Los hijos de los 80 y las caricaturas para milennials

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Hace algunos días YouTube me recomendó videos de Rick y Morty, serie de la que ya había oído hablar y de hecho me habían recomendado insistentemente. Vi un capítulo random a falta de otra cosa y quede inmediatamente fascinado con esa serie. El primer pensamiento que tuve fue que se trataba del hijo que tendrían Dr. Who y Hora de Aventura, del primero heredaría los viajes espaciales y del segundo la disparata realidad de los mundos y dimensiones que los personajes visitan.

Únicamente he visto el capítulo 7 de la primera temporada, que fue aquel cuyo thumbnail me sedujo más, pero sin duda me daré el tiempo de ver la serie completa, sobre todo porque el formato de Dr. Who en una serie animada completamente irreverente y loca como ésta simplemente me fascina.

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No puedo decir mucho salvo mis primeras impresiones, pero creo que Hora de Aventura fue el parteaguas de esta década para abrirle paso a otras series animadas diseñadas para un público infantil pero cuyo complejo trasfondo e interesante historia empezaron a atraer a los jóvenes adultos.

Entre las series más recientes que cumplen con estos criterios tenemos, además de las ya mencionadas, a Steven Universe y Gravity Falls. De la primera he visto igualmente sólo un capítulo y me pareció interesante aunque no me atrapó de forma inmediata, aunque eso sí, las crítica que he leído me decidieron por darle una oportunidad. De Gravity Falls ya voy en la segunda temporada y me gusta mucho, y así como Rick y Morty beben del formato de Dr. Who (al menos en el capítulo que vi pero creo que es así en toda la serie), Gravity Falls se inspira de The X Files. Sin duda series interesante que han logrado ganarse un lugar en el gusto de los jóvenes adultos.

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Lo anterior deja al descubierto un extraño fenómeno que en esta ocasión tocaremos muy brevemente. Los Milennials, generación a la que pertenezco, nos hemos convertido en la primera generación que abiertamente se negó a dejar de ver caricaturas al crecer. El hecho de que jóvenes adultos que estamos en nuestros 20 podamos disfrutar de series en apariencia creadas para adolescentes se lo debemos a la Generación X, pues ellos fueron los primeros en optar por ese estilo de vida “friki” que se aferró a cosas que las generaciones anteriores consideraban como sólo para niños.

Los hijos de los años ochenta nos regalaron la posibilidad de que para cuando nosotros estemos adentrados en los 30 el “chavorruquear” ya no sea mal visto, y además nos regalaron las series anteriores, pues todos sus creadores nacieron en esa década. A ellos todavía les tocó ser criticados por ser nerds, frikis, geeks y demás adjetivos, pero para mi generación ya es más normal. Quizás para esos pequeños nativos digitales llamados Generación Z los 30 sean los nuevos 20.