Inuyasha

Título Original: 戦国御伽草子 犬夜叉. (Sengoku Otogizōshi InuYasha)
Género(s): Aventura, Romance, Drama, Fantasía, Comedia.
Director: Masashi Ikeda y Yasunao Aoki.
Estudio: Sunrise.
Emisión: 16 de octubre de 2000 – 29 de marzo de 2010
Duración: 193 episodios, divididos en dos temporadas.
Extras: Cuatro películas y un OVA.

La repentina expansión del anime en nuestro país a finales del siglo pasado nos permitió disfrutar de varias series icónicas que terminaron por dejar su marca en nuestra cultura, como el legendario Dragon Ball, Digimon Adventure y los Caballeros del Zodiaco. Existió otra obra intitulada Ranma ½, que más bien era una comedia con tintes románticos cuyo extravagante argumento no tuvo el mismo impacto en los televidentes.

El auge de la animación japonesa en televisión abierta culminó con la llegada del nuevo milenio, reduciendo las trasmisiones a fugaces maratones en fin de semana con horarios inconsistentes. Un buen día, mientras cambiaba rápidamente los canales sin propósito alguno terminé por sintonizar el malsano Canal 7, que para mi sorpresa trasmitía en ese momento una serie de anime con un estilo muy parecido al de Ranma ½. La serie cuenta la historia de un ser híbrido mitad demonio llamado Inuyasha.

Él busca obtener la Perla de Shikon, una poderosa reliquia que otorga poderes sobrenaturales a su portador, para convertirse en un demonio completo. La joya atrae criaturas malignas, por tanto es custodiada por la sacerdotisa Kikyo. Ambos comienzan un romance secreto, pero caen en una terrible trampa ideada por otro demonio. Inuyasha termina durmiendo eternamente debido a un conjuro, y su amada muere, llevándose la Perla consigo al otro mundo.

Quinientos años después, Ahome Higurashi es transportada por el ataque de la Mujer Ciempiés a la “época feudal” a través de un pozo en el templo familiar; allí encuentra a Inuyasha y le libera del encantamiento. Ahome descubre que ella es la reencarnación de Kikyo y debido a su intervención, la Perla de Shikon reaparece cincuenta años después de aquél fatídico incidente, junto con el despertar de muchos demonios que buscan obtener la joya.

Uno de tantos espectros consigue robar la Perla y en un rápido giro de eventos, se rompe en múltiples fragmentos que se esparcen por toda la región. Ahome decide quedarse en el pasado y unir fuerzas con Inuyasha para localizar todos los fragmentos. En su viaje conocen nuevos aliados y enemigos, cuyos destinos están siempre entrelazados por la reliquia. Además de la dura travesía, la protagonista debe regresar regularmente a su propia época para continuar con su vida normal de estudiante.

La trasmisión de la serie no duró más de dos semanas antes de desaparecer para siempre. Cuando al fin tuve la posibilidad de ver televisión por cable descubrí que de hecho ya tenía un buen rato al aire, en el entonces clásico horario nocturno. Logré ver un par de episodios al azar hasta que el bloque de anime desapareció también. Entonces me olvidé de sus existencia hasta hace unos meses, cuando me decidí a conocer el final de ésta historia de una vez por todas.

Yōkai

Inuyasha es la adaptación del manga homónimo creado por Rumiko Takahashi, reconocida artista en el medio y también autora de Ranma ½. La serie tiene esa calidad propia del anime a finales de los noventas, con un estilo  de dibujo dinámico, limpio y con gran calidad en cuanto a banda sonora. Pero lo que en un principio me enganchó al ver esos pocos episodios sueltos hace ya un buen tiempo fueron las voces dobladas a nuestro idioma.

El trabajo de doblaje en Inuyasha es espectacular, realizado indudablemente en México con un elenco de verdaderos profesionales. Son todas esas voces con las que crecimos en los noventas. El doblaje se dejó incompleto en un principio, faltando los últimos siete episodios y los capítulos especiales. Los 26 episodios que conforman la última temporada se terminaron de doblar hace un par de meses este mismo año y probablemente estén disponibles mediante trasmisión on-demand.

Por otro lado, como muchas series de la época que se estrenaron paralelas a la publicación del manga original, la duración del anime es colosal, con casi doscientos episodios, películas, OVAs y especiales. Y es precisamente aquí donde Inuyasha encuentra uno de sus puntos más débiles, el temible relleno. 40 de los 167 episodios originales son relleno en estado puro, con personajes sacados de la manga y pequeñas sub-tramas que no permiten avanzar en la historia.

El principal problema de la primera parte es que la historia es extremadamente repetitiva. Si añadimos más relleno y especiales dobles enfocados en un par de personajes que no representan avance alguno obtenemos una horrible mezcla cuyo principal efecto consiste en sofocar al espectador hasta aburrirlo, en especial cuando nos esperan más de 150 episodios adicionales. El relleno se enfoca en comedia o romance, es aceptable al principio, pero representa un verdadero fastidio más adelante.

Los primeros episodios son magníficos. El mundo en donde se desarrolla está lleno de oscuridad, misterio y leyendas. Se enfocan en reunir a todos los protagonistas así como explicarnos sus motivaciones. A la facción de Inuyasha se suman Shippo, un pequeño zorro demonio, el monje pervertido Miroku y Sango, la exterminadora de monstruos. Kikyo es revivida para seguir con su propia agenda; Koga, un lobo demoníaco y Sesshoumaru, el hermano de Inuyasha buscan volverse más fuertes.

Todos ellos comparten un fuerte resentimiento contra Naraku, principal antagonista de las series. Un demonio con poderes oscuros cuyo único propósito es ver arder al mundo. Conforme cada bando adquiere fragmentos de la poderosa perla, van ganando habilidades para hacerse más fuertes. Naraku termina por obtener la mayor parte y la capacidad de crear nuevos seres que siguen sus órdenes. A su grupo se suman Kanna y Kagura, así como el hermano de Sango, Kohaku, revivido por la Perla.

Aquí comienza un ciclo repetitivo. Naraku obtiene más poder y barre el suelo con los héroes, éstos a su vez se vuelven más fuertes hasta quedar iguales de nuevo. Sango trata de recuperar a Kohaku, pero por alguna razón no lo consigue, Ahome e Inuyasha se vuelven más cercanos, pero Kikyo interfiere en su romance. De vez en cuando ataca otro enemigo sin afiliación, pero rara vez representa una amenaza para los protagonistas y es despachado rápidamente.

Es en estos momentos que otros personajes alejados del conflicto principal aparecen para sacarnos de la pasividad. Sesshoumaru en particular atraviesa un viaje más interesante, donde pasa de antagonista a aliado, sin perder jamás los rasgos que le caracterizan e incluso formando su propia facción que se suma a la incansable cacería de Naraku por sus propios motivos, haciendo alianzas ocasionales con los demás héroes.

Luego de empatar nuevamente con Naraku, el grupo protagonista pierde su rastro y entra a escena un nuevo equipo de villanos: Los Siete Guerreros, malvados mercenarios revividos por la Perla de Shikon. Estos zombis mágicos frenan el avance de Inuyasha y devuelven la frescura a la serie, robando el protagonismo en varias ocasiones con sus personalidades tan variadas. Todos los personajes conocidos desempeñan un buen papel en esta etapa y es muy divertido verlos crecer.

Tras la derrota de Los Siete Guerreros se descubre que también trabajaban para Naraku y que éste se ha vuelto más fuerte tras permanecer oculto durante todo este tiempo. Inicia un segundo ciclo de historia repetida. A la facción rival se suma Hakudoshi, un niño siniestro creado por Naraku que es más fuerte que todo lo visto anteriormente, pero por alguna razón jamás puede acabar con los héroes, a pesar de sus malignas conspiraciones.

En esta etapa es más divertido olvidarse de los protagonistas originales y seguir la interacción entre villanos que resulta ser más interesante por mucho. Kagura y Hakudoshi buscan deshacerse de Naraku, su creador, a la vez que simulan seguir sus órdenes. Se hace evidente que los antagonistas no son una amenaza, pero son ellos quienes realmente mueven la historia. Resulta interesante averiguar cuál será su siguiente plan aunque seguro fracase.

Naraku realiza una serie de experimentos retorcidos para eliminar toda debilidad en su cuerpo, desechando partes que no necesita u obteniendo otras más fuertes. Separa su corazón, que toma forma de niño, y lo oculta con un artefacto mágico. Lleva a los protagonistas a otra de sus excesivamente elaboradas trampas donde la fuerza conjunta de Inuyasha y Ahome termina por superarlo, sin otra opción más que escapar (otra vez). La serie original concluye sin un ganador definitivo.

El Acto Final

La emisión original del anime en Japón terminó en 2004 sin un final en toda regla. En 2008, la autora termina el manga y gracias al apoyo de los fans, un año después se animan los volúmenes restantes de la historia bajo el nombre Inuyasha Kanketsu-hen (犬夜叉 完結編), compuesta por 26 episodios. Por un lado, el argumento soluciona sus principales fallas (repetitivo y muy largo). Irónicamente, a cambio se vuelve confuso en un breve lapso de tiempo.

Kanketsu-hen es como ver un anime completamente diferente. Los grandes adelantos en la industria de la animación se hacen patentes con cada segundo que transcurre en la pantalla. La animación está a la par con series del nuevo milenio y el apartado técnico es de primer nivel. Varios personajes obtienen un diseño más estilizado y actualizado. La mayoría de los involucrados en la serie original vuelven para terminar lo ya empezado.

La historia avanza rápidamente. Las facciones en esta guerra terminan por definirse. Por un lado están el grupo de Inuyasha (compuesto por él mismo, Aome, Shippo, Sango, Miroku y ocasionalmente Koga), Kikyo, Sesshoumaru y Kohaku, quienes forman breves alianzas o siguen por su cuenta, y por otro está la facción de Naraku y sus sirvientes. Todos ellos van coleccionando sus últimos power-ups hasta el momento de la batalla final.

Kanna, Kagura, Hakudoshi y el Corazón de Naraku dentro del Infante son destruidos uno a uno, reemplazados por un último esbirro: Byakuya de los Sueños. Por otra parte, Kikyo es eliminada definitivamente y Koga abandona el conflicto al verse superado. Kohaku y Sesshoumaru hacen una alianza final con los héroes para enfrentar a Naraku, quien usa la Perla para asumir su forma final. Logran vencerle para ganar un merecido final feliz.

Valoración

Inuyasha posee un par de fallas críticas, pero luego de terminar de verla es fácil descubrir porqué al día de hoy conserva su bien merecido séquito de fans, sobre todo en nuestro continente. A pesar de su tremenda duración, cada género que la compone tiene su momento memorable y están en perfecto balance. El romance meloso no desplaza a la aventura, el drama o la acción en ningún momento, sino que logran coexistir en una divertida mezcla.

Es interesante descubrir al final del día que cada personaje tiene razones sólidas para seguir su propio camino, la mayoría de ellos atormentados por la tragedia o el rencor. La comedia no está nada mal, en especial durante las secciones ubicadas en la época actual. El estilo del dibujo es hermoso a la vista y la calidad de animación se mantiene luego de 190 episodios. La música es magnífica, con un tema propio de cada personaje, aunque puede volverse un tanto tediosa en la recta final.

Debido a lo repetitivo del argumento, no es una serie que pueda verse en largas sesiones maratónicas como es común hoy en día, al menos desde mi punto de vista. En cambio, es ideal disfrutarla en dosis diferidas más digeribles aunque nos lleve más tiempo. Gracias a que jamás llega a excesos de violencia o erotismo, también funciona como primer acercamiento al ámbito de la animación japonesa para un público de todas las edades.

Inuyasha es otro clásico contemporáneo proveniente de aquella época en que nuestro país decidió abrirse a nuevos contenidos. Ubicada en un mundo fantástico lleno de vida, cuyos profundos personajes nos hacen partícipes de un viaje memorable, sobre todo los antagonistas, pero al cual debemos proceder con la suficiente paciencia para atravesar (o saltar) todo ese relleno y argumento reciclado que pueden desalentar rápidamente a más de uno.