Bird Box

Título Original: Bird Box.
Género(s): Terror, Survival-Horror.
Director: Susanne Bier.
Emisión: 2018.
Duración: 124 minutos.
Extras:

Ya he mencionado en otras ocasiones que las obras con temática postapocalíptica de Survival-Horror me gustan cuando se enfocan exclusivamente en la supervivencia de los personales, como en las películas The Happening (2008) o The Mist (2007), sin complejas explicaciones que debelen el origen del peligro. Aunque aún peor que debelar el origen del problema es cuando dan un giro argumental hacia algo totalmente distinto, como acurre en la mayoría de películas o series sobre Zombis donde luego de un par de temporada los muertos dejar de dar miedo o como le pasó a The Rain donde el virus dio paso a una corporación como el enemigo principal.

Bird Box tiene justamente todo lo que me gusta y aunque también cuenta con varios clichés y puntos débiles es una de las mejores obras Survival-Horror que he visto en los últimos años, sobre todo por no explicar absolutamente nada sobre las criaturas y centrarse solamente en la odisea que viven los protagonistas para sobrevivir. Además de que es una de esas obras en las que los protagonistas sólo pueden correr y esconderse, sin oportunidad de atacar al enemigo.

La calidad técnica es muy buena, visualmente está muy bien lograda y los efectos me parecieron buenos, aunque la mayor parte de la obra transcurre en una casa y tampoco hay oportunidad de ver mucho el exterior salvo al principio. Lo más destacable es la banda sonora, sobre todo porque si el peligro nace de la vista y los personajes no pueden ver generar una tensión en el espectador recaer por completo en el audio, el cual cumple a la perfección.

La historia toma lugar en una ciudad de Estados Unidos. Malorie (Sandra Bullock) es una mujer soltera a punto de dar a luz, aunque no está muy segura de querer a su futuro hijo. Malorie y su hermana Jessica observan en las noticias que en Rusia ha ocurrido un extraño brote se suicidios masivos, estando tan lejos aquel incidente no le prestan mayor atención a se dirigen hacia el hospital para una revisión médica. Al salir de la consulta una mujer empieza a golpear su rostro salvajemente contra una ventana, al parecer lo que causa los suicidios ha llegado a América.

Malorie y su hermana tratan de salir de la ciudad mientras ésta se convierte rápidamente es un completo caos. Cientos de personas mencionan haber visto algo e instantes después se suicidan. Jessica corre con la mala suerte de verlo y muere. Al verse sola Malorie logra refugiarse en una casa con otros extraños. Nadie sabe lo que pasa, pero al parecer hay algo que si lo ves te incitará a suicidarte. Desde ese momento todo se convierte en una lucha por sobrevivir a criaturas que no pueden ver, así que deberán permanecer a ciegas si quieren mantenerse vivos.

La premisa de que la infección —aunque no es una infección propiamente, a pesar de que al principio se maneja muy parecido a como lo hacen las películas de zombis— se propague mediante la vista me gustó mucho, pues rompe con el tradicional contagio por fluidos como ocurre en todas las obras de muertos vivientes (lo cual considero es un reflejo inconsciente al miedo que tenemos a pandemias como el SIDA). Desde Pontypool (2008) no había visto una obra de este tipo donde sea otro de los sentidos mediante el cual se adquiera la enfermedad, en Pontypool eran las palabras, por lo que el oído era el sentido a evitar.

Bird Box nos presente un fin del mundo bastante original, al parecer unas extrañas criaturas de las que no se saber nada y que nunca vemos te hacen suicidarte con sólo verlas. Para mantenerte a salvo debes estar a ciegas, restringiendo quizás el sentido más importante para nuestra especie. En A Quiet Place (2018) vimos un escenario similar, los seres atacaban donde había ruido, si te mantenías en completo silencio estaban a salvo, y aunque aquí cerrar los ojos te permite seguir vivo, es muy difícil moverte en un mundo diseñado para los videntes, aunque hace a los ciegos inmunes a dichas criaturas.

Si bien hay un escenario confinado en la película nunca se siente como tal, es decir, a pesar de que los personajes inician atrapados en una casa sin poder siquiera mirar por la ventana, nunca se genera una tensión por estar allí adentro, de hecho es un lugar seguro. La tensión que logra generar el filme en el espectador es más que nada en las escenas al exterior y gracias principalmente a la magistral banda sonora. Aunque es de aceptar que tenemos el típico cliché de las películas Survival-Horror donde los personajes están atrapados en una casa o un supermercado.

La historia comienza al final de la odisea de Malorie, mientras viaja por un río con dos niños (uno de ellos suyo) hacia un refugio, después mediante el uso de Flash-backs nos narra los sucesos que ocurrieron 5 años antes cuando esas criaturas llegaron. Si bien es interesante esa dinámica de intercalar el presente y el pasado, pues le otorga mayor dramatismo, también es uno de sus puntos débiles, pues nos hace cuestionarnos cómo hizo la protagonista para criar a dos bebés en esa situación y cómo lograron obtener suministros por tanto tiempo en un mundo en ruinas.

Otro de los clichés es que hay personajes aparentemente inmunes a las criaturas, gente con problemas mentales que quiere que todos vean esas cosas. Esos locos se convierten en la parte humana peligrosa, como las sectas, los militares o los corporativos en otras obras, aunque debo confesar que aquí no me molestan tanto, pues le dan juego a la obra, sin embargo tampoco eran tan necesarios, pues tener que salir a buscar provisiones sin ver era suficiente para generar la tensión. A Quiet Place funciona perfectamente sin la necesidad de hombres malos.

Fuera de esos puntos débiles el resto de la película es muy buena. Sandra Bullock lleva perfectamente el peso de la trama y la personalidad fría de su personaje la hacen una gran superviviente, el resto del cast tampoco está mal, a pesar de estar encasillados en estereotipos. El hecho de que tampoco se muestren a las criaturas creo que es un gran acierto, pues deja ese pequeño hueco para que la imaginación de cada televidente lo llene y muchas veces eso hace que una película de terror sea buena, al no darle todo a los espectadores y dejar que sus propios miedos hagan las conjeturas para explicar lo que falta.

Personalmente la obra me hizo valorar el sentido de la vista. Quienes padecemos de algún problema de visión y no podemos ver bien sin ayuda de lentes sabemos lo difícil que es moverse por la ciudad cuando llueve, por ejemplo, la vista es algo que damos por hecho y cuando nos falta es muy incapacitante, al menos al principio, pues es de admirar la capacidad que tienen los ciegos para moverse por la calle con toda tranquilidad.

El Survival-Horror ha sido sobre explotado en la temática de zombis, extraterrestres y virus (aunque en menos escala), pero creo que este tipo de obras, en donde el resto de los sentidos juega un papel fundamental y se convierte en un enemigo pueden, si bien no reinventar el género, darle un toque de frescura muy necesario. Yo no he visto, aunque no dudo que existan, obras donde a partir de olfato, el tacto o el gusto se trasmita algún agente que provoque la muerte. Creo que es algo que podrían explotar más.

La película me gustó mucho, no es la gran obra maestra pero es una muy digna representante de su género, incluso el final que tiene me pareció digno y hasta necesario a pesar de que normalmente me quejo de ese tipo de desenlaces. Una excelente recomendación para pasar la tarde y ver más de una vez para tratar de explicarnos qué eran esas criaturas, aunque tampoco es para apasionarse tratando de buscar una explicación a todos los fallos de lógica que tiene.

3 respuestas a “Bird Box

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