Título Original: El año de la peste.
Género(s): Ficción Especulativa.
Director: Felipe Cazals.
Emisión: 1979.
Duración: 109 minutos.
Extras: –
Hace cuarenta años, el directo Felipe Cazals presentaba la película El año de la peste, con guion de Gabriel García Márquez. Dicho filme, al parecer basado en El Diario de la Peste de Daniel Dafoe, nos presenta una historia ficticia sobre una extraña enfermedad que empieza a propagarse por alguna ciudad de México y cuyas similitudes con lo ocurrido en este 2020 con la pandemia de Covid-19 son extrañamente perturbadoras.
En filme nos narra la historia de dos médicos que notan la presencia cada vez más frecuentes de enfermos de neumonía, cuyos síntomas son tos, dolor de cabeza y fiebre, lo que eventualmente deteriora la salud de algunos debido a una trombosis pulmonar que los lleva a la muerte. Al principio parecen casos aislados, pero pronto se dan cuenta de que el brote tiene el potencial de volverse epidémico y dan aviso a las autoridades.
Las autoridades por su parte, temerosos por lo que el pánico pueda causar en la población, deciden ocultar el asunto. Para ellos hace uso de los medios de comunicación para acallar toda noticia relacionada con la enfermedad y justificar las acciones del gobierno con otras cosas. Por ejemplo, decir que los edificios evacuados han sido por fugas de gas y no por enfermos. No obstante, la magnitud de la epidemia escala tanto que llega el momento en el que resulta imposible seguir ocultado la verdad.
Una de las medidas para ocultar el problema y tratar de frenar el avance de la enfermedad fue adelantar las vacaciones de semana santa dos semanas y así tener al sector educativo fuera de las calles por un mes. Se empezaron a emitir frecuentes boletines por diversos medios sobre medidas de higiene como hervir el agua, lavar todos los alimentos y, principalmente, lavarse las manos. Sin olvidar la recomendación para evitar las multitudes y mantenerse, sobre todo a los enfermos, en aislamiento.
Luego de algunos casos, los médicos creen que se trata de la peste, como la que azotó a Europa durante la Edad Media, pero no de la misma enfermedad exactamente. Todo indicaba que se enfrentaba a una peste neumónica, que provocaba una infección bronquial aguda, pero que alrededor del 70% de los enfermos lograrían recuperarse sin problemas.
Eventualmente la enfermedad se sale de control y llega a Noruega, con lo cual el gobierno se ve obligado a dejar de ocultar el problema. Hombres enfundados en vistoso trajes amarillos rocían la ciudad con una espuma desinfectante, gente asustada hace sacrificios en Teotihuacán rogando a los dioses parar la epidemia, la gente rica con acceso a buenos servicios médicos pide se prohíba la entrada a los pobres porque podrían infectarlos, el personal médico no se da abasto y al final sólo quedan voluntarios atendiendo los nosocomios, el gobierno analiza si debe o no usar al ejército para calmar los disturbios y los camiones de basura recogen cuerpos sin vida de los miles, si no es que millones, de fallecidos por la peste.
Es interesante observar las proféticas similitudes con lo que está pasando actualmente en México debido a la pandemia de Covid-19 que afecta al mundo entero. Sobre todo en lo socioeconómico, en el hecho de algunos no creen que la peste sea real o en la falta de recursos para afrontarla, sin olvidar los agravantes como el hacinamiento, las colonias sin servicios básicos o el gobierno tratando de ocultar algo que hace mucho se le salió de las manos con la complicidad de los medios de comunicación, y obviamente la tremenda desigualdad económica que provoca una mayor cantidad de muertos.
Hace tiempo ya les había comentado por qué yo nunca he considerado a las películas sobre virus o desastres naturales como Ciencia Ficción, sino como Ficción Especulativa, que se basa en la pregunta ¿qué pasaría si…?, por ejemplo, ahora estamos viviendo en carne propia qué pasaría si una nueva pandemia ocurriera en la realidad. Las obras de Ficción Especulativa se basan en eventos que ya han ocurrido o que podrían ocurrir, como las pandemias o los desastres naturales, por eso se les conoce también como Ficción de Anticipación, y creo que El año de la peste anticipó muy bien lo que podría pasar en México si tuviera que enfrentar una epidemia.
Me encantó la película por esa cuestión de haber anticipado muy bien su ficción a la realidad, pero fuera de eso la película es mala, muchos personajes están de más, a mitad de la cinta ocurren eventos que no tienen razón de ser ni aportan nada, hay excesos constantes y lamentablemente tiene algo de lo que creo que todas las películas de los 70 y 80 hacen uso: una o dos escenas musicales donde un cantante medio famosos del momento (o amigo del algún productor) interpreta uno de sus “éxitos” completo. Esos minutos de música no aportan nada y para una película de este género le resta muchísimo, pero es algo tan recurrente en el cine mexicano de aquellos años que considero puede incluso ser un elemento para caracterizar dicha época. Y ya para terminar, el final es mediocre e inconcluso.
A manera de conclusión puedo decir que la película resulta interesante por las similitudes que logró con la realidad vivida en este 2020, también por el hecho de abordar aspectos importantes en relación a cómo afecta una epidemia a nivel social, económico y político, incluso religioso, aunque le faltó lo de las compras de pánico. Película recomendable para esta cuarentena sin duda, más por el tema que por su calidad general y sobre todo por el mensaje que da sobre el manejo de éste tipo de crisis: informar con veracidad siempre será mejor que ocultar las cosas.