
Hace tan sólo un par de meses, en diciembre de 2014, salió a la venta Sensus, el primer comic mexicano para invidentes, con historia del escritor Jorge Grajales e ilustraciones de Bernardo Fernández “BEF”. La historieta pretende acercar el mundo de la literatura en viñetas a las personas con discapacidad visual, además de promover la lectura y concientizar a las personas sobre las dificultades que enfrentan diariamente las personas que no pueden ver, así como demostrarnos que podemos percibir el mundo con todos nuestros sentidos y no únicamente con la visión.
La idea de publicar un comic mexicano ya es por si misma aplaudible, pero hacerlo para un sector tan olvidado por los literatos lo es aún más. Las personas invidentes suelen perderse de muchas de las grandes historias destinadas para un público sobresaturado de elementos audiovisuales. El cine, la televisión, los videojuegos y el internet están pensados para las personas que podemos ver, y eso no sólo ha hecho que los ciegos carezcan de opciones para su diversión, sino que nos ha hecho pensar al resto de personas que un ciego no puede disfrutar de ir al cine o visitar lugares con paisajes hermosos. La imaginación de quienes podemos ver está muy limitada, prácticamente sólo toma en cuenta lo que vemos y oímos, pero quien carece de esas capacidades puede percibir el mundo de muchas otras formas igualmente atractivas.
La idea de que dos grandes en el ámbito del cine, la literatura y la ficción se unieran para este trabajo me parece fascinante, sobre todo porque BEF es uno de los nombres más escuchados —junto al de Porcayo— cuando hablamos de Ciencia Ficción mexicana. La idea de Grajales de llevar su historia al público invidente no sólo implica un gran paso en la tarea de llevar este tipo de obras a un público hasta ahora olvidado, sino que además involucra una labor de traducción y adaptación mucho más compleja que la traducción de un idioma a otro, pues su obra está desarrollada de tal forma que permita a los invidentes leer su historia e imaginar los escenario sin dejar de ser atractiva para los lectores que podemos ver.
Los espacios arquitectónicos en las ciudades de todo México destinado a las personas con discapacidad son mínimos, pero los espacios dentro de los medios audiovisuales y literarios son prácticamente inexistentes, por eso proyecto como el de Jorge o series como Viaje Todo Incluyente de Canal Once, resultan algo muy necesario para nuestra sociedad. Yo, que dependo totalmente de mis ya desgastados ojos para ver todo sobre lo que escribo en este blog, nunca me había puesto ha pensar en ofrecer o, al menos, acercar el contenido de los medios audiovisuales a las personas que no los pueden percibir, pero me alivia la idea de que otras personas sí lo hayan pensado y ya estén haciendo algo al respecto.