simplemente aparecen como víctimas de la guerra. En ese sentido 1917 y Salvando al Soldado Ryan son muy similares, aunque la parte visual en cuando a fotografía y la ambientación es lo que más las distinguen.
El filme tiene una calidad técnica tan impresionante que a pesar de su larga duración se hace sumamente entretenida y los minutos pasan rápido. El audio y los efectos son igualmente impresionantes, pero lo que más me maravilló fue la parafernalia y el vestuario que lograron recrear de manera impecable la época. No les mentiré, mientras veía esa magnífica escena del inicio con los protagonistas moviéndose entre las trincheras no pude evitar pensar que una adaptación Live Action de Attack on Titan de esa calidad sería asombroso.
Sobre la historia no hay mucho que decir, es muy simple y creo que eso fue uno de los mejores acierto de la producción en general y con esas tomas la verdad no había necesidad de contar algo muy complejo. Los protagonistas funcionan muy bien y las situaciones que enfrentan en el camino, si bien son ya hasta clichés, meten la acción adecuada para mantenerte pegado a la pantalla. A mí lo que más me atrapó, vuelvo a decirlo, fueron esas escenas larguísima del inicio, ese recorrido entre las trincheras donde seguimos a los protagonistas que inician su misión y esos minutos de tensión que viven a cruzar las líneas enemigas.
Personalmente imaginar cómo harían esas escenas tan largas sin aparentes cortes de cámara siempre me atrapa, como cuando vez un truco de magia y por más que lo intentas no logras explicarte cómo lo hacen y eso es lo que te deja maravillado. Eso justo me pasó con este filme, que si bien, tal vez no sea la mejor película bélica de la historia, sí es una de las más disfrutables visualmente de entre todas las que he visto. Una excelente recomendación para quien busque una película de guerra que te atrape pero sin que sea compleja, cruda ni en extremo patriótica. Yo diría que tiene el balance perfecto tomando en cuenta el género donde obviamente hay muerte y desolación, lo propia de una Guerra Mundial.